Terremotos. La Tierra vive
Los terremotos se cuentan entre las catástrofes naturales más poderosas, y nos recuerdan el enorme poder, fuerza y energía que se encuentran en el interior de la Tierra. La corteza terrestre se compone de placas que se separan, rozan o sobreponen, produciendo tensiones cada vez que entran en contacto, y esas tensiones se descargan por ejemplo por medio de un terremoto o de una erupción volcánica.
Sólo quien ha vivido un terremoto sabe de la violencia extrema que la naturaleza puede generar y contra la cual el hombre no tiene ningún arma. Sin embargo los terremotos se suceden con más frecuencia de lo que se cree. En lo que llevamos de año ya ha habido varios a tener en cuenta, en Enero sucedió en el mar de Alborán, y actualmente están recuperándose aún en Ecuador y Japón de fuertes seísmos con grandes daños materiales y humanos. Realmente cada año se registra un millón de terremotos, de los cuales cien mil son percibidos.
Para los estudiosos resulta muy interesante medir tanto la intensidad como la magnitud de cada terremoto. Para ello existe la famosa escala de Richter, creada en 1935 por Francis Charles Richter. Se trata de una escala logarítmica, es decir un terremoto de la escala 6 es 32 veces más fuerte que un terremoto de la escala 5. Y por ello se puede hablar de terremotos gigantes, como el de Chile de 1960, o el de Alaska en 1964 con intensidades de 9,5 y 9,4 respectivamente. Sin embargo el que con toda seguridad recordamos aún es el famoso maremoto de Sumatra de 2004, que produjo un demoledor Tsunami. Se trató del tercer terremoto más fuerte del que se tiene constancia.
El ser humano es de la opinión que puede hacer con la Tierra lo que quiera sin ningún tipo de escrúpulos, por ejemplo realizar excavaciones mineras, construir túneles, atravesar montañas o hacer prospecciones subterráneas en busca de gas o petróleo. Pero la Tierra es un organismo vivo que reacciona muy sensiblemente ante las agresiones recibidas. Incluso el deshielo de los glaciares, causado por el cambio climático, está provocando terremotos.
Sin embargo desde hace 40 años la humanidad está recibiendo indicaciones del mundo espiritual divino a través de la enviada y profeta de Dios para nuestro tiempo, Gabriele. En el libro titulado «Catástrofes, cataclismos y muerte» podemos leer: «Vosotros pensáis que sólo la atmósfera está destruida, pero Yo os digo que el magma se calienta cada vez más produciendo movimiento en muchas cosas. La Tierra se calienta. El hielo se derrite. Vienen las inundaciones y las tempestades las inician.» Estas advertencias e indicaciones han sido ignoradas, y los hombres han continuado abusando de la Tierra desmesuradamente, quitándole las materias primas en explotaciones cada vez más dañinas. Las consecuencias que esto tiene lo vemos cada vez más rápidamente, pues a cada acción le sigue su reacción. Las consecuencias personales que cada uno quiera deducir para sí mismo queda en manos de cada uno. Sin embargo ya no podremos decir que no fuimos advertidos a tiempo.
Ana Sáez Ramírez (45.271.959R)
Del programa: «Terremotos y volcanes»
Todos podemos participar en la lucha contra el hambre
Jean Ziegler, el afamado vicepresidente del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es conocido por no tener pelos en la lengua, suya es la frase: «La agricultura mundial podría dar de comer sin problemas a doce mil millones de personas. Un niño que hoy día muere de hambre, muere asesinado». Jean Ziegler no desea participar de este terrible genocidio y por eso ha dejado de comer carne. Sin embargo la mayoría de los países que prefieren destinar granos al engorde de animales antes que dárselos a quienes padecen hambre, pertenecen al denominado occidente cristiano, pero ¿qué tiene esto de cristiano? Jesús de Nazaret, al que se remite la cristiandad, ayudó durante Su vida a los más débiles y desprotegidos.
¿Pero no se comporta la humanidad como los pasajeros del Titanic? El barco tardó ocho horas en hundirse, y mientras la gente abajo se ahogaba, arriba los pasajeros de primera bailaban sin querer darse cuenta de lo queocurria.
En los países desarrollados la gente aún se siente segura y sigue derrochando, mientras que cada cinco segundos muere de hambre un niño. Muchas personas en la actualidad apenas son conscientes de que cada uno con su alimentación, decide si quiere participar en la lucha contra el hambre y la pobreza. Pues por cada trozo de carne que no se coma se puede destinar más cereal al consumo humano. De esta forma se podría incluso reducir el plazo que la ONU se ha puesto para erradicar el hambre y la pobreza.
Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)
Del programa: «Noticias de parte de hijos e hijas de Dios », que se emite por Sophia TV
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