martes, 30 de diciembre de 2014

Artículo especial de Año Nuevo


Estimado Director:

Le envío este artículo especial de año nuevo para que lo publiquen en su medio de Comunicación.

Les estoy muy agradecida.

Saludos.

Mª José Navarro

24.764.815w


Año nuevo. Vida nueva

 

El año viejo va llegando a su fin y poco a poco se abre la puerta que conduce al nuevo. Con cierta curiosidad espiamos a través del resquicio de la puerta para ver qué nos traerá éste, a sabiendas de que la clave del cambio, del viejo al nuevo año, conlleva el hecho de reflexionar sobre nuestros buenos propósitos para luego proponernos nuevas metas, metas cargadas de un nuevo impulso y una nueva fuerza. Sin embargo si deseamos que el año que comienza sea mejor, deberíamos ineludiblemente reflexionar sobre el año que termina, hacer un balance del mismo, y examinar más detenidamente el Debe y el Haber, lo que hemos conseguido y lo que no. Luego arrepentirnos de corazón de los errores cometidos y purificarlos, es decir, arreglarlos en la medida de lo posible. Pero sobre todo para el nuevo año la clave es: no volver a hacer más lo mismo o algo parecido.

 

El final de cada año es el momento de los buenos propósitos, pero recuerde que también para el año que acaba nos habíamos propuesto algunas cosas. ¿Qué sucedió con ellas? ¿Conseguimos lo que nos propusimos el año anterior o lo hemos perdido de vista y seguimos siendo los mismos de antes? Preguntémonos por qué a pesar de nuestros buenos propósitos hemos llevado "cosas malas" por ejemplo, a la familia, a nuestros conocidos, al puesto de trabajo. ¿Por qué continúa nuestra disputa con el vecino? ¿Recaímos en nuestros viejos hábitos? ¿Por qué?

 

La respuesta la encontramos en la raíz de dichos aspectos negativos, aquellos que no nos gusta ver y que rara vez nos esforzamos en buscar, en la creencia de que cortando lo negativo en el árbol ya estará todo arreglado. Pero esto no es así, deberíamos aprender a encontrar la raíz del mal, es decir cuestionarnos, preguntándonos de dónde viene lo negativo, lo malo. Muchos creen que viene de otras personas, tal vez de la sociedad o de los políticos. ¡Oh, no! Viene de nosotros. Viene de nuestra raíz, viene de los programas que hemos grabado. Si encontramos la raíz de esos programas, en muchos casos nos asustaremos de cuántas raíces y raicillas tiene la mata. Nosotros somos la raigambre, pues nosotros hemos ido creando esos programas de comportamiento y también tenemos que deshacerlos. Pero hagámonos conscientes de que a nuestro lado tenemos a un gran y maravilloso ayudante, a Aquel al que cada año por navidad festejamos Su cumpleaños, Jesús, quien nos puede ayudar si nos dirigimos a Él para descubrir qué debemos reconocer y cambiar para el año nuevo.

 

Hagamos la prueba y pidámosle ayuda sí queremos aprovechar los días, las semanas, los meses del nuevo año. Para ello sería conveniente atreverse a cuestionar nuestra forma de pensar y de comportarnos: ¿Qué debemos pensar ahora? ¿Cómo debemos comportarnos? Jesús de Nazaret nos dejó la clave: «Lo que quieras que otros te hagan a ti, hazlo tú primero a ellos». Si obrásemos en consecuencia, cada pensamiento sería un rayo de sol, que traspasa con su luz los hechos y las obras, y de esa forma haría felices a los hombres y a los animales, a todo el medio ambiente. Entonces el hombre, los animales y la madre Tierra estarían en unidad, y en la Tierra habría paz.

 

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del programa: "Año nuevo, vida nueva"

www.radio-santec.com

 

 

 

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sábado, 27 de diciembre de 2014

Artículo especial de Año nuevo




Reflexiones de Navidad para un buen año nuevo



 

La Navidad es la fiesta del amor. El Hijo de Dios se hizo hombre para traernos el amor de nuestro Padre eterno, que Él nos anunció siendo hombre y según el cual vivió. En todo el mundo no hay nada que ennoblezca tanto el carácter de una persona, que armonice su ser y que llene su ánimo de pacifismo que el amor eterno y cósmico que viene de Dios. Las personas que se entregan al amor de Dios regalan alegría altruista a sus semejantes, porque ellos dan de forma altruista sin esperar agradecimiento o reconocimiento.

 

La Navidad es también la fiesta del dar. Quien quiera dar los pasos hacia un buen año nuevo, precisamente en la época navideña puede reflexionar sobre cómo le gustaría dar una alegría a sus semejantes, pero no sólo con dones externos, si no con su proprio ser interno, que él se esfuerza en refinar y orientar hacia el amor del infinito, que es la seguridad y la firmeza, que irradia confianza y felicidad interna y da a otros. Porque lo que amamos de corazón y damos de corazón, eso lo tenemos también nosotros, y por el contrario, lo que esperamos y ansiamos, con eso nos robamos a nosotros mismos.

 

De Gabriele, la profeta y enviada de Dios para nuestro época, hemos escuchado lo siguiente: «A pesar de todo el egoísmo que en la actualidad reina por todas partes, la ley eterna del amor está recorriendo todo el mundo para alcanzar a las personas que añoran el amor de Dios. El Espíritu de Dios es el núcleo imperecedero en todos y en todo, la fuerza todopoderosa, la luz que vence todas las sombras y que devuelve todo a su forma espiritual-divina originaria. Cada uno de nosotros está envuelto por el amor infinito, lo notamos cuando nos entregamos al amor de Dios, haciendo paso a paso obras del amor, que encontramos en los Diez Mandamientos de Dios y en el Sermón de la Montaña de Jesús. Si realmente hacemos obras del amor se notará en el contenido de nuestras obras. Y nosotros mismos podremos comprobar si son íntegras cuestionándonos nuestras palabras y obras, por ejemplo preguntandonos: ¿Por qué digo esto ahora? ¿Por qué hago esto ahora?

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "Reflexiones en Navidad para un buen año nuevo"

www.editorialvidauniversal.com

 

 

martes, 23 de diciembre de 2014

Artículo especial de Nochebuena



María dio a luz y todo el Cielo se inclinó sobre la Tierra



María dio a luz y todo el Cielo se inclinó sobre la Tierra. Sola, sin comadrona, sin la ayuda de una mujer, trajo a su hijo al mundo. Únicamente los ángeles de Dios que acompañaban a María y a José estuvieron con ella en su corazón. Luego María puso al recién nacido en el pesebre segura de que los animales le darían calor, evitándole morir de frío en esa época tan oscura.

Pero también los animales sintieron quién había nacido, un niño en la oscuridad, pero no solo en la noche oscura, sino en la oscuridad y frialdad de las personas que no tienen amor a Dios ni al prójimo y que cerraron sus puertas al gran Espíritu que había nacido en un niño. Los animales, que tienen mejor voluntad que las personas obstinadas, entregaron su pesebre al hijo de Dios, quien se conformó feliz. Lo que no fue casualidad, puesto que Jesús vino al mundo también a liberar a los animales del sufrimiento y de la esclavitud que les causan las personas, pero ante todo para liberar a las personas de su ignorancia y egoísmo y manifestarles que son hijos e hijas de Dios.

Cristo nació en el niño Jesús, el hijo de Dios en vestido terrenal, pobre, débil y necesitado de cuidados como todos los niños. El establo de Belén y el nacimiento de Jesús lejos del hogar son para nosotros un símbolo que dice: Dios está en todas partes, en los animales, en la naturaleza, en un cobertizo sencillo, porque el Espíritu del Cristo de Dios está allí donde la razón es el corazón. Él no vive en palacios de oro, ni en Iglesias llenas de ornamento, sino que vive en el corazón que lleva el oro del amor a Dios. Lejos del hogar significó que el hijo de Dios no tuvo ni cama ni casa, fue un caminante en la Tierra, su cabeza no tuvo oro ni seda por almohada, sino heno, trigo, piedras y hierbas. El fue un pastor para Sus ovejas: Cristo, el Buen Pastor.

No muy lejos del establo algunos pastores cuidaban de noche su rebaño. Estaban junto al calor del fuego cuando de pronto vieron como se alzó una columna de fuego. Algunos creyeron ver en el fuego la figura de un ángel, otros escucharon hablar en su corazón un mensaje según el sentido: "No temáis. He aquí que os anuncio una gran alegría, que es para todo pueblo, pues hoy en la ciudad de David ha nacido el Redentor, que es Cristo, el Uno santo de Dios. Y esto tendréis por señal: encontraréis al Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Algunos de los pastores contemplaron en su interior la gran luz, mientras otros escucharon en sus corazones la glorificación de Dios: "gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los hombres de buena voluntad".

Los pastores no se ponían de acuerdo sobre lo que habían visto y escuchado. Pero aquellos que habían recibido en su corazón el sentido del mensaje del ángel salieron en su busca y el Espíritu de Dios les acompañó hasta Belén, donde encontraron a María y a José en el establo y al niño recostado en el pesebre. Los pastores percibieron lo divino en el ser humano Jesús. Sus almas eran muy sensitivas porque estaban muy unidos a la naturaleza y vivían bajo las estrellas. Así los pastores de ovejas estuvieron con Jesús, el pastor de hombres, y regresaron glorificando y alabando a Dios y anunciando la Buena Nueva por todo lo que habían visto y oído.

José Vicente Cobo (45277997j)

Basado en la publicación: "Esta es Mi Palabra. Alfa y Omega"

www.editorialvidauniversal.com


sábado, 20 de diciembre de 2014

Artículos especiales de Navidad



Navidad es la fiesta del agradecimiento



El Ángel Gabriel hablaba el lenguaje del cielo, así como todos los seres espirituales hablan el lenguaje del cielo, del Reino de Dios. María lo vio, y a José se le mostró en sueños. El quiso mostrar a María en palabras e imágenes lo que Dios el Eterno deseaba de ella; seguramente que así también fue para José en sus sueños. Podemos comprender que María al principio se asustara, pues ella era una mujer sencilla, así como José el carpintero era un hombre sencillo, pero ambos aspiraban en su vida a dar los pasos en el camino hacia el Padre Celestial, de modo que el Ángel pudo anunciárseles. Internamente ambos estaban preparados para lo que ahora les llegaba, o sea que María y José eran buenos. Sí, ellos vivían el gran mandamiento del amor a Dios y al prójimo.


No obstante el hombre actual, en base al mensaje del ángel a María y a José, podríamos reflexionar también sobre nosotros mismos, por ejemplo ¿son María y José un ejemplo de vida para nosotros? Desde el punto de vista espiritual para el ser humano de hoy en día es válido lo que paso hace 2000 años, pues cada uno de nosotros podría ser alcanzado por el mensaje del ángel. Por lo tanto por qué no preguntarse: ¿podría mi ser protector, a quien a menudo solemos llamar ángel, acercarse a mí? ¿Cumplo para ello la voluntad de Dios?


Preguntas como éstas se las hacen muchas personas también en la actualidad, son quienes han decidido conscientemente tomar a Jesús como a un ejemplo a seguir, y no sólo en Navidad, sino cada día. Navidad es por tanto para muchas personas que aspiran a Dios una fiesta de adoración, es más, una fiesta de agradecimiento. Por esto los cristianos deberían de tener a Jesús, María y José como a grandes ejemplos a seguir.


Es posible que para la humanidad estos hechos se hayan convertido en algo banal, sin embargo para los verdaderos seguidores de Jesús no es así. Por ejemplo los cristianos originarios en Vida Universal somos conscientes del suceso que supuso la venida de Jesús a la tierra, y de las dimensiones cósmicas inconmensurables que tuvo lugar en aquel tiempo, por supuesto también del gran cambio que se iniciaba. Nosotros sentimos y sabemos que hay ángeles a nuestro lado, son los llamados seres espirituales o seres protectores que nos acompañan y que quieren acercarse cada vez más a nosotros; pero esto les es posible cuando nos orientamos a nuestro Redentor, Cristo. ¿Como?, cumpliendo lo que Dios, el Eterno, nos enseñó a través de Moisés y lo que Jesús, El Cristo, nos trajo en Su Sermón de la Montaña, donde se incluye la adoración a Dios en el Padre Nuestro.


Ana Sáez Ramírez (45271959R)

Basado en el programa: "Adviento y Navidad"

www.radio-santec.com





¿De dónde procede la costumbre del tradicional menú navideño?




El Instituto Internacional para la Investigación de Mercado realizó una encuesta en 2010, con la que buscaba descubrir qué era lo importante en Navidad para los alemanes, el resultado fue que para el 37% de ellos lo más importante es la tradicional comida navideña. Un dato que con toda seguridad se puede extrapolar al resto de países del occidente cristiano, cada uno de ellos con sus peculiaridades culinarias propias. ¿Pero de que está formado principalmente el menú navideño, da igual el país de que se trate?, Principalmente de carne: ternera, cabrito, pavo, pollo, conejo, salmón, besugo, paletillas de cordero o de cerdo, jabalí, venado, gambas, cigalas, ostras, codornices, cochinillo y un largo etc... es decir de animales, ya sean del campo, de granjas, de los que vuelan, de los que nadan, de los bosques o de los prados.


Sin embargo al hablar de "menú tradicional" es lógico pensar que se trata de un tipo de comida y de una festividad que se ha transmitido de generación en generación, ¿pero de dónde procede realmente esta costumbre? Si nos remontamos al suceso originario que aconteció hace 2000 años en Belén, recordaremos que Jesús vino al mundo rodeado de animales, los únicos que dieron a la familia de José y María, calor y cobijo. Ya por ese único motivo no deberíamos precisamente en la época navideña pagar a los animales con esa moneda, es decir matar y comernos precisamente a los descendientes de aquellos que dieron al niño Jesús su calor y su compañía.


Es evidente que dicha tradición no ha llegado a nosotros procedente de aquel acontecimiento grandioso. Por lo tanto si dichas costumbres culinarias no provienen o no guardan relación con el nacimiento de Jesús, ¿por qué se ha convertido la Navidad en la fiesta de la matanza y de dónde procede todo esto? Se podría decir que son las tradiciones eclesiásticas las que han convertido la fiesta navideña en una fiesta de matanza, pues todo este despliegue culinario de carne acontece con el beneplácito de las instituciones católica y luterana. Al respecto la siguiente cita del catecismo católico: «Dios ha puesto a los animales bajo el dominio del hombre, … de modo que se puede servir de los animales para su alimentación…». (Artículo Nro. 2417). No cabe duda de que el desprecio masivo hacia el reino animal viene dado por la enseñanza católica.


La cifra de animales sacrificados por Navidad es elevadísima, pues hablamos de millones de toneladas de carne, que son realmente millones de seres vivos matados únicamente para el disfrute del paladar humano, y esto para festejar el nacimiento del maestro del pacifismo. Si tomamos como referencia un país europeo como Alemania, y nos basamos en un informe realizado el año 2003 por el Gobierno federal alemán, descubriremos que la cifra de animales sacrificados anualmente ronda los 530 millones de animales.


Sin embargo es posible que alguien objete que siempre existió la ganadería y la matanza ganadera, incluso mucho antes de que la iglesia se hubiese consolidado con sus contenidos de fe. Naturalmente, también en tiempos de Jesús de Nazaret existía la matanza y el sacrifico de animales, sin embargo Jesús de Nazaret nunca lo aprobó. Él incluso expulsó del templo a los mercaderes de animales, además a través de otra fuente ha llegado hasta nuestros día el conocimiento del amor de Jesús por los animales, por ejemplo en el texto de Carl Anders Skriver se puede leer que Jesús no sólo vino a la Tierra por los seres humanos, si no también para redimir a los animales de su sufrimiento. Los discípulos y Jesús mismo eran vegetarianos, vivían sin comer carne y no mataban animales. Pero las instituciones llamadas Iglesia se basaron en las antiguas religiones sacerdotales que practicaban matanzas y sacrificios de animales, en vez de basarse en las enseñanzas de Jesús quien entre otras cosas dijo: "Aquello que hagáis a la más pequeña de mis criaturas eso me hacéis a mí".



Radio Santec

Del programa titulado "Animales y Navidades"

www.radio-santec.com



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Saludos de Mª José

lunes, 15 de diciembre de 2014

Artículos de opinión



El atentado del 11-S pudo ser percibido cinco horas antes

 

 

 

En los años 70 se comenzó en la Universidad Prinzton un proyecto de investigación sobre las posibles relaciones existentes entre el ser humano y las máquinas. La pregunta sobre la que se trabajaba decía: ¿Puede el pensamiento humano influenciar la actividad de las máquinas? Para ello se utilizaron diodos como puntos de intersección entre las personas y las máquinas. Posteriormente en 1989 el llamado Proyecto de Concienciación Global investigó la consciencia global de todas las personas y con él se pretendía descubrir si existe algún tipo de repercusión global ante cualquier tipo de acontecimiento. Es decir, ¿tiene un efecto sobre la técnica el mundo de emociones de las personas o sus alteraciones emocionales? Los resultados de dichas mediciones mostraron algunos resultados interesantes, por ejemplo una divergencia bastante clara o una oscilación sincrónica evidente ante sucesos como la guerra en Irak, o el entierro de Lady Diana y sobre todo ante el atentado terrorista del 11 de septiembre.

 

Se investigó entonces más detenidamente el dramático atentado terrorista de las Torres Gemelas, llegando a resultados muy interesantes, los que justamente evidenciaban cómo la consciencia global está activa también sin que intervengan los medios de comunicación y los programas de televisión, es decir, sin que la información haya llegado a la persona. O sea que se pudo reconocer que la consciencia global fue evidentemente alarmada a las cuatro de la madrugada de forma visible en la oscilación sincrónica, es decir casi cinco horas antes de que chocara el primer avión, que fue a las 8:45; y seis horas y media antes de que chocara el segundo avión, que fue a las 10:30. El atentado terrorista no fue conocido por las autoridades hasta las 8:45 ni tampoco había sido difundido por los medios. Pero la consciencia global ya comenzó a reaccionar en el momento en el que el terrorista que iba a pilotar el avión, empezó a poner en marcha su plan.

 

Estas podrían ser indicaciones reales de que existen tales campos mórficos, es decir, una transmisión de energía entre toda la humanidad. En este sentido nos remitimos al libro de la Editorial Vida Universal "Origen y formación de las enfermedades" en el que se lee lo siguiente: "Los campos magnéticos terrestres registran cada disonancia, especialmente la violencia humana, por medio de la cual se producen alteraciones considerables en el aire y sobre y dentro de la Tierra, por ejemplo, por experimentos atómicos y cosas por el estilo. Todas las disonancias son transmitidas por las corrientes magnéticas, las portadoras de sonido de los campos magnéticos terrestres, los que en sentido figurado podrían ser denominados también los nervios de la Tierra.

 

Los campos magnéticos terrestres son ámbitos de vibración de diferentes tipos, que en conjunto son llamados Campo magnético terrestre. Ellos son, así dice esta publicación, los "puntos neurálgicos" de la Tierra, y al mismo tiempo los espejos del planeta habitado. Si estos espejos de la Tierra a raíz de los comportamientos humanos son transformados y empañados, esto repercute entonces en toda la Tierra: en el clima, en los reinos de la naturaleza y en las personas. Las corrientes magnéticas alteran incluso el comportamiento de los animales".

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

www.randio-santec.com

 

 

Los pensamientos negativos preceden a las enfermedades

 

 

El ser humano es un hijo del universo, que se encuentra en comunicación con las fuerzas cósmicas cuando su alma es luminosa y su carácter honesto. Por eso quien quiera alcanzar la armonía con las fuerzas del Espíritu, tiene que transformarse en el vencedor de su naturaleza cruel, pasiones bajas y sentimientos humanos erróneos. Tiene que romper las cadenas del odio, de la envidia y ambición porque eso impide a las fuerzas divinas servir y ayudar al hombre.

 

Quien en base a esto reconoce su situación momentánea y cambia su forma de pensar, se prepara para una época en la que quizás no dispondrá de plantas curativas ni medicamentos que puedan ayudarle. Aunque una actitud sana ante la vida es mejor, en algunos casos, que los remedios naturales e incluso que los productos farmacéuticos, ya que los pensamientos son fuerzas.

 

Quien se deja llevar por sus pensamientos y deseos, quien se ocupa diariamente de sus problemas, pierde la orientación hacia lo noble y bello, en este estado acoge muchas vibraciones contrarias, pensamientos negativos que en muchos casos son el motivo de que en su interior se haga efectiva una carga, que se manifiesta como enfermedad o golpe del destino. Los efectos no dependen por tanto del aspecto psíquico, si no del anímico porque el sistema nervioso, la red que une el cuerpo con el alma, se contrae, lo que disminuye la fuerza vital. Esto produce un acentuado movimiento anímico que puede liberar causas que se manifestarán como efecto en el cuerpo.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.editorialvidauniversal.com



domingo, 7 de diciembre de 2014

Artículos de opinión


 

El ser humano está expuesto a posibles mutaciones

 

 

 

El sol es un reactor nuclear gigante en el que los átomos de hidrógeno se funden convirtiéndose en núcleos de helio. En ese proceso surge una energía enorme, donde se combustiona unos 465 millones de toneladas de hidrógeno por segundo. El rendimiento del sol es de 3,8 x 10 (elevado a 26) Watios, algo inimaginable, una irradiación que se emite en gran parte en el ámbito de la luz que es visible para nosotros, pero intervienen otras irradiaciones sin embargo invisibles. Por una parte las frecuencias electromagnéticas, en el ámbito de onda larga, se trata de las ondas de radio o de la luz infrarroja, y en el ámbito de la onda corta tenemos a los rayos ultravioleta, la irradiación de rayos gamma o de rayos X.

 

La irradiación energética, la irradiación de rayos Gamma o la de rayos X, son naturalmente dañinas. También los rayos ultravioleta de clase B, es decir las irradiaciones de onda corta, son nocivas y podrían destruir la vida en poco tiempo. Por lo que esas partes de irradiación dañinas de onda corta son filtradas por la atmósfera de la Tierra. Tanto la magnetosfera como la capa de ozono filtran bastante de todo estos rayos dañinos, pero si la capa de ozono se debilitara, llegarían a la Tierra más rayos ultravioleta de clase B altamente energéticos. Por la física sabemos que una irradiación energética elevada causa más perjuicios que la energía de frecuencias baja. Por suerte contamos con filtros alrededor de la Tierra que, en caso de destruirse o dañarse, nos dejarían expuestos al peligro de una irradiación de intensidad superior, lo que sería muy perjudicial para la salud del hombre.

 

El efecto de una irradiación severa modificaría o influiría sobre la información genética o la estructura de las proteínas, dando lugar a posibles mutaciones. Es decir, los Cuantos de Radiación son tan ricos en energía que podrían destruir una molécula y, si se trata de una molécula de  herencia genética, podría incluso a llegar a causar tumores. Visto los peligros a los que podría estar expuesto el ser humano, habría que decir que el único responsable de la destrucción de la capa de ozono es el hombre mismo. Prácticamente es también una consecuencia de las reacciones químicas de la industria y del transporte, ambos creados por el ser humano.

 

Durante la primavera de este año se ha vuelto a comprobar que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida ha aumentado. A lo que habría que añadir que el problema no es únicamente que la capa de ozono se ha vuelto más fina, si no que la irradiación solar se ha vuelto más intensa. De hecho existen estudios que constatan que el Sol es más activo que en los pasados 8000 años, por lo que el problema no es sólo de la reducción de la capa de ozono, si no también de las turbulencias causadas por el sol mismo. Por lo que en base al aumento de los rayos ultravioleta, también aumentarán los daños para los seres humanos, pero también para animales y plantas.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: Siembra y cosecha

www.radio-santec.com

 

 

 

 

Cada persona puede tener pequeñas revelaciones

 

 

 

Cada persona está sometida a su propia servidumbre que se manifiesta de muchas formas, aunque casi siempre en forma de sufrimiento, preocupaciones, necesidades o enfermedades. El primer paso para salir de este carrusel de tristeza, sufrimientos y miedos lo encontramos en el día, pues el día indica claramente aquello con lo que hemos cargado a nuestro cuerpo y a nuestra alma, es decir, qué informaciones hemos introducido en nosotros. Por eso cada día nos trae una parte para que vayamos deshaciendo poco a poco aquello que hemos creado de negativo, y que en algún momento podría volver a recaer sobre nosotros.

 

Justo en el momento en que estamos abiertos a comprender algo sobre nosotros mismos, nos llega la información pertinente. Siempre en el justo momento en que lo podemos comprender. Esta experiencia nada agradable podría considerarse como una revelación que indudablemente nos va a ayudar a comprender una causa, y el sentido de porqué bajo mi ánimo.

 

Nuestro día nos da muchas indicaciones sobre qué deberíamos cuestionar y superar. El día tiene buenas intenciones para con nosotros, a pesar de que en ocasiones no nos agrade. El día nos advierte oportunamente. El día es un buen amigo. El gran Espíritu siempre procura hacernos reconocer a tiempo, a través de nuestro día, lo malo que hay en nosotros para que lo superemos antes de que irrumpa en nuestro cuerpo físico en forma de malestar o enfermedad o quizá después de la muerte, en el Más allá siendo alma.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.editorialvidauniversal.com



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