domingo, 28 de abril de 2013

artículos de opinión

Estimados amigos: Les envío estos  dos artículos  de la semana 18 para que lo publiquen en su medio de Comunicación. Muchas gracias.

Les saluda atentamente,

Mª José Navarro

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¿Qué son las zonas de muerte en los océanos?

 

 

 

La revista Focus publicaba ya en 2007 un artículo titulado: "Desiertos submarinos sin vida" haciendo alusión a zonas de muerte en el mar, ¿pero a qué se referían exactamente? Sencillo, a zonas donde ya no hay peces. El cambio climático fomenta la formación de este tipo de zonas de muerte, pues las elevadas concentraciones de CO2 y el dióxido de carbono provoca la acidificación de los océanos, lo que perjudica a la calcificación de la concha de ciertos moluscos, también de los cangrejos. Además el CO2 actúa como abono para el plancton en la superficie marina, lo que hace que éste se multiplique, pero cuando muere y se hunde en el fondo marino, aumenta el consumo de oxigeno con lo que los peces mueren por falta del mismo.

 

Esta cadena de acontecimientos climáticos unida a la sobreexplotación de los mares, ha dado lugar a las llamadas zonas de muerte. Siendo una vez más el ser humano el causante de la desaparición de las especies, quien en todos los casos actúa de igual forma: explotación de la naturaleza, uso desmedido de sus espacios vitales y destrucción del hábitat natural. Aunque otra forma de explotación a manos del codicioso ser humano es la tala indiscriminada de selvas tropicales. Entre los años 2000 y 2005 se perdieron 27 millones de hectáreas de selva tropical, principalmente en la selva amazónica.

 

Tal como actúa un tumor maligno, el ser humano se expande a costa de otros órganos sin tener en cuenta lo que éstos necesitan para seguir viviendo. Otro paralelismo con dicha enfermedad también es el daño irreparable que ejerce a su paso, ya que aunque se detuviera la tala de selva tropical y se comenzara a reforestar, las consecuencias globales ya serían irreversibles.

 

La Universidad de California diseñó un mapa en el que se refleja el uso de los océanos a manos del ser humano, mostrando que tan sólo un 4% de la superficie marina queda libre del uso y de la influencia del hombre. Y otras fuentes como Spiegel On-line publicaba en 2008 un artículo titulado "La epidemia hombre ha infectado los océanos", ¿cómo no ver paralelismos médicos entre la forma de actuar ser humano y un tumor maligno sobre el planeta?

 

 

 

Radio Santec

Mª José Navarro

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Los pensamientos son fuerzas que tiene efecto sobre nuestro sistema nervioso

 

Los pensamientos son fuerzas que tienen efecto sobre nuestro sistema nervioso y sobre nuestra alma. Por consiguiente depende completamente de nosotros lo que hacemos de nuestra vida. Del mismo modo, pero a la inversa, actúan también sobre el sistema nervioso y el alma los sentimientos positivos de bondad, amor, amabilidad y benevolencia. Estos relajan la conciencia de los nervios, la llevan a la armonía, purifican el organismo y dejan fluir incrementadamente en el cuerpo las corrientes donantes de vida. Así sentimos que todos los canales de vida están abiertos y libres y las fuerzas de vida fluyen reforzadamente en el organismo.

 

Estas fuerzas sanadoras y de vida se vuelven entonces efectivas en el organismo, lo desintoxican de tal manera que supera las influencias que producen una enfermedad. Un cuerpo enfermo puede transformarse así en un cuerpo sano. De esta manera comprobamos que con Dios, con la energía divina, es más fácil vivir. Esto significa que si refinamos cada vez más nuestros pensamientos, sí nuestro altruismo se mantiene durante todo el día, la corriente de fuerza transformará todo lo negativo en nosotros, llenará el alma con luz y purificará el cuerpo de todas las sustancias dañinas, lo dejará volverse sano, es decir, lo sanará.

 

Para alcanzar una sanación interna duradera a través del Espíritu, el que busca sanación debería situarse en sensaciones y pensamientos en un ámbito superior y esforzarse en permanecer allí. Esto es lo que daba a entender Jesús de Nazaret con las palabras: "Ve y en adelante no peques más" y "tus pecados te son perdonados". Con  ello aludía El a la verdad inmutable de que cada enfermedad y cada sufrimiento son la consecuencia de infracciones directas o indirectas, intencionadas o no intencionadas contra las leyes divinas.

 

 

Radio Santec

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domingo, 14 de abril de 2013

Artículos de opinión


 

 

El egoísmo humano daña a la Tierra

La vida del suelo es exterminada por abonos artificiales, pesticidas, estiércol y abonos líquidos. Además las tierras han de rendir hasta que no den más con el fin de aumentar así las ganancias. Pero la agricultura industrializada ya no puede compensar el agotamiento ruinoso de la tierra, pues los terrenos ya no se prestan más a ello.

 

Debido al estiércol y a los abonos líquidos se destruye el equilibrio sano de la vida del suelo. También penetran en el suelo substancias contagiosas, como priones de la EEB, así como residuos del metabolismo animal, también los restos de los psicofármacos, antibióticos, anabolizantes y hormonas, también medicamentos suministrados a los animales. La tierra transmite a las plantas las informaciones de estas substancias extrañas y si los animales las comen, se depositan en su carne. Ya sea a través de las plantas o de la carne animal, estas informaciones extrañas llegan por último al hombre y pueden provocarle más de un trastorno.

 

Por ejemplo en Alemania cualquier empresa de engorde de cerdos tiene que demostrar que dispone de un terreno donde depositar el estiércol. Por ejemplo para 700 cerdos son necesarias unas 50 hectáreas de tierra, que son envenenadas sistemáticamente. En la revista El Reino de la Paz leemos: El shock de un repentino envenenamiento con nitratos es enorme para las plantas y animalitos que viven en la tierra, liebres, ciervos, pájaros, ratones ¿O nos gustaría que alguien nos vaciara estiércol y abonos líquidos en la cabeza?

 

Vida Universal

                                                                                                                                                                                                      www.editorialvidauniversal.com

 

Para tener asegurado el éxito en el trabajo

 

Nuestro comportamiento diario no solo tiene su efecto en nuestra alma y en nuestro cuerpo físico, sino que además impregna nuestro subconsciente, es decir nos permite poder concentrarnos mejor o peor.

 

Trabajar de forma concentrada, es decir concentrarse en el trabajo que estamos realizando ahorra tiempo y fuerza, además aporta seguridad interna y éxito. Si por ejemplo hemos acabado ya el trabajo que estábamos realizando, deberíamos relajarnos con algunos ligeros ejercicios físicos. Esto contribuye a que por unos minutos podamos liberarnos de los pensamientos sobre el trabajo que hemos dejado aparcado. Conseguir desconectar completamente por unos minutos nos supone un regalo de verdadera relajación. Después de esto podemos volver a concentrarnos en el siguiente trabajo y terminar en poco tiempo con aquello que, en caso de no trabajar concentrados, podría habernos costado el doble.

 

Al concentramos deberíamos dirigir nuestra atención sólo a una cosa, porque si estamos divididos nuestra actividad se convertirá en una molestia y no será terminada en su totalidad puesto que en ella sólo participaba la mitad de nuestras fuerzas. Esto es dispersión de pensamientos y no concentración. Nuestras fuerzas van allí hacia donde dirigimos nuestra atención. Atención dividida es fuerza dividida ya que no podemos abarcar ambas cosas completamente, porque en pensamientos hemos repartido nuestra fuerza en dos procesos de trabajo. A causa de ello provocamos una discrepancia, una escisión en el alma y en el cuerpo. Por eso da igual lo que hagan nuestras manos, deberíamos estar con todas nuestras fuerzas en el trabajo que las manos realizan.

 

Si afirmamos lo que hemos de hacer y concentrados nos orientamos a la tarea, tendremos el éxito asegurado. Quien puede concentrarse consigue seguridad interna y la seguridad interna repercute en lo externo, en la persona y en su relación con los demás. Quien ha conseguido seguridad interna es soberano, está por encima de lo cotidiano y a quien está por encima de lo cotidiano le sirven las fuerzas del Universo.

 

Puesto que todo es energía, la actividad que llevamos a acabo en cada ocasión, es un complejo de energía. Si fraccionamos este complejo a través de la concentración, veremos donde tenemos que empezar y qué hay que hacer para que tengamos un éxito seguro. Mediante una máxima concentración conseguimos confianza en nosotros mismos, puesto que en nosotros crecen fuerzas nuevas y poderosas. Nuestra memoria aumenta en capacidad y nuestra conciencia se amplia, porque la dispersión y distracción de antes, que causaron nuestra mala memoria, han desaparecido.

De la publicación: "Con Dios es más fácil vivir"

 

 

 

                                                                                                         Vida Universal

Ana Sáez Ramirez

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domingo, 7 de abril de 2013

Artículo de opinión


 

¿Es acertado relegar las hierbas curativas al olvido?

 

 

 

El siglo XX estuvo marcado por la industrialización y la supremacia de la química. La importancia de las plantas como remedios curativos comenzó a perderse, y con el progreso y el éxito de las ciencias naturales las sustancias de muchas plantas medicinales fueron aisladas para ser sintetizadas en su forma pura. En un paso posterior fueron modificadas las estructuras de las sustancias extraídas de las plantas, para lograr medicinas más efectivas o más asimilables. El caso más conocido es el ácido acetilsalicílico que alcanzó su éxito como Aspirina y que aún hoy en día mantiene su posición. La sustancia elaborada químicamente desplazó de su lugar a la corteza de sauce con sus sustancias y componentes.

 

Sin embargo la desnaturalización de las sustancias activas, ignora muchos otros efectos positivos que el conocimiento milenario sobre el poder curativo de las plantas ha intentado transmitir hasta nuestros días. Muchas voces nos animan en la actualidad a regresar a la naturaleza, en el sentido de un regreso a la medicina alternativa que ayuda a sanar sin ser perjudicial y también a recuperar la relación con la naturaleza de la que formamos parte.

 

En general las plantas medicinales no son utilizadas para enfermedades graves o agudas, sino más bien para mantener sano el cuerpo, también como prevención para malestares ligeros, o como terapia suplementaria para aliviar los síntomas. Sin embargo es indiscutible la fuerza sanadora de las plantas medicinales, la que viene actuando desde hace milenios formando parte de un conocimiento ancestral. Pues incluso cuando aún hoy día los principios activos no han podido ser demostrados en todo su amplío espectro con los métodos científicos actuales, éstos actúan y ayudan. La naturaleza está llena de vida, por lo que es recomendable dirigirnos a las plantas como seres vivos cuyas fuerzas informativas pueden dar impulsos para que el cuerpo humano pueva volver a tener un equilibrio armonioso.

 

Y sí está en nuestro ánimo salir al campo y tomar algunas hierbas de la naturaleza, deberíamos en primer lugar pedirles sus dones agredecidos por el regalo que nos hacen. En el libro «Reconócete y cúrate a través de la fuerza del Espíritu» que nos ha sido dado por el Espíritu de Dios a través de la profeta de la actualidad Gabriele, está escrito lo siguiente sobre las plantas medicinales: «Trátalas bien y reconoce que contienen fuerzas etéreas muy valiosas. Cuanto más te orientes a las fuerzas etéreas tanto más se activarán estas en las hierbas y formas de vida».

 

 

Radio Santec

Teresa Antequera Cerverón

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jueves, 4 de abril de 2013

Artículo de opinión


Estimados amigos: Les envío este artículo corto también de la semana 14, para que lo publiquen en su medio de Comunicación.

Muchas gracias.

Mª José Navarro

24764815

 

 

 

Tener compresión por los padres

 

 

Algunos padres se lamentan mirando hacia atrás porque su juventud quedó ensombrecida por tutelas, obligación de obedecer, limitaciones, prohibiciones y presiones autoritarias. Se alegran de no tener que exigir cosas semejantes a sus hijos que están creciendo. Otros por el contrario envidian la libertad que disfruta hoy la juventud.

 

Con estas palabras quiero despertar en vosotros comprensión por vuestros padres, dice Gabriele la autora de estas letras. Tal vez en conversaciones entre jóvenes aprendáis a  comprender a vuestros padres. Entonces tal vez podáis comprender y experimentar por qué son así y reaccionan de ese modo. Un esfuerzo sincero por ambas partes, sobre todo de vosotros los jóvenes con vuestro mundo de ideas, eliminaría algunos juicios y os ayudaría a veros a vosotros y a vuestros padres como lo que sois, hermanos, unos más jóvenes otros más mayores, que recorren juntos esta vida en la Tierra y que están unidos por cosas positivas.

 

Si vosotros sois ya adultos y vuestros padres se encuentran en el otoño de la vida es posible que se cuestionen de forma crítica: Si no hubiera reaccionado tan duramente con mis hijos en su pubertad, si no hubiera dicho esto o lo otro, o si no me hubiera impuesto. Pero siendo sinceros algunos adultos reconocerán que fue como tuvo que ser. Quizás algunos de los padres piensen en secreto para sí mismos: al fin y al cabo mis hijos en su juventud eran muy similares a como yo mismo fui.

 

            De la publicación gratuita: El joven y el profeta

 

Vida Universal

                                                                                       www.editorialvidauniversal.com



martes, 2 de abril de 2013

Artículo de opinión


 

 

La Tierra sufre ya daños irreversibles

 

 

 

El ser humano, de la misma forma que actúa un tumor maligno en el cuerpo, se expande sin control y sin ningún tipo de miramientos. Tanto uno como otro crece sin tener en cuenta como le va al vecino de al lado, en el caso del tumor sin tener en cuenta lo que los demás órganos puedan necesitar para seguir viviendo.

 

La actuación del ser humano en el planeta ha llevado a que las diferentes especies del planeta se extingan a un ritmo vertiginoso: los vertebrados se extinguieron en un 33% entre 1970 y 2005. Las especies marinas en un 14%, y las de agua dulce en un 35%. La tala de la selva tropical avanza sin control: entre los años 2000 y 2005 se perdieron 27 millones de hectáreas principalmente en la selva amazónica. Tal como un tumor daña otros órganos de forma irreparable, las consecuencias de la actuación humana en las selvas tropicales son ya irreversibles.

 

Otra similitud radica en que el cáncer en el organismo genera muchos desperdicios que el cuerpo no sabe como liberar y el ser humano se comporta igual para con el planeta Tierra. Entre California y Hawai existe un remolino de basura del tamaño de Europa Central. La organización oceánica OCEANA ha calculado que cada hora se vierten 675 toneladas de basura al mar, siendo la mitad plástico. Esta alfombra de plástico en el Pacífico debe pesar unos tres millones de toneladas.

 

Por otra parte la sobreexplotación de los mares a manos del hombre está esquilmando la vida marina, pero además el 50% de los corales están severamente dañados, al igual que los bosques de manglares. La revista Focus publicó en 2007 un artículo con el título "Zonas de muerte o desiertos submarinos sin vida", con el que se quería dar a conocer que hay zonas en los mares donde ya no hay peces, algo que además viene dado por el cambio climático puesto que el CO2 provoca la acidificación de los océanos con consecuencias graves para la vida en ellos.

 

Con estos pocos datos de los muchos que podrían haberse expuestos, si la pregunta es: ¿Es el ser humano el carcinoma del planeta Tierra?, la respuesta sería sin duda alguna, sí.

 

 

Radio Santec

Teresa Antequera Cerverón

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