domingo, 28 de agosto de 2016

Artículos de opinión


El desarme nuclear total, un serio problema

 

La Unión Soviética fabricó entre 1945 y 1991 45.000 bombas nucleares, de las cuales 715 estallaron principalmente en dos áreas: Semipalatinsk y Novaja Semlja (una isla del Ártico). En la URSS había un centro para la reelaboración de barras combustibles (la planta de técnica nuclear de Majak) situada en el curso alto del río Ob, en la Siberia Occidental. En el año 1957 en esa zona se produjo una gran catástrofe, de la que apenas se ha sabido nada.

Dicho accidente liberó tanta radioactividad como en Chernóbil o más. La desgracia fue que la radioactividad se precipitó en una localización muy reducida, un pasillo de 90 kilómetros de largo. En Majak se enterró una totalidad de 26 toneladas de plutonio, lo que se confirmó en 1998. Se trató de un proyecto secreto en una época en la que en la URSS no podía trascender nada al domino público. Posteriormente los residuos radioactivos se comenzaron a desviar a un pequeño lago, el Karatschai. Pero en 1967 el lago se secó y el polvo altamente radioactivo se esparció por una zona del tamaño de Bélgica. Aún a finales de los años 80 cualquiera que permaneciera una hora en aquel lugar, recibía una irradiación de 6 Sievert, es decir una dosis mortal.

En base a esto, si en la actualidad de pronto se llamase al desarme nuclear total, tendríamos un  serio problema: ¿Cómo deshacernos de todo el material radioactivo que queda? Es decir, de 1.300 toneladas de uranio y 1.000 toneladas de plutonio especialmente nocivo.

 

En aquellos años las zonas de experimentos nucleares se encontraban en su mayor parte en pequeñas islas del Pacífico o en algún desierto, lo que significa que en todo momento se era consciente del peligro. Por ejemplo en el Semipalatinsk, en al actual Kazajstán, se detonaron 464 bombas atómicas. El informe de una enfermera de la zona constató como la tierra temblaba y la gente sospechaba que se explosionaban bombas atómicas. También relató cómo en esa zona llegaban al hospital muchos más casos de cáncer, sobre todo infantil, de lo que debería ser normal. De cada tres partos nacía un niño con malformaciones, allí el índice de leucemia es claramente elevado.

En el atolón de Bikini durante los años 50 se realizaron experimentos nucleares. Luego se evacuó el atolón, pero en 1970 se devolvió a la población al lugar, con la esperanza de que pudieran resistir la radioactividad. Pero hubo que volver a evacuar el atolón, porque la radioactividad era tan alta que la gente enfermaba. Con todo esto se llega a la conclusión de que realmente la humanidad está sentada sobre un polvorín. En el afán de ser más poderoso que el vecino, o por miedo a que el vecino lo sea más que yo se ha mantenido a millones de personas en un engaño y en un peligro constante. Esto sin contar la falta de escrúpulos que suponen prácticas tan cruentas para con la Madre Tierra. El que hipotéticamente uno se imagine que la Tierra en algún momento se rebelará, no nos debería sorprender.

      Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)  

Del programa: «La radioactividad»

www.radio-santec.com

El gallo no ha dejado de cantar ni un solo día

 

 

Todo pensar y obrar que no esté en el sentido de la Ley Absoluta del universo, de la Igualdad, Libertad, Unidad, Hermandad y Justicia, forma la carga del alma. Sus cargas son para el ser humano causas que más tarde desencadenarán en efectos en base a la ley de siembra y cosecha. Todo queda registrado tanto en el macrocosmos material como en el macrocosmos de sustancia sutil, es decir todas las formas de comportamiento contra los reinos de la naturaleza y el abuso a la Tierra.

 

Por comportamientos que han ido contra la vida, por aprobar e instigar guerras, por explotar  la Tierra para apoderarse de sus recursos lo que hace que los ricos se vuelven cada vez más ricos y la pobreza y el hambre aumenten, se crean complejos energéticos negativos. También los ladrones, los asesinos, los criminales e instigadores de guerras que no han reconocido su culpa y por tanto tampoco han pedido perdón, casi siempre regresan a la Tierra en una nueva encarnación con el ansia de obrar nuevamente en ese mismo sentido. Pero sin el perdón ni la reparación, las causas permanecen activas en el alma de quien las creó.

 

También vuelven a encarnar una y otra vez las almas que hicieron grandes promesas a Dios y no las cumplieron. Este mundo sería mucho mejor si estas personas hubiesen permanecido fieles a Dios y hubiesen vivido Su mensaje, enseñándolo a otras personas de buena voluntad. Si así fuese en este mundo no cantaría el gallo tantas veces al día.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Basado en el programa: "La reencarnación" que se emite por Sophia TV América

www.radio-santec.com

 

 

domingo, 21 de agosto de 2016

Artículos de opinión


 

¿Hasta cuándo seguiremos sintiéndonos descontentos?

 

 

 

En este tiempo ruidoso y agitado, en el que los valores éticos y morales van perdiendo su esencia en todos los aspectos de la vida, cada vez más personas se interesan por la existencia de Dios con preguntas como: ¿Dónde está Dios? ¿Existe Dios? ¿Por qué no le podemos ver? También están quienes afirman no creer en Dios, pues son de la opinión de que quien observa este mundo con detenimiento llega a la conclusión de que la existencia de Dios no es más que una fábula. Para quienes se deciden en última instancia por buscar a Dios donde lo buscaron sus padres y abuelos, es decir en las Iglesias, terminan reconociendo que después de una misa se encuentran tan vacíos como cuando entraron; el buscador incansable ha de aceptar apesadumbrado que ni en los ritos, ni en los templos consigue encontrar lo que busca.

 

El motivo está claro: por mucho que busquemos a Dios en diferentes religiones, en grupos espirituales o en comunidades de fe, y por mucha parafernalia deslumbrante que las iglesias institucionales desarrollen, con el tiempo todo se vuelve vacío. Pues quien no ha encontrado a Dios en el fondo de su alma sigue siendo un buscador que peregrina de una religión a otra. Hágase consciente de que para acercarse a Dios hace ya mucho tiempo que se nos dieron las claves, las cuales podemos activar nosotros mismos sin necesidad de religiones o comunidades de fe: Los Diez Mandamientos a través de Moisés, y el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret. Ambas enseñanzas son extractos de la omniabarcante ley eterna de Dios, de Su amor y libertad, que es vida verdadera.

 

También está quien opina que no nos hemos vuelto más prudentes, ni nos hemos acercado más a Dios por el mero conocimiento de los Diez mandamientos y el Sermón de la Montaña, lo cual es del todo cierto, pues el tesoro del interior no se muestra a aquel que acumula conocimiento, sino a aquel que activa la fe en sí mismo. Ya Jesús de Nazaret dijo: «Volveos perfectos como perfecto es vuestro Padre en los cielos».

 

Si por ejemplo el ser humano respira tranquilo en la creencia de que con la sola fe es suficiente para ser salvo, o si se sumerge en un mar de costumbres y tradiciones correspondientes a su religión, nunca encontrará a Dios, ni siquiera cuando afirme haber encontrado aquí y allá muchos destellos de la verdad. Todo lo vivido externamente, por muy deslumbrante que sea, en algún momento se vuelve vacío de contenido. Con ello la persona seguirá buscando a Dios, y con el tiempo se volverá descontenta hasta que el ser humano y su alma encuentren en sí mismo la raíz de la vida. Entonces el alma podrá por fin descansar en el océano de la vida.

 

Para encontrar a Dios no se necesita por lo tanto una religión externa, ni intermediarios externos, ni comunidades en donde interceden intermediarios. Solo por nosotros mismos deberíamos buscar a Dios y encontrarle en el fondo de nuestra alma. Jesús ya hace 2000 años nos mostró cómo debemos rezar, Él dijo: «Pero tú cuando ores entra en tu cámara, y cuando hayas cerrado la puerta ora a tu Padre celestial que está en lo oculto, y en lo oculto Él te ve, luego Él te recompensará abiertamente».

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: "Encontrar a Dios"

www.radio-santec.com

 

 

 

Sí, hay que albergar esperanzas de curación

 

 

Cada ser humano viene a esta Tierra con un determinado programa anímico o de vida. Cuando este programa ha transcurrido puede ser que la muerte física se presente, lo que indica que es posible que el karma de una persona haya sido eliminado  y precisamente por eso el cuerpo muere. Por eso Dios considera primero la salud del alma, o sea la sanación interna. Cuanto más se libere el alma de las cargas que la persona ha ido causando con su forma negativa de pensar y vivir, tanto más intensivamente pueden las fuerzas del espíritu alimentar el cuerpo físico con energía espiritual y así poder sanar el cuerpo poco a poco, pues entonces las células y los órganos son vivificados de nuevo con la fuerza espiritual de Dios, con la luz divina alimentadora y mantenedora.

 

Dios mira primero por la sanación del alma. Por eso hay que eliminar primero las cargas correspondientes y transformar las causas y complejos de energía negativa en fuerzas positivas. Sólo entonces puede producirse una verdadera curación del cuerpo. Esto significa que sí que podemos tener esperanzas de que el cuerpo se alivie y se cure; sin embargo, no debemos albergar expectativas. Nosotros, los seres humanos, no captamos lo que es bueno para nuestra evolución interna ya que podría existir una culpa grave del alma. Entonces la enfermedad habrá de ser soportada según las circunstancias, porque esto es bueno para la madurez, la purificación e iluminación del alma.           

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

                                                                                                                                  De la publicación: "Sanación mediante la fuerza de los pensamientos positivos"

www.editorialvidauniversal.com

 


domingo, 14 de agosto de 2016

artículos de opinión


Se puede engañar a un vivo pero no a un muerto

 

 

 

A pesar del tabú que durante años ha supuesto el haber tenido una experiencia cercana a la muerte, hoy en día ya algunos médicos y científicos examinan cada vez más profundamente este tipo de fenómenos. Un gran estudio se anunció en septiembre de 2008 en un simposio en Nueva York, el cual se llevó a cabo en 25 hospitales de EEUU, Canadá y Europa: el llamado «Aware study», o «Awareness under resucitation», que significa «la percepción que se tiene durante una reanimación». Pero este estudio aún se está llevando a cabo, por lo que el más interesante hasta el momento procede del cardiólogo holandés Van Lommel, realizado durante 4 años en 10 hospitales de Holanda, y que publicó en 2001 en la prestigiosa revista «The Lancet». Durante dicho estudio se entrevistó a 344 supervivientes de un paro cardíaco, examinando cuál fue el contenido de estas experiencias cercanas a la muerte, y para la definición de muerte clínica se eligió la fase de la falta de conciencia en el cerebro, que surge después del paro cardíaco y del cese de la respiración. En 288 de las personas entrevistadas, no se dio ningún recuerdo. Pero 62 personas podían recordar la fase del paro cardíaco, lo que constituye el 18% de los pacientes entrevistados, y de ellos un 24% percibió su propia situación viéndose desde fuera.

 

Normalmente en las películas de Hollywood se muestra que el alma flota por encima del cuerpo y ve todo lo que sucede a su alrededor, ¿pero se corresponde esta imagen de las películas con lo que cuentan estas personas? Después de las entrevistas con personas que han pasado por una experiencia cercana a la muerte, hay que decir que algunas de ellas tuvieron una consciencia intacta y una percepción intacta mientras se hacía la reanimación de su cuerpo. Algunas de estas personas relatan que se sienten como flotando por encima de su propio cuerpo, y perciben con todo detalle lo que se hace con él, escuchan lo que se habla, y después cuando han regresado al cuerpo, en caso de que la reanimación hubiera tenido éxito, también pueden acordarse de todas esas circunstancias. Naturalmente esto es interesante sobre todo desde un punto de vista científico, porque así se puede comparar qué es lo que ha vivido la persona durante el proceso de reanimación, mientras su consciencia se encontraba fuera del cuerpo, y qué vivieron «los vivos» presentes en la habitación. Luego ambas vivencias se pueden comparar y comprobar si coinciden.

 

En el libro de la Editorial Gabriele «Cada cual muere por sí mismo» se relata que el alma de un moribundo no solo percibe lo que sucede en su entorno, sino que también puede percibir los pensamientos de las personas que están a su alrededor, lo que significa que al alma que abandona el cuerpo físico nada le queda oculto, tampoco lo que piensan los vivos. Es posible engañar a un vivo pero no se puede engañar a la persona que se está muriendo, pues ella percibe a las personas que están a su alrededor tal como son, y no como aparentan o aparentaron ser.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del programa: "La vida después de la muerte"

www.radio-santec.com

 

 

 

 

¿Por qué únicamente los católicos van al cielo?

 

 

Es justo preguntarse por qué las religiones de culto, las Iglesias, sólo declaran santos a fieles pertenecientes a su creencia, cuando en todo el mundo ha habido y hay personas que hicieron y hacen mucho bien de forma altruista, sin buscar prestigio ni poder, que se esfuerzan en practicar en su vida los Mandamientos del amor a Dios y al prójimo. ¿Por qué no es reconocida entonces su labor por dicha institución? Sencillamente porque la Iglesia no premia los buenos frutos de las personas de otras religiones, ella beatifica y santifica sólo a quienes han hecho grande y poderosa a la religión católica.

 

¿Entonces qué les espera a las personas de otras religiones tras el fallecimiento según la opinión eclesiástica mantenida hasta el día de hoy? La respuesta la encontramos bajo el número marginal 381 en la Colección de Dogmas de la Iglesia recopilada por Neuner y Roos: "La santa Iglesia católica cree firmemente, reconoce y proclama, que nadie que esté fuera de la Iglesia católica, sea pagano, judío, o ateo o que esté separado de la unidad, participará de la vida eterna, por el contrario quedará a merced del fuego eterno que está dispuesto para el demonio y sus ángeles, si antes de la muerte no se incorpora a ella, a la Iglesia". 

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "¿Quién inventó a los santos?" que se emite por Sophia TV América

www.radio-santec.com

domingo, 7 de agosto de 2016

Artículos de opinión

La Tierra se aproxima a un colapso nunca visto

 

 

 

El planeta Tierra sería un verdadero paraíso si cada vez más seres humanos vivieran en armonía con sus criaturas hermanas, los animales, y con la naturaleza, con los reinos vegetales y minerales, con toda la madre Tierra. ¿Y por qué no es así? Porque para ello  necesitaríamos buena disposición, humildad y entrega a la verdadera vida que carece de tiempo y espacio.

 

Desgraciadamente muchos seres humanos viven en el desvarío de creer que son la corona de la Creación, y que con la bendición eclesiástico-religiosa podrán seguir sometiendo la Tierra para sí. La mecha de la soberbia y de la arrogancia humana ya ha sido encendida, y la Tierra vivirá un colapso hasta ahora nunca visto causado por la obstinación del ser humano.

 

El delirio del autoritarismo intelectual no conoce ni la humildad ni el respeto por la vida universal, ni por la Creación ni por el Creador. Los reinos de la naturaleza, los animales, las plantas, los minerales, toda la Tierra en sí permanecen como unidad con su Creador, Dios, sólo el hombre se ha separado de Dios y de Su Creación.

 

El ser humano se permite hacer experimentos con animales para sacar conclusiones de cuán lejos puede llegar jugando a ser creador. Pero quien esté aprisionado en la alucinación de que los animales son productos inferiores de la naturaleza que están al servicio del hombre polifacético, se equivoca. Cada animalito en el Espíritu creador, el ser vivo más diminuto, el gusano, el escarabajo, el microbio, sabe de la Palabra del SER, de la Palabra del Universo. La Palabra del Creador está en las especies de los reinos vegetal y mineral. Toda la Tierra está alentada por Él.

 

El sufrimiento animal bajo el látigo humano es indescriptible. A las criaturas de Dios se las tortura, se las mantiene en establos estrechos, se las utiliza como animales útiles, se las entrega al carnicero para arrancarles la vida brutalmente. Los cazadores persiguen y matan a tiros a los animales silvestres en los campos y bosques, y a los animales en los mares, ríos y lagos les ocurre algo semejante. Los animales claman a su Creador suplicando ser liberados. El hombre es al fin y al cabo el causante del sufrimiento y de la destrucción de la madre Tierra. Pero suceda lo que suceda la Palabra del Creador permanece en la criatura torturada, permanece en la naturaleza y en los minerales, permanece por tanto en comunicación con el SER universal DIOS.

 

De esta forma cuando se escucha que cada ser vivo, por muy pequeñito que sea, es mantenido por su Creador y está en contacto con Él, se puede uno hacer una idea de cómo se sienten los animales y las plantas en la Tierra con nosotros los seres humanos. Qué duda cabe de que somos nosotros los seres humanos quienes podemos aprender de los animales y no a la inversa.

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación: El Océano universal de Dios 1ª parte

www.editorialvidauniversal.com

 

 

Los dogmas católicos no conducen al cielo

 

 

Ninguna energía se pierde. Esto también tiene validez en lo referente al fallecimiento de una persona, pues en base a su vida terrenal, es decir, en base a los contenidos de su forma de sentir, pensar, hablar y actuar, tras la muerte el alma será atraída por los ámbitos correspondientes del Más allá que concuerdan con la conducta que tuvo el ser humano. Deseos, pensamientos, ideas y opiniones forman la matriz energética del nuevo lugar de permanencia del alma en el Más allá. No son las moradas de las que habló Jesús, son más bien los calabozos de la consciencia fabricados por uno mismo, que corresponden al mundo de imágenes y al carácter de la actitud interna con que el hombre cargó su alma durante sus días terrenales.

 

Cuando la persona fallece el alma se encuentra en el lugar que le corresponde según su evolución, es decir según su nivel de conciencia, ya que la absolución del cura no conduce a ningún alma al cielo. De hecho en estos universos paralelos se consuman procesos semejantes a los de la Tierra. Así en estos ámbitos se reúnen también los llamados canonizados, beatos y santos, también los miembros del clero donde permanecen hasta que reconocen que a la existencia eterna, al Reino de Dios, es posible llegar únicamente practicando las legitimidades de los Cielos, no los dogmas católicos. Una vez reconocido esto tienen la posibilidad de proponerse alcanzar el Reino de Dios, el hogar del que un día partió el alma.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "La Reencarnación" que se emite porSophiaTV América

          www.radio-santec.com