¿Quién inventó el infierno?
A causa de nuestros actos contrarios y porque no queremos comprender lo que significan el amor, la unidad, la igualdad, la libertad y la justicia, ni que Dios es bueno y desea sólo lo mejor para cada uno de Sus hijos, el ser humano crea un infierno en su propia vida. Luego padece los tormentos infernales en su cuerpo y en su destino.
Si contemplamos el mundo actual podría suponerse que este mundo es el infierno, porque cada vez más personas sufren tormentos infernales. Pero tampoco aquí en la Tierra hay infierno alguno. Precisamente en la Tierra deberíamos reconocer nuestros actos contrarios, arrepentirnos de ellos, ponerlos en orden y no hacer más lo reconocido. Éste es el camino que lleva a la plenitud interna, a la vida, también es el camino de la liberación de las creencias erróneas y del miedo a la muerte, del pecado mortal y de la condenación eterna. Por tanto la Tierra es un lugar de misericordia sin igual y cada día es una joya, una oportunidad maravillosa y única con un mensaje especial para cada uno, pues el día es nuestro amigo.
Tras el fallecer el alma no se libera de nada, porque la muerte por sí sola no libera de nada. Si el hombre no se ha liberado antes en su interior estando vivo, nada cambiará. Las ataduras que el hombre no ha quitado durante su vida terrenal siguen siendo, en el Más allá, la cárcel del alma, sólo que de manera más perceptible y difícil de eliminar. Frecuentemente estas ataduras vuelven a atraer al alma a un nuevo vestido terrenal, es decir a otra encarnación.
Pero una cosa es segura: la vida permanece eternamente y las formas de vida existen eternamente. No hay muerte alguna, tan sólo el paso a otra forma de existencia. Tampoco existen el pecado mortal ni la condenación eterna, porque Dios no ata, Él libera. En Dios y en todo el infinito no existe el estar atado, tampoco un lugar llamado infierno. Sólo el ser humano se ata y crea lugares de horror. Un lugar llamado infierno o el concepto de la condenación eterna es una invención del ser humano nacida de su oscura forma de pensar.
José Vicente Cobo (45277997j)
De la publicación: "Tu vida en la Tierra es tu vida en el Más allá"
www.editorialvidauniversal.com
¡Ojo, tus pensamientos tienden a realizarse!
Si tenemos miedo a contraer enfermedades y a que nos sobrevengan preocupaciones y sufrimientos, estamos degradando las energías positivas volviéndolas negativas, con ello estamos creando formas de pensamientos destructivas, una especie de peligrosos robots que somos nosotros mismos, pues nuestros propios pensamientos tienden a realizarse.
Estimado lector hágase conscientes de que el peligro no viene de fuera, viene de nosotros mismos y nos influye a nosotros mismos. Ya que sólo puede recaer sobre nosotros aquello que en nosotros mismos ya existe. No importa los muchos peligros que acechen en el mundo, si no tenemos algo igual o parecido en nosotros, no atraeremos esos peligros, no pueden hacernos nada, salvo que previamente hayamos creado la fuerza de atracción en nuestra alma.
Por lo tanto, con nuestros pensamientos negativos podemos hacer surgir en y sobre nuestro cuerpo enfermedades y padecimientos o provocar sufrimientos y golpes del destino. Por el contrario, a través de una forma positiva de sentir, pensar, hablar y obrar producimos en nosotros salud, armonía interna, alegría, paz, felicidad y satisfacción. Vemos por tanto que los pensamientos son fuerzas. Lo que pensamos y cómo pensamos, ya sea en sentido positivo o negativo, retorna a nosotros, el emisor.
José Vicente Cobo (45277997j)
Del programa: "¿Tiene el ser humano libre albedrio?"
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