lunes, 26 de octubre de 2015

Artículos de opinión


 

Los cementerios radioactivos comprometen el futuro de la Tierra

 

 

 

Si tuviéramos que elegir el refrán más acertado para definir la situación actual sobre la producción de energía radioactiva y la fórmula elegida para almacenar sus desechos, sin duda sería aquel que dice: «Ojos que no ven, corazón que no siente». Verter en los océanos bidones de acero no constituye de forma alguna un vertedero seguro, y los depósitos excavados en las profundidades de la tierra tampoco, pues los gases que se acumularían harían estallar las rocas. Y enviarla al espacio, tal como algunos apuntan, denota sin lugar a dudas que no se tiene ni idea de cómo solucionar este problema.

 

Los peligros que se derivan a largo plazo para la humanidad son algo imprevisibles. Si actualmente alguien afirma que estas instalaciones son limpias, querrá decir que las emisiones de CO2 son bajas, claro está comparadas con una planta de producción de carbón. Sin embargo los verdaderos peligros que conlleva la producción de energía nuclear se barren bajo la alfombra. 

 

No existe ningún depósito definitivo para los combustibles radioactivos. Hay lugares de almacenamiento provisional, pero ningún lugar de depósito definitivo. Es decir que no se sabe qué hacer con semejante cantidad de radioactividad. En el Atlántico-Norte se demarcó un área de unos 700 kilómetros cuadrados como lugar de depósito de basura nuclear, que se utilizó hasta el año 1982. La mayoría de la basura radioactiva procede de Gran Bretaña, con más de cien mil contenedores, de los Estados Unidos con 34.000 y de Suiza con 7.400, siendo la basura Suiza la más peligrosa. Además se vertieron miles de contenedores con basura radioactiva al Mar del Norte, 9000 barras de combustible nuclear calcinadas, más de 100 submarinos atómicos, barcos de guerra etc.

 

Y a pesar de que todo esto afecta a la humanidad directamente, es información que se  procura ocultar completamente a la opinión pública, evitando así la posibilidad de poder realizar una meditada reflexión al respecto. Sin embargo las consecuencias podrían ser devastadoras para el medio ambiente y para nuestra salud. Qué duda cabe de que algún día esta bomba explotará generando una gran catástrofe para las generaciones venideras.  Incluso si la humanidad dijera «a partir de hoy paramos», no conseguiríamos arreglar lo que ya se ha creado.

 

En el libro «Origen y formación de las enfermedades», de la editorial Vida Universal y que fue publicado hace casi 30 años, podemos encontrar qué dice al respecto la profecía para el tiempo actual, dada a través de Gabriele de Würzburg, pero una vez más las advertencias procedentes del mundo divino fueron desoídas, incluso en la época en que se publicó este libro se oyeron risas y burlas sobre las mismas. Hoy día sin embargo cobran más sentido que nunca, pues lo manifestado se hace realidad y los mismos científicos confirman lo que en aquella época muchos no quisieron creer.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: «Siembra y cosecha»

www.radio-santec.com

 

 

 

La iglesia no es el Reino de Dios en la Tierra

 

 

Todas las grandes religiones parten de la base de que una y otra vez ha habido hombres iluminados y profetas, a quienes les es posible la comunicación con el mundo espiritual. Uno de ellos fue Isaías, quien hace 2700 años mostró a la humanidad la perspectiva de un desarrollo que va más allá de lo que nos ha traído la civilización actual. Él habló de un Reino de Paz, hacia el que algún día se pondría en marcha la humanidad: "Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas..." "Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. La vaca y la osa pacerán, juntas acostarán sus crías, el león, como los bueyes, comerá paja. Hurgará el niño de pecho en el agujero del áspid, y en la hura de la víbora el recién destetado meterá la mano".

 

700 años después Jesús pasó por esta Tierra y habló del Reino de Dios que estaba cerca. El no se refirió a un reino externo, sino a una transformación interna gracias al cumplimiento del mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Los primeros cristianos vivían en este convencimiento, hasta que a comienzos del siglo V el influyente San Agustín proclamó que el reino de Dios ya había tomado forma en la figura de la iglesia. El resultado de haber ignorado de forma tan burda la enseñanza del Nazareno lo ha sufrido la humanidad en los últimos 2000 años.

 

Mariano Pacheco (74.175.253 T)

            De la publicación gratuita: "La Fundación Gabriele, 2"

www.fundacion-gabriele.org

 

 



domingo, 18 de octubre de 2015

Artículos de opinión


 

Cada bocado de carne es una bofetada a un niño hambriento

 

En un reciente informe presentado por Naciones Unidas a la opinión pública, se presentó el nuevo objetivo para el desarrollo, que consiste en conseguir la abolición total del hambre y de la pobreza en el mundo en un plazo de 15 años. Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo ratificaron el mes de septiembre el acuerdo adoptado.

Sin embargo de los documentos publicados hasta la fecha se puede extraer que en ninguno de los 169 puntos incluidos en la propuesta de soluciónes, se ha tenido en cuenta la reducción del consumo de carne. Y eso a pesar de que es un hecho indiscutible que de la cosecha de grano anual mundial, una cuarta parte, es decir 500 millones de toneladas, está destinada a alimentar a las reses de matadero de la ganadería intensiva. Una situación que indigna cada vez a más personas, como por ejemplo a Philip Wollen ex-presidente de Citibank, quien dijo: «Los países pobres venden su grano a occidente, mientras que sus propios hijos mueren de hambre en sus brazos. Y nosotros se lo damos como alimento al ganado, para poder comernos un filete. ¿Soy el único que ve esto como un delito? Cada bocado de carne que comemos es abofetear la cara llena de lágrimas de un niño hambriento».

También el suizo Jean Ziegler llamó la atención sobre esta problemática. El conocido autor fue diputado del parlamento suizo y enviado especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación. Hoy es vicepresidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Ziegler es conocido por no tener pelos en la lengua, de hecho suya es la conocida frase: «La agricultura mundial podría dar de comer sin problemas a doce mil millones de personas. Un niño que hoy día muere de hambre, muere asesinado». Jean Ziegler no desea participar de este terrible genocidio y por eso ha dejado de comer carne.

Es muy curioso el hecho de que muchos de los países que prefieren destinar granos al engorde de animales, antes que dárselos a quienes padecen hambre, pertenecen al denominado occidente cristiano,  pero ¿qué tiene esto de cristiano? Jesús de Nazaret, al que se remite la cristiandad, ayudó durante Su vida a los débiles y desprotegidos, tal y como muestran muchos ejemplos en los Evangelios. Él enseñó: "Lo que hagáis al más pequeño de Mis hermanos, eso me hacéis a Mí".

¿Pero cómo se comporta la humanidad? ¿Acaso no actúa como los pasajeros del Titanic? El barco tardó ocho horas en hundirse, y mientras la gente bajo cubierta se ahogaba, arriba los pasajeros adinerados de primera clase aún bailaban,  sin querer darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.
En los países desarrollados la gente aún se siente segura y sigue derrochando alegremente, mientras que cada cinco segundos muere de hambre un niño menor de 10 años. Muchas personas en la actualidad apenas son conscientes de que cada uno con su alimentación, decide si quiere participar en la lucha contra el hambre y la pobreza. Pues por cada trozo de carne que se coma de menos, se pueden destinar más cereales al consumo humano. De esta forma se podría incluso reducir los 15 años que la ONU se ha propuesto para erradicar el hambre y la pobreza, y esto unicamente con nuestros hábitos alimentarios.

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: «Noticias de parte de hijos e hijas de Dios ».

www.radio-santec.com

Dormimos para descansar y también para aprender

 

 

Todo hombre se halla en la escuela de vida Tierra y debería aprovechar las horas de enseñanza, es decir el día, pues los instantes, segundos, minutos y horas son para cada uno de nosotros de gran importancia. Los hombres que no aprovechan la energía de su día se dejan empujar por energías astrales de diverso tipo, y desperdician su valioso día que tenía muchas horas de clase preparadas para ellos. Quien ha dejado que el día pasara de largo, no ha participado de la clase, con lo que ha perdido la posibilidad de autorrecocerse. Esto significa que seguirá edificando sobre sus causas, sobre su sufrimiento y sobre todo lo que como efecto puede acaecerle.

           

El alma abandona de noche su cuerpo, y de acuerdo con su estado de conciencia, va a los ámbitos por los que es atraída. Allí obtiene diversas impresiones y por la mañana, en su "pequeña encarnación", las lleva consigo a su cuerpo. Un alma con un estado de conciencia elevado va también a ámbitos elevados y sutiles y participa en sesiones de enseñanza espiritual dirigidas por seres puros. Allí es instruida por estos seres sobre las leyes de Dios y sobre la ley de siembra y cosecha y se le dan explicaciones y ayudas para su nuevo día. Con estas ayudas regresa a su cuerpo, a su casa de carne y hueso. Pero dicha instrucciones dependerán del computador causal, el cual registra todo el comportamiento de los seres humanos, y por lo tanto de aquellas grabaciones que deben ser mostradas al hombre para ser purificadas, es decir puestas en orden.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

De la publicación : «Tu vida en la Tierra es tu vida en el Más allá»

www.editorialvidauniversal.com

 

 

 

domingo, 11 de octubre de 2015

Artículos de opinión


 

 

Un ganadero enfermo es un paciente de alto riesgo

 

 

 

Si recapacitamos sobre cómo se mantienen a los animales en las granjas de cría intensiva (hacinados en establos sin luz, sin espacio, sin ventilación adecuada y en la mayoría de los casos faltos de higiene y salubridad  y, por si fuera poco, cebados para que crezcan a toda velocidad...), nos daremos cuenta de que no cabe ninguna duda de que en algún momento estos animales contraerán alguna enfermedad. Con el fin de que no haya demasiadas bajas, el ganadero no dudará en administrarles todo tipo de antibióticos, y por si esto fuera poco, ni siquiera cuestionamos nuestro propio comportamiento para con ellos, es decir estamos convencidos de que el uso y el abuso a que sometemos a unos seres destinados a una corta y tormentosa vida y a una muerte precoz y en ocasiones dolorosa, es lo normal.

 

La problemática de los antibióticos es una amenaza real para muchas personas que trabajan en la elaboración cárnica o relacionados con la ganadería. Pues en los establos se producen desarrollos muy alarmantes, y los trabajadores están en contacto directo y continuo con los animales: Repartir el forraje, limpiar el estiércol, ordeñar o esquilar hace que las mayoría de las personas que trabajan en la ganadería tengan a su vez contacto directo con cepas de bacterias, con lo que están expuestas y se convierten a su vez en un riesgo para otros. De hecho, en Holanda los empleados relacionados con la ganadería son puestos en cuarentena cuando ingresan en un hospital. Esto también se hace en la Baja Sajonia, el estado federal más ganadero de Alemania. Aquí los pacientes que trabajan con animales de corral y granja son tratados como pacientes de alto riesgo. ¿No es sorprendente cómo hemos llegado a un punto tal?

 

No obstante el consumidor debería tener a su vez responsabilidad por sí mismo. De hecho también está en su mano el hacer algo para mantenerse sano, y para evitar que su cuerpo pueda estar lleno de antibióticos, la clave radica en dejar de poner carne en su plato. Para aquellas personas a las que esto les pueda suponer un gran sacrificio, un buen consejo es que intenten comprar la carne a un ganadero de confianza, pero si se proponen reducir su consumo, por ejemplo a una vez por semana, mucho mejor. Aunque claro está, el mejor consejo que podemos darle es que deje de comer carne; su organismo se lo agradecerá. De hecho hay estudios que confirman que los vegetarianos viven más y mejor.

 

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del programa: Cuando los medicamentos se convierten en riesgo

www.radio-santec.com

 

 

 

 

 

 

 

Cuando la vida se acaba, ¿dónde vamos?

 

 

En todo el infinito no hay casualidades, tampoco nada estático, no existe nada que de improviso suceda bruscamente. Después de una estancia del alma en el ser humano, es decir encarnado en un cuerpo humano, comienza el tiempo de preparación para el momento en el que el alma salga de su cuerpo. Durante este tiempo de preparación, el alma se prepara para la vida en su forma de materia más sutil. Lentamente el alma se va retirando, lo que en una persona sana a menudo puede extenderse durante años.

 

Algunas personas mayores tienen dificultades al caminar, disminuye la fuerza en los brazos y la vista y el oído van perdiendo su rendimiento. La vida en general se vuelve dificultosa. Cuantas veces se escucha decir a personas ancianas: Antes esto mismo no me costaba nada. Yo era ágil, era fuerte, podía trabajar muchas horas sin cansarme, rendía mucho y ahora todo se hace muy pesado.

 

Pero así son las cosas. El alma se está preparando para pasar a otro estado, y nos diría algo así: "Tú, mi envoltura humana has de saber que yo, tu cuerpo espiritual que vive en tu alma, no soy de este mundo; Tomé un cuerpo material únicamente para arreglar en esta vida tanto como me fuera posible, del total de cosas impuras que traje de encarnaciones anteriores. Yo quiero caminar hacia el Hogar, hacia mi país de origen, hacia el eterno Reino de Dios, donde un día volveré a vivir como ser espiritual en la Existencia universal eterna".

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "Tu vida en la tierra es tu vida en el más allá"

www.editorialvidauniversal.com

 

 



lunes, 5 de octubre de 2015

artículos de opinión


El ser humano puede alterar el campo magnético de la Tierra

 

 

 

Una tormenta geomagnética es en realidad algo muy sencillo. Sabemos que en ocasiones el sol sufre erupciones que dan lugar a intensos vientos solares que son lanzados al universo, dichas tormentas viajan por el espacio hasta que chocan, por así decirlo, con la magnetosfera de la Tierra, lo que provoca que se tuerza el campo magnético de nuestro planeta, debilitándolo. De esta forma pueden llegar a la superficie de la Tierra partículas electromagnéticas cargadas, sobre todo en las regiones polares, porque allí las líneas de los campos magnéticos se sumergen prácticamente de nuevo en la Tierra. Las tormentas magnéticas por tanto no son otra cosa que una compresión del campo magnético de la Tierra  producido por el viento solar.

 

Y aunque el campo magnético de la Tierra tiene relación con el núcleo de la Tierra, ¿podría el hombre influir o cambiar en base a su comportamiento el campo magnético de la Tierra? Se podría decir que sí, pues se supone que todo el movimiento o traslado de masas de gran tamaño de un lugar a otro del planeta conduce también a la transformación del campo magnético. Por lo que cuando uno se imagina todas las dislocaciones y transportes de masa terrestre que se llevan a cabo en la Tierra, resulta fácil imaginar que con ello el campo magnético de la Tierra habrá tenido que cambiar, ya se trate de minería, de túneles, de los almacenamientos de agua en presas y embalses, de terrenos ganados al mar, de canales, etc.

 

En un sencillo ejemplo se puede ver muy claramente los efectos que puede tener todo esto: en Alemania, en la cuenca del río Ruhr, hay una zona en la que se extraía carbón en una explotación a cielo abierto. Tras haber agotado los recursos se pensó que, debido a que se trataba de un paraje natural de gran belleza, podría transformarse en un área de descanso. Se organizó todo cuidadosamente para convertirlo en una bonita zona verde, sin embargo después de un tiempo se comprobó que en la zona apenas había animales, que las plantas no crecían como era debido y que muy poca gente quería acudir allí porque no se sentían bien, motivo por el que se empezó a investigar, comprobando que debido a la extracción minera apenas quedaba ya un campo magnético sano, por lo que el cuerpo humano no podía sentirse bien. Éste es un sencillo ejemplo que puede hacernos reflexionar sobre cómo, en base a la actuación humana global, puede estar transformándose la Tierra. No deja de ser un milagro que el campo magnético terrestre esté aún más o menos estable.

 

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

Del programa: "siembra y cosecha"

www.radio-santec.com

 

 

Nada perdurará porque todo volverá al origen

 

 

 

No importa cómo se muestre la persona a nivel físico, si intenta atrasar lo más posible el envejecimiento en base a cirugía estética, baños, masajes y cosas parecidas. Todos, absolutamente todos somos peregrinos en esta Tierra. Un día el alma dejará su cuerpo ya que éste pertenece a la Tierra. Y no hay excepciones para nadie, todas las personas fallecen. A cada uno le llegará el momento y la hora en que el alma abandone su cuerpo. Sin embargo el núcleo divino, la Comunicación universal celestial permanece en ella.

 

Para todas las formas de vida de materia densa ya sea sobre la tierra o bajo ésta, ya sea en los mares o en los ríos tiene validez lo mismo: la tierra se volverá a convertir en tierra.

 

El eterno también reconduce de regreso al Hogar eterno al Universo material y a los universos de materia parcialmente sutil, ya que la vida en Dios es de materia sutil, es etérea y absolutamente pura.

 

Jesús de Nazaret dijo: "Volveos perfectos como perfecto es vuestro Padre en el Cielo", una frase con mucho sentido, pues todo lo que no sea como es en el origen, como la perfección, el Eterno lo inspirará en ciclos hacia la Existencia universal eterna, es decir, todo lo que sea de materia densa Él lo transformará en materia más sutil, y la materia más sutil, en materia sutil. Entonces todo será de nuevo materia sutil, sustancia primaria fina, éter de luz comprimido.

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del libro: "La unidad universal que habla"

www.editorialvidauniversal.com