domingo, 24 de abril de 2016

Artículos de opinión


Terremotos. La Tierra vive

Los terremotos se cuentan entre las catástrofes naturales más poderosas, y nos recuerdan el enorme poder, fuerza y energía que se encuentran en el interior de la Tierra. La corteza terrestre se compone de placas que se separan, rozan o sobreponen, produciendo tensiones cada vez que entran en contacto, y esas tensiones se descargan por ejemplo por medio de un terremoto o de una erupción volcánica.

Sólo quien ha vivido un terremoto sabe de la violencia extrema que la naturaleza puede generar y contra la cual el hombre no tiene ningún arma. Sin embargo los terremotos se suceden con más frecuencia de lo que se cree. En lo que llevamos de año ya ha habido varios a tener en cuenta, en Enero sucedió en el mar de Alborán, y actualmente están recuperándose aún en Ecuador y Japón de fuertes seísmos con grandes daños materiales y humanos. Realmente cada año se registra un millón de terremotos, de los cuales cien mil son percibidos.

Para los estudiosos resulta muy interesante medir tanto la intensidad como la magnitud de cada terremoto. Para ello existe la famosa escala de Richter, creada en 1935 por Francis Charles Richter. Se trata de una escala logarítmica, es decir un terremoto de la escala 6 es 32 veces más fuerte que un terremoto de la escala 5. Y por ello se puede hablar de terremotos gigantes, como el de Chile de 1960, o el de Alaska en 1964 con intensidades de 9,5 y 9,4 respectivamente. Sin embargo el que con toda seguridad recordamos aún es el famoso maremoto de Sumatra de 2004, que produjo un demoledor Tsunami. Se trató del tercer terremoto más fuerte del que se tiene constancia.

El ser humano es de la opinión que puede hacer con la Tierra lo que quiera sin ningún tipo de escrúpulos, por ejemplo realizar excavaciones mineras, construir túneles, atravesar montañas o hacer prospecciones subterráneas en busca de gas o petróleo. Pero la Tierra es un organismo vivo que reacciona muy sensiblemente ante las agresiones recibidas. Incluso el deshielo de los glaciares, causado por el cambio climático, está provocando terremotos.

Sin embargo desde hace 40 años la humanidad está recibiendo indicaciones del mundo espiritual divino a través de la enviada y profeta de Dios para nuestro tiempo, Gabriele. En el libro titulado «Catástrofes, cataclismos y muerte» podemos leer: «Vosotros pensáis que sólo la atmósfera está destruida, pero Yo os digo que el magma se calienta cada vez más produciendo movimiento en muchas cosas. La Tierra se calienta. El hielo se derrite. Vienen las inundaciones y las tempestades las inician.» Estas advertencias e indicaciones han sido ignoradas, y los hombres han continuado abusando de la Tierra desmesuradamente, quitándole las materias primas en explotaciones cada vez más dañinas. Las consecuencias que esto tiene lo vemos cada vez más rápidamente, pues a cada acción le sigue su reacción. Las consecuencias personales que cada uno quiera deducir para sí mismo queda en manos de cada uno. Sin embargo ya no podremos decir que no fuimos advertidos a tiempo.

 

Ana Sáez Ramírez (45.271.959R)

Del programa: «Terremotos y volcanes»

www.radio-santec.com

 

Todos podemos participar en la lucha contra el hambre

Jean Ziegler, el afamado vicepresidente del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es conocido por no tener pelos en la lengua, suya es la frase: «La agricultura mundial podría dar de comer sin problemas a doce mil millones de personas. Un niño que hoy día muere de hambre, muere asesinado». Jean Ziegler no desea participar de este terrible genocidio y por eso ha dejado de comer carne. Sin embargo la mayoría de los países que prefieren destinar granos al engorde de animales antes que dárselos a quienes padecen hambre, pertenecen al denominado occidente cristiano, pero ¿qué tiene esto de cristiano? Jesús de Nazaret, al que se remite la cristiandad, ayudó durante Su vida a los más débiles y desprotegidos.

¿Pero no se comporta la humanidad como los pasajeros del Titanic? El barco tardó ocho horas en hundirse, y mientras la gente abajo se ahogaba, arriba los pasajeros de primera bailaban sin querer darse cuenta de lo queocurria.

En los países desarrollados la gente aún se siente segura y sigue derrochando, mientras que cada cinco segundos muere de hambre un niño. Muchas personas en la actualidad apenas son conscientes de que cada uno con su alimentación, decide si quiere participar en la lucha contra el hambre y la pobreza. Pues por cada trozo de carne que no se coma se puede destinar más cereal al consumo humano. De esta forma se podría incluso reducir el plazo que la ONU se ha puesto para erradicar el hambre y la pobreza.

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: «Noticias de parte de hijos e hijas de Dios », que se emite por Sophia TV

www.radio-santec.com

 



domingo, 17 de abril de 2016

artículos de opinión


¿Quién inventó el infierno?

A causa de nuestros actos contrarios y porque no queremos comprender lo que significan el amor, la unidad, la igualdad, la libertad y la justicia, ni que Dios es bueno y desea sólo lo mejor para cada uno de Sus hijos, el ser humano crea un infierno en su propia vida. Luego padece los tormentos infernales en su cuerpo y en su destino.

Si contemplamos el mundo actual podría suponerse que este mundo es el infierno, porque cada vez más personas sufren tormentos infernales. Pero tampoco aquí en la Tierra hay infierno alguno. Precisamente en la Tierra deberíamos reconocer nuestros actos contrarios, arrepentirnos de ellos, ponerlos en orden y no hacer más lo reconocido. Éste es el camino que lleva a la plenitud interna, a la vida, también es el camino de la liberación de las creencias erróneas y del miedo a la muerte, del pecado mortal y de la condenación eterna. Por tanto la Tierra es un lugar de misericordia sin igual y cada día es una joya, una oportunidad maravillosa y única con un mensaje especial para cada uno, pues el día es nuestro amigo.

Tras el fallecer el alma no se libera de nada, porque la muerte por sí sola no libera de nada. Si el hombre no se ha liberado antes en su interior estando vivo, nada cambiará. Las ataduras que el hombre no ha quitado durante su vida terrenal siguen siendo, en el Más allá, la cárcel del alma, sólo que de manera más perceptible y difícil de eliminar. Frecuentemente estas ataduras vuelven a atraer al alma a un nuevo vestido terrenal, es decir a otra encarnación.

Pero una cosa es segura: la vida permanece eternamente y las formas de vida existen eternamente. No hay muerte alguna, tan sólo el paso a otra forma de existencia. Tampoco existen el pecado mortal ni la condenación eterna, porque Dios no ata, Él libera. En Dios y en todo el infinito no existe el estar atado, tampoco un lugar llamado infierno. Sólo el ser humano se ata y crea lugares de horror. Un lugar llamado infierno o el concepto de la condenación eterna es una invención del ser humano nacida de su oscura forma de pensar.

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "Tu vida en la Tierra es tu vida en el Más allá"

www.editorialvidauniversal.com

¡Ojo, tus pensamientos tienden a realizarse!

Si tenemos miedo a contraer enfermedades y a que nos sobrevengan preocupaciones y sufrimientos, estamos degradando las energías positivas volviéndolas negativas, con ello estamos creando formas de pensamientos destructivas, una especie de peligrosos robots que somos nosotros mismos, pues nuestros propios pensamientos tienden a realizarse.

Estimado lector hágase conscientes de que el peligro no viene de fuera, viene de nosotros mismos y nos influye a nosotros mismos. Ya que sólo puede recaer sobre nosotros aquello que en nosotros mismos ya existe. No importa los muchos peligros que acechen en el mundo, si no tenemos algo igual o parecido en nosotros, no atraeremos esos peligros, no pueden hacernos nada, salvo que previamente hayamos creado la fuerza de atracción en nuestra alma.

Por lo tanto, con nuestros pensamientos negativos podemos hacer surgir en y sobre nuestro cuerpo enfermedades y padecimientos o provocar sufrimientos y golpes del destino. Por el contrario, a través de una forma positiva de sentir, pensar, hablar y obrar producimos en nosotros salud, armonía interna, alegría, paz, felicidad y satisfacción. Vemos por tanto que los pensamientos son fuerzas. Lo que pensamos y cómo pensamos, ya sea en sentido positivo o negativo, retorna a nosotros, el emisor.

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "¿Tiene el ser humano libre albedrio?"

www.radio-santec.com

 

domingo, 10 de abril de 2016

Artículos de opinión

 

¿Existe alguna fortaleza donde sentirnos seguros?

 

Dar pasos reales en lo que se denomina la fe activa, nos da la fuerza para hacernos conscientes de que somos hijos de Dios, hijos e hijas de nuestro Padre eterno. Así nuestra forma de actuar será cada vez más seria, y la fe se habrá convertido en confianza. Nos habremos confiado a Jesús, el Cristo, y sentiremos en nosotros mismos que nos estamos acercando a Él. Se da un cambio total en nuestra forma de pensar y en todo nuestro comportamiento: felicidad interna, seguridad interna y alegría interna nos hacen sentir que no estamos solos: es el gran Espíritu del Universo que se ha vuelto vivo en nosotros.

De pronto percibimos la naturaleza de un modo diferente, nos damos cuenta de que cada flor, cada árbol y cada animal tienen su leguaje, es el lenguaje del Espíritu todopoderoso. Notamos lo que necesitan la naturaleza y los animales, y sentimos en el corazón cómo se encuentra nuestro prójimo y cómo le podemos ayudar. Es el gran Espíritu que se acerca a nosotros, que nos guía. Tenemos menos miedos y temores, pues sabemos que en nosotros hay una fortaleza: es el Espíritu de Dios, el gran Amor, al cual podemos regresar en todo momento para repostar, porque paso a paso vamos hacia El ya que nuestra forma de actuar, pensar, hablar y obrar ha cambiado. Nos hemos transformado positivamente.

Jesús dijo: "sed perfectos como perfecto es vuestro Padre en el Cielo". Esto significa dar los pasos hacia Cristo, haciéndonos conscientes de los Mandamientos de Dios y de las enseñanzas de Jesús, tomándonos un momento de tiempo para captar la esencia y realizar aquello que hemos reconocido.

Lo que sucede en nosotros no se lo podemos demostrar a los demás. Los otros tal vez vean que hemos cambiado, que somos como personas completamente diferentes. Y si es un grupo el que sigue los pasos de este gran Espíritu, de Jesús el Cristo, los demás lo notarán en el grupo, en las obras de esta comunidad, pero nadie podrá demostrarlo, pues la prueba de que Dios existe se encuentra únicamente en nosotros.

Tan sólo con tener fe, que es igual a una fe pasiva, con el tiempo nos insensibiliza y llena de dudas, sin embargo la fe activa nos da la seguridad de que en nosotros hay una fortaleza en la que en cualquier momento podemos entrar. En esta fortaleza está el amor que nos da la fuerza para dar los pasos siguientes, es el gran Espíritu del amor que actúa en Su casa –que somos nosotros, ya que nosotros somos el templo de Dios- y que nos muestra el siguiente paso a dar. Por tanto no necesitamos iglesias de piedra. Necesitamos a Jesús, el Cristo, y con la buena voluntad de seguirle, podremos afrontar lo que sea.

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación. "Déjate guiar"

www.editorialvidauniversal.com

 

La maldad del ser humano nos ha hecho fracasar

El hombre quita a los animales la dignidad que él considera para sí mismo como algo inviolable, los denigra con crueles experimentos, y dice hacer deporte mientras los persigue y acorrala por campos y bosques; les niega el derecho a un libre desarrollo que naturalmente reclama para sí mismo; los tortura en estrechas jaulas para hacer posible la producción industrializada de carne; les niega el derecho a la familia quitándoles a las madres sus hijos nada más nacer; y sobre todo les niega el derecho a vivir a pesar de que se ha demostrado que para una alimentación sana los alimentos cárnicos no son de ninguna manera necesarios, sino más bien son perjudiciales.

A pesar de que el hombre y sus obras se acercan a su ocaso, él aún piensa que tiene que hacer uso de su pretensión de poder para con los que cree tener por debajo, sin darse cuenta de que está fracasando en su comportamiento contra la ley de la vida. Durante milenios ha dado rienda suelta a su maldad pero ahora los efectos están llegando de vuelta.

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "El asesinato a los animales es la muerte de los hombres"

www.editorialvidauniversal.com


domingo, 3 de abril de 2016

Artículos de opinión


Cultivar la tierra de forma pacífica va ganando adeptos

Los seres humanos hemos perdido el sentido natural para distinguir instintivamente las bondades de los alimentos, necesitando una declaración de ingredientes en la que diga por ejemplo si un alimento ha sido manipulado, genéticamente transformado o si es de cultivo biológico. Siendo cada vez más los consumidores que no quieren productos genéticamente transformados, ¿pero por qué? ¿Hay acaso pruebas de que cuando un ser humano consume alimentos transgénicos se produce alguna reacción negativa en su organismo?

Justamente se trata de la ignorancia, es decir de no saber qué sucederá mañana en nuestro cuerpo si consumimos estos alimentos hoy, esto nos hace inseguros a la hora de elegir productos genéticamente modificados. Cualquier alimento que tomamos es reducido a través de la digestión para que el organismo pueda obtener sustancias combustibles, vitaminas, oligoelementos, proteínas y minerales que el cuerpo necesita para vivir, los mismos que luego se transformarán en nuestra propia sustancia física. Si ahora tomamos un alimento genéticamente manipulado acogemos esos genes que han sido transformados, y que se introducen prácticamente en nuestro código genético. Una transformación de este tipo, no es que tenga que producir un cambio, pero puede producirlo. Y los alcances no los podemos ni imaginar, tampoco aventurarnos a predecir.

Nuestros genes están también relacionados de alguna forma con nuestra alma. Es como una sintonía de vibración, ya que el alma se ha encarnado en un cuerpo físico que se adecua a su estructura anímica. Ahora bien, si en un período de 30 ó 40 años acogemos en nuestro cuerpo un material alimenticio con ADN extraño, nuestra estructura genética no se desarrollará de forma natural, sino que se transformará de forma artificial.

Dios nos regaló la Tierra, creó la naturaleza y nos dio alimentos con los cuales hemos vivido sanos desde hace miles de años. Sin embargo ahora de pronto creemos poder mejorar la creación y ponernos por encima de Él, sin saber del alcance de nuestras manipulaciones. Posiblemente lo que hayamos echado a rodar sea como una avalancha, como un alud que no podremos detener. ¿Qué ocurrirá si dentro de 10, 20 ó 30 años nos damos cuenta de que era una equivocación? ¿Qué dirán entonces los científicos?

Ese es el motivo por el cual los cristianos originarios tenemos una forma pacífica de cultivar la Tierra, que está libre de tecnología genética y de venenos agrarios. Tampoco usamos abonos químicos ni de origen animal, ni practicamos una explotación ganadera. Y todo simplemente porque apreciamos a la madre Tierra, porque la cuidamos y no la queremos manipular.

                                                                                                                           Mariano Pacheco 74.175.253 T

De la publicación: "La Fundación Gabriele"

www.editorialvidauniversal.com

 

 

¿Qué debo hacer tras mi muerte?

Existen personas muy sensitivas, quizás con una sensibilidad especial que dicen sentir cerca de sí a sus seres queridos que ya fallecieron. Afirman que de vez en cuando sienten un escalofrió por la espalda cuando el familiar muerto anda cerca de ellos, lo que sucede porque el alma ha tocado a esta persona y quiere comunicarle algo.

No importa en qué entorno creciera y viviera el que antaño fue un ser humano, pues en casi todos los casos el alma casi siempre permanece durante un tiempo allí donde vivió, e intenta seguir viviendo como siempre en su antiguo campo de actividades, tal como era su costumbre cuando era un ser humano.

Sin embargo este plano no es el lugar donde el alma ha de quedarse, ni deberíamos buscar la comunicación con el alma del fallecido, pues los lugares de evolución esperan al fallecido y a través de impulsos el alma puede ser conducida a ellos. Sin embargo cuando la persona ha estado muy atada a la materia le cuesta reconocer su situación. Finalmente el alma tiene que comprender que ya no puede tocar ni palpar nada de aquel entorno material tan querido, entonces empezará a sentir la atracción de otros estadios donde tal vez comience a recorrer "el camino del olvido", un proceso en el que comienzan a perder importancia muchas cosas que antaño fueron importantes, pues el camino del olvido significa soltarse muy paulatinamente de todo aquello que dio seguridad y apoyo al alma como ser humano.

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "El camino del olvido" que se emite por Sophia TV América,

www.radio-santec.com