viernes, 29 de diciembre de 2017

Artículo especial de Navidad



 

¿Por qué deben estar los animales disponibles para todas las fiestas?

 

 

El Adviento y la Navidad se han transformado en una cos­tumbre tradicional pagana. El Occidente cristiano, su­mergido en el torbellino navideño, en el delirio de los rega­los, del resplandor y centelleo, ha olvidado el hecho sin igual que sucedió hace 2000 años: La encarnación del Hijo de Dios en un cuerpo humano. El Hijo de Dios vino a noso­tros los hombres. El Adviento y la Navidad, sin embargo, ya no tienen nada que ver actualmente con la venida del Se­ñor y con Su enseñanza. El "rebaño cristiano" de la Igle­sia, que se ha tornado insensible e indiferente, celebra una fiesta pagana eclesiástica tradicional, cuyas raíces se en­cuen­tran en la creencia en ídolos de tiempos pasados, y sólo unos pocos desean que se les recuerde el gran acontecimiento cósmico que aconteció en Belén.

 

Durante estas fies­tas "santas", sobre el altar de la tradición eclesiástica, se lleva a cabo una matanza de millones de animales con el fin de mantener durante unas pocas horas el sentimental resurgimiento del sentido de familia. ¡Se trata, claro está, de la Navidad! Quien observe este mundo con los ojos muy abiertos, descubrirá que la perversión no es ilimitada, pero sí mundial. De­bido a esta sociedad pervertida sufre también la Madre-Tierra y muy especialmente sufren los animales. ¿Por qué tienen que estar los animales a disposición para cualquiera fiesta? Porque no se han dejado adoctrinar impositiva y dogmáticamente como los hombres. Los animales no son ni católicos ni luteranos, no pertenecen a ninguna institu­ción eclesiástica, ellos permanecen fieles al verdadero Dios.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "Navidad"

www.radio-santec.com

 

 

 



martes, 26 de diciembre de 2017

Artículo de opinión

Estimado director:

Les envío este artículo de opinión especial de Navidad para que lo publique en su medio de comunicación.

Muchas gracias.

Saludos de Mª José Navarro

DNI: 24764815W

 

 

 

Navidad es la fiesta de la luz, no de los sentidos

 

 

 

Curiosamente abogados y consejeros matrimoniales registran a comienzos de año un aumento enorme de parejas que quieren separarse. Christoph Daxelmüller profesor de la universidad de Würzburg dice: «Navidad es el tiempo de las tragedias humanas, Navidad significa un ascenso de la cuota de suicidios. Los empleados de asistencia espiritual por teléfono se sobrecargan de trabajo y aumenta la violencia familiar.» Y es que a pesar de que durante todo el año las relaciones familiares son tensas y sobrecargadas emocionalmente, lo que significa que no hay una total armonía, en Navidad sí que ha de haberla. Una exigencia emocional que provoca muchas sombras durante las fiestas.

 

Existen diversos motivos por lo que muchas personas ante el increíble nivel de despilfarro y banalidad, quieran que las navidades pasen lo antes posible y evitar así el estresarse demasiado. Un aspecto apenas conocido de estrés durante las fiestas en la actualidad viene provocado por las infantiles y repetitivas melodías navideñas que hora tras hora consiguen atacar los nervios de muchas personas. Los empleados de los grandes centros comerciales se quejan de que escuchar todo el día canciones navideñas a todo volumen es casi una crueldad anímica. Aunque no lo parezca a simple vista, éste es un factor extra que contribuye al estrés. Los empleados necesitan pausas musicales y algunos centros comerciales ya han reaccionado al respecto, si bien todavía quedará quien siga viendo en la música navideña una forma de atraer compradores y hacer caja, obviando el tormento auditivo de sus empleados. Y es que siempre que el ser humano se pasó de la raya le llegaron consecuencias, en Navidad también.

 

En la Navidad pagana actual donde se ha perdido el sentido real de la misma, hay muchos aspectos donde el ser humano se ha pasado ya de la medida. En la Navidad actual para celebrar el nacimiento del mas grande pacifista de la historia de la humanidad, han de ser talados millones de árboles en plena savia para luego terminar tirados a la basura, también tienen que morir millones de gansos, patos, pollos, pavos, corderos, conejos, terneras, cerdos, besugos, bacalaos, gambas, cigalas y un largo etcétera y todo sólo para deleitar nuestro paladar, ¿y que tiene que ver este desfile de cadáveres con el nacimiento de Jesús quien además nació entre animales?

 

Justamente la Navidad donde se celebra el nacimiento del gran Espíritu en el niño Jesús, debería ser un símbolo para nosotros, pues El nació entre animales. Ellos le acogieron, las personas no. ¡Acojamos a los animales en nuestro corazón! Dejemos vivir al mundo animal y sentiremos lo que significa la Navidad: La gran fiesta de la Luz. Entonces encenderemos las velas, miraremos la luz y nos preguntaremos "¿qué quiere Dios?" El quiere que cumplamos Sus legitimidades que están en los diez Mandamientos y en el Sermón de la Montaña, allí encontramos el camino hacia la vida, con lo que se engrandece el corazón. Proponerse algunos cambios internos puede ser un buen comienzo para mejorar la relación con nuestros vecinos, parientes o compañeros de trabajo, así la Navidad dejará de ser la gran fiesta externa de los sentidos y del estrés y se convertirá en la gran fiesta de la unidad.

 

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

       Del programa: "Navidad"

www.vida-universal.org

 

 


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Saludos de Mª José

viernes, 22 de diciembre de 2017

Artículo especial de Navidad



¿Fue el nacimiento de Jesús un acontecimiento tan idílico?

 

 

 

La iglesia católica sostiene que Jesús fue concebido por el Espíritu Santo, no por José. Pero si esto fuera así Dios seguramente también hubiera querido que el hijo de María naciese de forma espiritual y no natural, pero sin embargo el parto y el nacimiento de Jesús se produjeron de forma natural. Lo que indica que Dios se atiene a Sus Leyes naturales. La iglesia católica y su jerarquía siguen sin admitir el hecho del engendramiento natural  de un hijo. Pero  ¿por qué no es aceptado el engendramiento de un niño deseado con el corazón y con el deseo de que vea la luz de este mundo? Para nosotros los cristianos originarios, regalar la vida a un niño está en la Voluntad de Dios, eso es ley natural, y no fue otra cosa lo que hizo José el carpintero de Nazaret.

 

Vosotras, las que sois madres, podéis haceros consciente de cómo sucedió el acontecimiento de Belén: una mujer en estado de gestación avanzado, buscando albergue sobre una mula. Las carreteras pedregosas, rocosas e irregulares, seguro que el animal tropezaba. La mujer era sacudida y todo su cuerpo se movía. Dolores y más dolores. María sentía cada vez más claramente que había llegado el momento. Piense usted estimada mujer en el nacimiento de su primer hijo, ¿cómo fue? Seguro que contó con la ayuda de familiares y conocidos, tal vez recibió ayuda en una clínica. Pero María no tenía hogar, ni siquiera una habitación disponible, tampoco una comadrona que le ayudase a dar a luz a su hijo. Ningún apoyo, ninguna atención.

 

Y vosotros los que sois padres, ¿cómo os sentiríais sabiendo que vuestra mujer en avanzado estado de gestación pronto dará a luz? El hijo deseado ya quiere venir al mundo, pero nadie da cobijo a sus cansados padres en ningún lugar. Llaman a una y otra puerta, a este albergue y al otro, en una posada y en otra, siempre con la esperanza de que pronto tendrán una habitación en la que podrá nacer el niño. Pero no. Una y otra vez se les cierran las puertas. Comienzan los dolores de parto cada vez más fuertes. Y aún siguen sin cobijo. ¿Tendrá que nacer el niño al aire libre y bajo la fría noche? Estimado lector ¿qué siente usted?

 

Por favor háganse cargo del momento que tuvieron que vivir María y José, pues el camino sobre el duro lomo de su mula continuó durante muchas millas. Agitada, sacudida y envuelta por un frío mordaz comenzaron los terribles dolores de parto. El miedo de tener que dar a luz al aire libre quería sobrecoger a María, pero ella una y otra vez recordaba al ángel Gabriel, quien le trajo el mensaje del Padre eterno del amor.

 

Por fortuna tras llamar a una puerta una anciana les dijo: "Desgraciadamente no os puedo acoger. Pero os puedo ofrecer un establo" (en algunos escritos se habla también de una cueva), en cualquier caso la necesidad era grande, y allí los animales acogieron a la pareja. Hagámonos conscientes de que fueron los animales quienes acogieron a María y a José y dieron su calor al recién nacido.

 

Estimado lector este año, como tantos otros, estarán sentados a la mesa disfrutando de su cena o comida navideña, que muy probablemente será un trozo de carne. Quien toda su vida lo ha hecho así apenas se percata de nada extraño. Pero párese un instante y reflexione: tal vez fue un animal como ese quien dio calor al Niño Jesús, y ese animal también respiraba. No importa que hayan pasado más de 2000 años, pónganse por un instante en el lugar de María y José y pregúntense: ¿No se alegrarían profundamente de que justo el animal, del que ahora se están comiendo un trozo, regalase calor con su cuerpo y su aliento a su hijo recién nacido en un establo, y que además dejase su pesebre y su paja donde poder recostarlo?

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del programa: "El mensaje del Ángel Gabriel"

www.radio-santec.com

 

 


domingo, 17 de diciembre de 2017

Artículos de opinión



Para los primeros cristianos la Navidad no era relevante

 

 

 

En un folleto editado por la Obra Bíblica Católica  y titulado: "Mundo y ambiente de la Biblia", encontramos algunos párrafos dedicados a la Navidad que ponen al descubierto no de forma explícita pero sí orientativa, los orígenes de la Navidad. Allí leemos: "Durante los primeros 300 años los cristianos no tuvieron motivo para celebrar con una fiesta, el nacimiento de Jesús". Es decir que durante 300 años pudo existir el cristianismo sin una fiesta que hoy nos parece imprescindible.

 

¿Pero qué aconteció en el siglo IV para que se comenzara con esta tradición que a la vista queda, no dejó instaurada Jesús? Parece ser que el dios-Sol Mitra, se convirtió en un formidable rival de Jesús, quien según dice la tradición nació de una virgen y era representado con unos brillantes rayos sobre su cabeza, casualmente fue en esa época cuando se comenzó a representar la imagen de Cristo también con unos rayos sobre su cabeza, imagen que el emperador Constantino también utilizó para sí. El emperador, que prohibió la herejía y el paganismo, no obstante permitió  a comienzos del siglo IV que la incipiente iglesia católica escindida de los primeros cristianos originarios, sí incorporaran costumbres, relatos y prácticas de otras religiones lo que les debía servir para obtener ventaja frente al arrasador poder de Mitra. Todo el plagio del culto a Mitra incorporado al cristianismo se utilizó por lo tanto como una estrategia para atraer a más personas a las iglesias.

 

En la Enciclopedia de Costumbres religiosas (Charles Panati) leemos: "La idea de celebrar el nacimiento del Señor el 25 de Diciembre fue una astuta estratagema de los padres de la Iglesia que querían eclipsar la festividad de una religión rival y pagana, la del culto a Mitra, ya que este también cumplía años supuestamente en Diciembre. No hay que perder de vista que antiguamente nadie conocía la fecha exacta de su nacimiento y que casi nadie se interesaba por este asunto. Los natalicios no tenían importancia. Valían eso sí, los aniversarios de muerte.» Con esto una vez más se pone de relieve que para los primeros cristianos, la celebración del nacimiento de Jesús no era relevante, para ellos lo importante fue saber quién fue Jesús de Nazaret, qué trajo a la humanidad y cómo vivió, no cómo nació.

 

Curiosamente el culto a Mitra llevaba aparejado ruidosas fiestas por el solsticio de invierno, cayendo en notables exageraciones como las que vivimos actualmente. Además esta fiesta pagana en que se ha convertido el nacimiento de Jesús de Nazaret, va unida a mucha muerte: los árboles navideños son tal vez la muerte más inofensiva, sin embargo qué se puede decir de la orgía carnívora que se lleva a cabo por Navidad en donde millones de animales han de morir para que nosotros, las personas, podamos celebrar la Navidad "como corresponde". Esto sigue recordando una vez más a los cultos de sacrificio de la antigüedad en donde sin embargo Dios decía una y otra vez: "Vuestros sacrificios son para mí una atrocidad".

 

 

Mª Jose Navarro (24764815W)

Del programa: "Navidad"

www.radio-santec.com

 

¿Por qué deben estar los animales disponibles para todas las fiestas?

 

 

El Adviento y la Navidad se han transformado en una cos­tumbre tradicional pagana. El Occidente cristiano, su­mergido en el torbellino navideño, en el delirio de los rega­los, del resplandor y centelleo, ha olvidado el hecho sin igual que sucedió hace 2000 años: La encarnación del Hijo de Dios en un cuerpo humano. El Hijo de Dios vino a noso­tros los hombres. El Adviento y la Navidad, sin embargo, ya no tienen nada que ver actualmente con la venida del Se­ñor y con Su enseñanza. El "rebaño cristiano" de la Igle­sia, que se ha tornado insensible e indiferente, celebra una fiesta pagana eclesiástica tradicional, cuyas raíces se en­cuen­tran en la creencia en ídolos de tiempos pasados, y sólo unos pocos desean que se les recuerde el gran acontecimiento cósmico que aconteció en Belén.

 

Durante estas fies­tas "santas", sobre el altar de la tradición eclesiástica, se lleva a cabo una matanza de millones de animales con el fin de mantener durante unas pocas horas el sentimental resurgimiento del sentido de familia. ¡Se trata, claro está, de la Navidad! Quien observe este mundo con los ojos muy abiertos, descubrirá que la perversión no es ilimitada, pero sí mundial. De­bido a esta sociedad pervertida sufre también la Madre-Tierra y muy especialmente sufren los animales. ¿Por qué tienen que estar los animales a disposición para cualquiera fiesta? Porque no se han dejado adoctrinar impositiva y dogmáticamente como los hombres. Los animales no son ni católicos ni luteranos, no pertenecen a ninguna institu­ción eclesiástica, ellos permanecen fieles al verdadero Dios.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "Navidad"

www.radio-santec.com

 

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Artículos de opinión



 

¡Aprovecha el instante! ¡Aprovecha el día!

 

Cada ser humano y cada alma es un microcosmos en el macrocosmos universal. Los caminos de cada ser humano y también los de cada alma son completamente diferentes a todos los demás, porque cada ser humano se programa cada día a sí mismo y a su alma en el pro y contra personal. Por eso cada persona recorre su camino pasando por los altibajos de su existencia, y su alma con ella. Más tarde, después de abandonar su envoltura física, después de la muerte del cuerpo, el alma va a las correspondientes constelaciones planetarias del macrocosmos material, luego al cosmos de sustancia más sutil, hasta que finalmente llega al hogar, al Reino de Dios, al macrocosmos absoluto de sustancia totalmente sutil. Según sea el caso, se trata de un largo camino cósmico de peregrinaje.

Al alma también le es posible interrumpir por sí misma su camino de peregrinaje directo para ir de nuevo a una encarnación, a un nuevo nacimiento como ser humano, pues todo ser humano, toda alma tiene el libre albedrío. Por consiguiente toda persona determina por sí misma su evolución en base a su conducta a favor o en contra de la ley cósmica eternamente universal, que es la vida, y también el desarrollo de su alma. Todos los detalles que están contra la ley cósmica, contra la vida, cargan el alma de cada cual, pero también su cuerpo físico. De ello de derivan golpes del destino, necesidades y enfermedades, según sea la intensidad de las culpas.

Pero por encima de todo está la misericordia de Dios que dice: «Aprovecha el instante. Aprovecha el día, y reconoce tus formas de comportamiento, arrepiéntete de ellas y purifícalas, repara lo que aún es posible y en adelante no repitas nada igual o parecido». Esto vale para los contenidos de todos nuestros sentimientos, pensamientos, palabras y obras, para todos los deseos dañinos como vicios, explotación, violación, e incluso del querer aprovecharse de los demás.

 

Mª José Navarro (24764815W)

De la publicación: "El camino del olvido"

www.editorialgabriele.com

 

Mis obras acompañarán algún día a mi alma

 

 

No deberíamos dejarnos engañar por las beaterías hipócritas de las que se leen en más de un epitafio y que dicen cosas como estas: "Reposa junto a Dios" o "Ya ha hallado la paz". No crea tampoco en los sonoros sermones del sacerdote que ante la tumba ponen el teatral punto final, diciendo: "Dios ha devuelto a Fulano al Hogar".

 

En el Apocalipsis de San Juan está escrito: "Luego oí una voz que decía desde el Cielo: dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, porque sus obras les acompañan". Pero ¿

​C​
uáles son esas obras que acompañan al alma? En muchísimas ocasiones son los malos actos que están esperando ser purificados. Es así de sencillo: ¡tras el fallecimiento, el alma es lo que antes fue su ser humano! No se ha vuelto divina tan sólo por fallecer.

 

Tras el fallecimiento del cuerpo físico las obras del ser humano permanecen en su alma como correspondiente impronta, a menos que la persona haya reconocido a tiempo su comportamiento negativo, muchas veces bestial y sus vicios y los haya remediado dando los pasos que Jesús de Nazaret indicó: "Ponte en seguida a buenas con tu adversario mientras vayas aún de camino con él, no sea que te entregue al alguacil y este al juez, y termines en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo".

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W) 

Del libro: "Horror astral"

www.editorialgabriele.com

 

 

 

domingo, 3 de diciembre de 2017

Artículos de opinión


 

¿Cura el tiempo realmente todas las heridas?

 

Toda persona tiene su propio pasado, y si reflexionamos sobre el mismo comprobaremos que hay muchos detalles que ya apenas podemos recordar. Así más de uno dice de forma lapidaria: «Lo que pasó se olvida». Pero puesto que ninguna energía se pierde, ¿dónde están entonces las energías, por ejemplo nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras, todo lo positivo y negativo de nuestra vida, también nuestras costumbres, es decir, todos nuestros esquemas de comportamiento, todo aquello que incluimos bajo la categoría de «olvidado» o de «lo pasado»?

Frecuentemente desechamos o consideramos una nimiedad el hecho de si las personas a las que hemos ofendido o incluso perjudicado nos han perdonado o no, o si tal vez aún sufren por ello. Sin embargo lo que no está superado, es decir perdonado, sigue existiendo, también en el caso de que hayamos olvidado aquellas situaciones no aclaradas. Los seres humanos pasamos por alto con mucha facilidad el factor «energía», pero toda energía que proviene de cada uno de nosotros sigue existiendo, está registrada en nosotros, en el microcosmos y en el macrocosmos.

Las personas a las que por ejemplo les cuesta superar un golpe del destino escuchan a menudo de sus conocidos el dicho popular que dice: «El tiempo cura muchas heridas». Y es cierto, pero solo si en el otro no hemos dejado ninguna herida, ninguna culpa. Jesús de Nazaret enseñó a los seres humanos de todas las generaciones lo siguiente: «Haz enseguida las paces con tu adversario mientras vayas con él por el camino, no sea que tu adversario te entrega al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel».

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "El camino del olvido"

www.editorialgabriele.com

 

¿Se puede reparar el daño hecho a la naturaleza?

 

 

La naturaleza mantiene siempre la armonía y el equilibrio, y cuida de los seres vivos, hasta de los más pequeños. Es el ser humano quien se ha excluido de esta unidad y con sus ansias de riqueza y poder ha quitado a los animales cada vez más su espacio vital e interviene manipulando el fino funcionamiento de la naturaleza. La naturaleza y los animales sufren lo indecible a causa del ser humano. La factura de nuestro comportamiento nos esta llegando cada vez mas evidentemente, y esto hasta que nos hagamos conscientes de ello y logremos, aunque sea en parte, reparar el daño causado y aprender de nuevo a integrarnos en ese sensible equilibrio de los reinos de la naturaleza.

 

La Fundación Gabriele, la Obra del amor al prójimo animal y a la naturaleza, se creó para poder reparar el daño hecho a las plantas, animales y a la naturaleza. Así hace unos años, se empezaron a crear espacios en lo que pueden vivir los animales, devolviéndoles su hábitat natural, además en esta Tierra de paz ellos encuentran comida no contaminada.

 

Quien ha observado las actividades de la Fundación Gabriele y ha mirado cara a cara a un animal en la tierra pacífica, ha podido percibir que aun estamos a tiempo de reparar mucho mal causado y ha podido sentir cómo allí vuelve a respirar aliviada toda la naturaleza. Allí se respira una paz inusitada y muchos han empezado a creer que es posible traer a nuestro planeta un reino de paz.

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación: "La Fundación Gabriele" 

www.fundacion-gabriele.org