domingo, 31 de mayo de 2015

Artículos de opinión

 

 

¿Qué hace que los perros sean tan extraordinarios?

 

 

 

La mayoría de los veterinarios en el desempeño de su oficio han aprendido mucho sobre los perros. Es por ello por lo que suelen destacar, entre sus muchas virtudes, sus agudos sentidos y su comportamiento social. Algunas historias publicadas en prensa demuestran qué amigo tan fiel puede llegar a ser un perro, especialmente en situaciones extremas. Una de estas fascinantes historias lo relata una señora diabética de 61 años que debe su vida a Fibi, una perrita mestiza que llamó la atención de sus vecinos cuando su dueña yacía en el suelo sin poder levantarse. El segundo héroe fue un perro que salvó la vida a una mujer, a la que sin embargo no conocía de nada, y sucedió cuando un hombre que paseaba con su perro se extrañó de que repentinamente el animal cambiase de dirección, y esto porque a través de su sexto sentido había olido a una mujer accidentada. Sin lugar a dudas que su vida podría haber peligrado de no haber dado el perro la voz de alarma.

 

Pero estos ejemplos no son casos aislados, al contrario, existen muchísimos que demuestran lo entregados y serviciales que pueden llegar a ser los perros, y cómo ayudan a las personas que lo necesitan. Por ejemplo en Filipinas un pitbull ayudó a dos mujeres que fueron atacadas por una cobra. El animal se interpuso entre ellas y fue mordido por la serpiente, lo que le produjo la muerte. En Kasachistán un hombre borracho se tendió sobre las vías del tren, pero su perro lo sacó aunque por desgracia fue atropellado por el tren y murió. Y en Hannover un joven labrador salvó a un muchacho del hielo, el chico se había hundido en un canal helado, y el perro a pesar de su juventud, tiró de la manga sacándolo del agua helada. Cualquier ayuda que hubiese llegado más tarde habría sido inútil.

 

Existen miles de ejemplos de seres humanos rescatados por perros: en avalanchas de nieve, incendios, terremotos y catástrofes de todo tipo, un sinfín de relatos fascinantes pero imposible de recopilar. Lo que viene a demostrar que este animal tiene una percepción de su entrono más fina que nosotros los seres humanos, y que en determinadas circunstancias están incluso dispuestos a arriesgar su vida. Esto es algo en lo que se piensa poco, quizás porque envueltos en nuestro severo egocentrismo, creemos que los perros, como el resto de seres vivos, están únicamente para servirnos a nosotras las personas. Pero si un comportamiento tal lo tuviera un ser humano se diría de él que se trata de una persona valiente, noble, generosa, y altruista, es decir características que la ciencia niega a los animales, pues se cree que en la naturaleza no existe el altruismo, es decir el actuar sin buscar beneficio propio, reservándose los valores elevados únicamente a los seres humanos.

 

¿Se podría entonces afirmar que el ser humano puede confiar en los perros? La respuesta es sí. Y no sólo en situaciones extremas de auxilio, sino también en la vida diaria. De hecho cualquiera que haya tenido un perro como amigo sabe cuán cercanos y confiados son, y como su fidelidad está fuera de toda duda, y esto tanto en nuestras alegrías como en nuestras penas, comportamientos y cualidades que por desgracia difícilmente se pueden aplicar a los seres humanos.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: Los fieles perros

www.radio-santec.com

 

 

 

 

 

La Tierra se ha convertido en un auténtico matadero

 

 

Los seres humanos solemos afirmar que como los animales no piensan, por lo tanto no tienen alma. Así, su falta de raciocinio, tal como afirmó el doctor de la Iglesia san Agustín, los destina para la matanza "El justo orden establecido por el Creador ha sido ajustado para que su vida y su muerte estén supeditadas a nuestro provecho". Sin lugar a dudas la falta de sensatez de los doctores de la iglesia ha dado como resultado un planeta al borde del colapso climático, y para los animales la Tierra se ha convertido en un campo de batalla, un auténtico matadero.

 

La postura intelectual de san Agustín, venerado como doctor y santo, marcó al occidente cristiano y condenó a los animales a una vida llena de sufrimiento y muerte, pues el animal desprovisto de alma quedó a merced del hombre. Millones de animales víctimas de tortura, denuncian y acusan a la Iglesia y a sus padres y doctores, de ser los responsables de su miseria así como por el correspondiente embrutecimiento de los seres humanos.

 

La enseñanza de Agustín nada tiene que ver con el cristianismo. Desde hace más de 3000 años Dios llama y advierte a través de Sus profetas. A través de Moisés nos dio el Mandamiento «No matarás». A través de Isaías dijo: «Estoy harto de los carnero que quemáis en holocausto como sacrificio y de la grasa de vuestros bueyes».  Y a través de jeremías «Vuestros holocaustos no me complacen. Vuestras matanzas de sacrificio no me son gratas».

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.editgorialvidauniversal.com

 

 

 

jueves, 28 de mayo de 2015

Artículos de opinión


 

 

 

El hambre aumenta en 2015. La ONU fracasa

 

 

 

No sólo ante los graves problemas de inmigración que sufren los países del primer mundo, sino ante la dramática situación que viven millones de seres humanos en un mismo planeta, donde por un lado se derrocha y por otro las carencias se apoderan de millones de personas necesitadas, se hace necesario plantearse sin más dilación dos preguntas. La primera: ¿Qué se puede hacer de verdad para terminar con el hambre en el mundo? Y la segunda: ¿Cómo es el apoyo económico a los países en desarrollo?

 

Habría que decir que el hambre no es el resultado de que la Tierra no produzca alimentos para todos, pues este planeta produce alimentos para el doble de la población actual. El problema radica en factores ajenos a la generosidad del planeta Tierra. Sin embargo existe un aspecto concreto e importante que haría reducir el hambre mundial: el prescindir del desorbitado consumo de carne.

 

La ONU se propuso llegar al año 2015 habiendo reducido a la mitad el número de pobres y de personas que pasan hambre. Sin embargo dicha cifra no sólo no se ha reducido, sino que ha aumentado en países como Italia, México, España y Argentina. Por lo que ya se puede afirmar que esta meta no se va a lograr, puesto que quienes deberían haber ayudado, es decir los países ricos, han eludido su responsabilidad aportando muy pocos medios para conseguir lo pactado. En lugar de ello se invierten miles de millones en salvar bancos y sistemas económicos globales, también en seguir fomentando el mercado armamentístico. Quizás no se trate en primera instancia de buscar culpables, pues son muchos los que participan de ello. Sin embargo es bien sabido que algunos políticos del primer mundo actúan sin escrúpulos en los mercados de los países subdesarrollados. Cuando se sabe que para terminar con todo el hambre en el mundo durante un año tan sólo se necesitarían aproximadamente 21.000 millones de Euros.

 

A pesar de esto, se hace necesario recordar que si las personas en los países ricos e industrializados comiesen un 3% menos de carne, se podría alimentar a 1.000 millones de personas. Este dato ha sido dado a conocer por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). Por lo que no se trataría únicamente de señalar como culpables a los poderosos de este mundo, sino que cada uno de nosotros podría combatir el hambre en el mundo con su hacer diario. Es posible que exista quien aún desconozca qué relación guarda la carne con el hambre en el mundo, aunque ya millones de personas son conscientes de que se necesitan grandes cantidades de cereal y de agua potable para obtener algunos pocos kilos de carne, igualmente se talarían menos bosques para obtener campos de forraje y soja para el ganado. Dejar de comer carne no sólo beneficiaría el medio ambiente, también beneficiaría nuestra salud notablemente. Un pequeño gesto que podría cambiar el mundo.

 

Mª José Navarro (24764815W)

www.radio-santec.com

 

 

 

Sólo se puede oír bien con el corazón

 

 

Donde estén mis amigos los animales, que en lo profundo de su corazón no tienen malicia, donde la naturaleza me habla, donde los elementos hacen sonar sus melodías, allí estoy en casa, dice Gabriele la autora de estas líneas.

 

Y continúa de esta forma: "El Espíritu infinito me ha mostrado y me muestra que Él es el Espíritu universal, el Creador de todo ser, y la fuerza que actúa en la gran unidad infinitamente multiforme de la vida. Las fuerzas de los elementos contienen la energía vital del Uno universal. El aire canta su canción en el movimiento de las hojas y de las, canta su canción con el movimiento de los arbustos y de las hierbas. El sol hace brillar las hojas y las flores, que hablan de los matices de la luz e irradian la canción del sol. La gota de agua tiene su especial melodía que luego hace brillar clara como el cristal, y que la naturaleza percibe agradecida como totalidad. La tierra abre sus poros y muy poco a poco se hunde en ella el brillo cristalino. La canción del agua suena entonces en honor del Creador a través de la tierra y de la naturaleza, y hay florecimiento, crecimiento, maduración.

 

Los elementos y la naturaleza se entregan en el fruto, que canta la canción de todas las canciones de la naturaleza al regalarse a los hombres y a los animales. Las canciones de los elementos, de los árboles, arbustos, flores y hierbas forman como unidad la grandiosa sinfonía de la unidad, que se manifiesta en los frutos y que sólo se puede oír bien con el corazón".

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.editorialvidauniversal.com

domingo, 17 de mayo de 2015

Artículos de opinión


 

 

 

Los animales: un ejemplo de  compasión y reconciliación

 

 

 

Un reciente estudio sobre la convivencia entre animales ha llegado a una interesante conclusión. Científicos de la universidad de Chicago observaron que las ratas son animales con gran sensibilidad y de gran sociabilidad. Este estudio, que fue publicado en la revista especializada Science, demostró que estos animales empatizan con los congéneres que están encerrados, por lo que se muestran serviciales y dispuestos a ayudar aunque de ello no obtengan ningún provecho a cambio. Se observó cómo una rata que se encontraba encerrada en una tubería fue ayudada por otra que se encontraba fuera. Para asombro de los investigadores, el animal que estaba en libertad ayudó al roedor encerrado a salir de su encierro, sin que fuese recompensado por ello. «Esta es la primera prueba de que las ratas se ayudan por compasión», dice la publicación divulgativa del director de este estudio americano, Jean Decety.

 

¿Pero sería acertado en base a este estudio deducir que los animales pueden ser compasivos? La respuesta es sí. El hecho de que a un animal le importe el bienestar de sus congéneres lo demuestra. Además habría que añadir un matiz importantísimo a tener en cuenta sobre dicho estudio, y es que a la rata en libertad se le dio la posibilidad de sacar un dulce de una tubería idéntica y con el mismo mecanismo de apertura, sin embargo prefirió liberar a su congénere antes que hacerse con la golosina. La conclusión de los investigadores es que estas ratas aprenden en base a su motivación interna. En este sentido en el periódico estadounidense Telegraf-Inn encontramos una cita de Bey Ben Amir Batay de la universidad de Chicago, quien dijo literalmente: «No hay ningún otro motivo para esa conducta que la de acabar con la angustia de la rata encerrada».

 

Si los seres humanos tuviésemos la misma compasión que las ratas, no utilizaríamos a los animales con el objeto de experimentar con ellos. Precisamente las ratas son una de las especies animales preferidas en los laboratorios de experimentación. Desde su primer instante de vida consumen su vida encarceladas y muchas de ellas son sometidas a dolorosos experimentos de las que muchas no sobreviven. ¿Dónde queda en realidad la compasión de los seres humanos para con los animales?

 

El biólogo holandés Frans de Waal trabajó con un grupo de chimpancés observando que tras una disputa entre ellos, se acercaban amigablemente unos a otros como si nada. A continuación inició un amplio análisis estadístico, y pudo demostrar que generalmente los chimpancés en el plazo de diez minutos después de una disputa se acercan, se abrazan, se besan, acarician y prodigan cuidados con más frecuencia de lo que lo hacían antes de la pelea.

 

El concepto de De Waal sobre la reconciliación y su método de investigación, rigurosamente científico, despertó gran interés en otros investigadores de animales, lo que dio lugar a nuevas investigaciones. De hecho hoy se sabe que la reconciliación es algo que se ha observado en muchas especies de primates, también en otras especies como las ovejas, las hienas manchadas, los leones, los delfines, las mangostas enanas y las cabras domésticas.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del programa: «Compasión entre los animales»

www.radio-santec.com

 

 

¿Puede un cuerpo enfermo transformarse en un cuerpo sano?

 

 

Todos los pensamientos negativos, es decir malos producen vibraciones discrepantes, a través de las cuales el cuerpo se abre a enfermedades de toda clase. Por ejemplo sentimientos fuertes y pasiones tienen un efecto directo sobre el cuerpo, si su intensidad sobrepasa un cierto grado pueden hacer surgir enfermedades, que bajo ciertas circunstancias pueden conducir a dolores crónicos. Odio, envidia e ira pueden cambiar incluso los jugos sanos del cuerpo, de tal modo que en lugar de cumplir su función natural, tienen un efecto venenoso y destructivo. Si las sustancias naturales se trasforman en jugos que fomentan la enfermedad, la suma de los efectos pueden crear determinadas formas de enfermedad, que con el tiempo se vuelven crónicas.

 

Depende de nosotros lo que hacemos de nuestra vida, pues a la inversa los sentimientos positivos de bondad, amor, amabilidad y benevolencia actúan también sobre el sistema nervioso y el alma. Estos relajan los nervios y nos armonizan, purifican el organismo y dejan fluir en el cuerpo corrientes donantes de vida. Así sentimos que todos los canales de vida están abiertos y libres, y las fuerzas de vida fluyen reforzadamente en el organismo. Estas fuerzas sanadoras son fuerzas de vida que se vuelven entonces efectivas en el organismo, lo desintoxican de tal manera que supera las influencias que producen una enfermedad. Un cuerpo enfermo puede transformarse así en un cuerpo sano. De esta manera comprobamos que con Dios, con la energía divina, "es más fácil vivir".

 

           

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "Con Dios es más fácil vivir"

www.editorialvidauniversal.com

 


domingo, 10 de mayo de 2015

Artículos de opinión



 Los animales perciben las catastrofes y nos advierten a tiempo

 

 Cuando se producen grandes catástrofes naturales, además de lamentarse por las muchas pérdidas humanas, habría que lamentar también la muerte de muchísimos animales. Sin embargo existen sorprendentes ejemplos, aparentemente sin explicación, de cómo los animales han podido sobrevivir a este tipo de desgracias. Sin ir más lejos tras el gran tsunami de Asia en 2004, la revista alemana Spiegel  publicó un artículo con el título «Los animales salvajes se escapan de la ola gigante». El subdirector del departamento de medioambiente Hd Ratajanki declaró: «No hay ni un elefante muerto, ni tan siquiera una liebre o un conejo».

 

Valga decir que esta catástrofe de 2004 se produjo tras un fortísimo seísmo de grado 9, que generó enormes olas que se adentraron hasta 3 kilómetros en el parque nacional Yala, el mayor parque natural de Sri Lanka, hogar de elefantes, leopardos y un sinfín de animales. Algo parecido sucedió con los mamíferos marinos como ballenas y delfines, a los que apenas afectó el poderoso tsunami. Mikal Tiaf, ecólogo submarino de la universidad de Melbourne, declaró lo siguiente: «Los delfines son capaces de sentir este tipo de cosas y probablemente ponerse a salvo en aguas más profundas».

 

¿Pero se podría afirmar que este fue un caso aislado, o se ha observado en situaciones similares? De ser así tendríamos que afirmar que los animales tienen una intuición especial en caso de peligro. Al respecto ya el historiador griego de la antigüedad Diodoro documentó que los animales horas e incluso días antes de un terremoto se comportan de forma extraña. En el año 373 a.C. la ciudad de Helike, en el golfo de Corinto, fue tragada por el mar después de un poderoso terremoto. Cinco días antes de la catástrofe, al parecer un desfile de ratas, serpientes y escarabajos se dirigió a la ciudad vecina a través de un puente que la unía con ésta, para ponerse a salvo en el interior. En el terremoto de 1966 ocurrido en el norte de China todos los perros del pueblo escaparon a tiempo y sobrevivieron. O por ejemplo cuando en 1976 un terremoto en la región italiana de Friaul, se cobró las vidas de 1000 personas, los campesinos observaron que los ratones salían de sus madrigueras y los animales en las cuadras sintieron pánico poco antes de que se produjera el terremoto.

 

Tras el ciclón Charly que en 2004 sacudió el estado de Florida, el biólogo Mike Hehouse relató una interesante circunstancia: «Aproximadamente 12 horas antes, catorce tiburones provistos de dispositivos de seguimiento y que nunca antes habían abandonado su zona habitual, huyeron a aguas más profundas y permanecieron allí durante dos semanas». Cuando en 2008 en el suroeste de China la tierra tembló, cientos de miles de sapos salieron de la tierra y atravesaron brincando la ciudad de Mianjang. Algo parecido sucedió en Italia, allí los sapos del lago San Rufino desaparecieron de un día para otro, y una semana más tarde un intenso terremoto sacudió toda la región y murieron 300 personas. La enseñanza que se puede sacar de todas estas experiencias y de muchas otras es que los animales emiten con toda claridad una señal de advertencia para los seres humanos, pero como casi siempre, solo es percibida por unos pocos.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: «Los animales y su sexto sentido»

www.radio-santec.com

 

 

Jesús recomendó no comer carne

 

Jesús recomendó no comer carne, lo que algunos evangelios que están fuera de la Biblia lo testimonian. A pesar de ello san Jerónimo suprimió este importante aspecto de la enseñanza de Jesús al recopilar la Vulgata, incluyendo al mismo tiempo antecedentes ya falsificados.

El que Jesús y los apóstoles eran vegetarianos lo confirman muchos escritos apócrifos. La literatura correspondiente es ofrecida por Editorial La Palabra, por ejemplo: «El amor de Jesús por los animales que nos fue ocultado» o «La Biblia fue falsificada". Interesantes publicaciones que nos desvelan por ejemplo que Santiago, el hermano de Jesús, el primer dirigente de la comunidad originaria de Jerusalén, era vegetariano. Esto está comprobado históricamente. Y así también hay párrafos del intercambio de cartas de los primeros cristianos que dan testimonio de que ellos tampoco comían carne. Se puede asegurar que la mayor parte de los miembros de las comunidades originarias no disfrutaban de la carne.

Pero también los padres de la Iglesia dan testimonio de que en el cristianismo originario no se consumía carne. Por ejemplo, Juan Crisóstomo: «Entre ellos no corren ríos de sangre, no descuartizan ni despedazan carne. Donde ellos, no se hallan los terribles olores de comidas de carne, no se escuchan alaridos ni ruidos desoladores. Sólo prueban el pan, fruto de su trabajo, y agua pura. Si desean una comida más abundante, sus exquisiteces son frutas, así se sienten tan satisfechos como ante una mesa de reyes».

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación: "La silla de san Pedro"

www.lasilladesanpedro.org

 

 




domingo, 3 de mayo de 2015

Artículos de opinión


 

La vida en el mar se acaba

 

 

 

La mayoría de los seres humanos no sabemos mucho sobre los habitantes de los océanos, concretamente sobre los peces, sobre su conducta social o su sufrimiento a manos de su mayor depredador, el hombre. Esto tal vez se deba a que el mar no deja de ser para nosotros un medio "extraño", es decir un medio cuyo acceso nos está limitado. Por otra parte, el que los peces sean mudos contribuye a que nos dé la impresión de que no se quejan, es decir que no sufren.

 

Sin embargo el ser humano les ocasiona un daño enorme debido a la cría en piscifactorías, a las artes de pesca cada vez más agresivas, a la contaminación de los mares y del medio ambiente y al calentamiento de los océanos. En un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se puede leer que un tercio de todos los caladeros de pesca del mundo están agotados. Lo que se contradice con el hecho de que el consumo de pescado ha aumentado en todo el mundo, alcanzando cifras récord. En el año 2009 cada adulto consumió mundialmente más de 17 kilos de pescado, con una producción anual de 145 millones de toneladas.

 

Debido a los incontables efectos que provocan la pesca, la contaminación y el calentamiento de los mares, la biodiversidad se ha visto considerablemente afectada, y de forma dramática. Por ejemplo se sabe que 30 especies de tiburones están en peligro de extinción, porque en Asia sus aletas son consideradas como un manjar que se consumen como una delicia. Además también se teme por el futuro de otros animales marinos como las caballas, el bacalao o el atún rojo entre otras especies, cuya población ha disminuido considerablemente.

 

Si a comienzos del siglo XX alguien hubiese dicho que los océanos eran susceptibles de ser esquilmados, se le habría tomado por loco. Incluso en los años 50, cuando debido a la 2ª guerra mundial la industria pesquera sufrió un parón forzoso, se hablaba aún de reservas ilimitadas, y los océanos se consideraban como una fuente inagotable que solucionaría los problemas de alimentación de una población mundial en crecimiento. Pero en los decenios pasados, la tecnología no solo se desarrolló en tierra firme, sino también en los mares.

 

Hoy existen flotas pesqueras cada vez más grandes. Los barcos son cada vez más descomunales con motores cada vez más poderosos y tecnología más sofisticada, lo que supone que puedan lanzarse redes gigantescas con las que vaciar los mares. Por ejemplo con la pesca de arrastre no sólo se capturan los animales deseados, sino muchos otros que no se querían pescar, con lo que son devueltos al mar ya muertos o gravemente heridos. El Mar del Norte es prácticamente labrado 3 veces al año, con lo que también las praderas de algas y los corales son dañados irremediablemente, con un perjuicio para la vida marina de difícil cuantificación, ya que tanto los campos de algas como los corales son los jardines de infancia de los alevines de la vida marina. Con esto el futuro que se pronostica para los mares y océanos lamentablemente es poco esperanzador.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: "Mar sin peces"

www.radio-santec.com

 

 

 

¿Qué hacer sí me proyecto en los demás?

 

 

Cuando alguien vive continuamente en la ley de la proyección, vive atrapado sin poder evolucionar ni crecer, no puede reconocerse a sí mismo porque simplemente reprocha al otro lo que debería decirse a sí mismo. Peleas, conflictos y reproches le acompañan constantemente haciéndole la vida difícil, haciéndole incluso enfermar.

 

Muchos se preguntan cuál es el paso a dar una vez reconocido que me proyecto en los demás. Pues bien, después de haber arremetido contra alguien descargando mi propia tensión o agresividad no es otro que el arrepentimiento. Sí me doy cuenta que he arremetido contra mi prójimo, me puedo decir: "Lo tenía que haber dicho de otro modo. Lo podría haber dicho con más tranquilidad. Debería haber mirado más detenidamente qué hay de fondo y haberlo purificado". Después ha de venir el pedir perdón a la persona afectada, y proponerme actuar de otro modo dominando mejor mi vida para no volver a caer en un comportamiento parecido, ser más conciliador.

 

La clave no es decirme a mí mismo: "la próxima vez lo haré mejor", la clave reside en auto-cuestionarme con la pregunta "por qué". ¿Por qué me he alterado tanto?, ¿Por qué no he sido capaz de escuchar esa vocecita que me avisa que estoy perdiendo las formas?. Si nos preguntamos a nosotros mismos el "por qué" en la conciencia de que en el interior podemos encontrar la ayuda, es decir el hilo que me ayude a seguir la pista de mí mismo, siempre encontraremos respuesta.

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

   www.randio-santec.com

 

 

 


viernes, 1 de mayo de 2015

Artículo especial día de la madre


 

María ¿madre de Dios?

 

 

La típica imagen de la virgen María con el niño en el regazo no es exclusiva del catolicismo, es decir, dicha imagen es exactamente igual a la usada anteriormente en el antiguo Egipto para representar a la diosa Isis con su hijo Horus nacido de una virgen o también a la diosa babilónica Semiramis con su hijo Tamuz, nacido también de una virgen, y en otro continente a la diosa hindú Devaki con su hijo Krishna. Y aunque a priori esto pueda sorprender a quien no sea avezado en historia, ciertamente los paralelismos indican claramente que el culto a la madre de dios, fue copiado de los cultos a las diosas-madre de las religiones paganas.

 

Una simple mirada a la historia de la iglesia muestra cómo se llegó a esto: en Éfeso existía el culto a Diana, que también era conocida como la madre de Dios. En el año 431 cuando el catolicismo se extendía más y más, en plena celebración del concilio de Éfeso, una muchedumbre fanática recorrió las calles exigiendo que la iglesia asumiese su antiguo culto a Diana. Los miembros católicos reunidos y apremiados por la muchedumbre solventaron el asunto colocando a María en el lugar de la aclamada Diana, declarando a María como la madre de Dios. Asunto resuelto.

 

Pero ¿no suscita este confuso concepto de «madre de Dios», la idea de que María se encuentra por encima de Dios? ¿Cómo puede la madre de Jesús ser también la madre de Dios? Lo que para cualquier persona moderna que además piense libremente esto es lógico, sin embargo no pareció serlo para el antiguo Papa Josef Ratzinger quien en 2007 declaró: «Dios tiene una madre, y en ella reconocemos la maternal bondad de Dios y Su ternura. Por eso es un gran regalo para el catolicismo cuidar y vivir ese alegre amor a la madre de Dios, a María.»

 

En una carta dirigida a los obispos españoles en 2005 Ratzinger escribía: "Ella nos ayuda como abogada en nuestros apuros e intercede por nosotros ante su hijo". Pero Jesús de Nazaret no enseñó nada al respecto, El nos mostró a un padre amoroso al que toda persona se puede dirigir y para el que no se necesitan intercesores. Y a María tampoco la necesitamos como abogada, porque Dios ni condena ni juzga. Es cada persona quien crea su propio juicio interno según la ley de Causa y efecto. Jesús también nos habló de la siembra y cosecha. También que si reconocemos que hemos obrado contra las leyes de Dios o contra nuestro prójimo, nos arrepentimos, pedimos perdón y reparamos el daño causado, la cosecha con toda seguridad no será la que tendría que haber sido. Cuando Jesús decía "Tus pecados te son perdonados. Ve y no peques más", estaba mostrando cual era el origen de nuestros males y al mismo tiempo el camino de salida.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.erde-und-mensch.org