domingo, 18 de octubre de 2015

Artículos de opinión


 

Cada bocado de carne es una bofetada a un niño hambriento

 

En un reciente informe presentado por Naciones Unidas a la opinión pública, se presentó el nuevo objetivo para el desarrollo, que consiste en conseguir la abolición total del hambre y de la pobreza en el mundo en un plazo de 15 años. Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo ratificaron el mes de septiembre el acuerdo adoptado.

Sin embargo de los documentos publicados hasta la fecha se puede extraer que en ninguno de los 169 puntos incluidos en la propuesta de soluciónes, se ha tenido en cuenta la reducción del consumo de carne. Y eso a pesar de que es un hecho indiscutible que de la cosecha de grano anual mundial, una cuarta parte, es decir 500 millones de toneladas, está destinada a alimentar a las reses de matadero de la ganadería intensiva. Una situación que indigna cada vez a más personas, como por ejemplo a Philip Wollen ex-presidente de Citibank, quien dijo: «Los países pobres venden su grano a occidente, mientras que sus propios hijos mueren de hambre en sus brazos. Y nosotros se lo damos como alimento al ganado, para poder comernos un filete. ¿Soy el único que ve esto como un delito? Cada bocado de carne que comemos es abofetear la cara llena de lágrimas de un niño hambriento».

También el suizo Jean Ziegler llamó la atención sobre esta problemática. El conocido autor fue diputado del parlamento suizo y enviado especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación. Hoy es vicepresidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Ziegler es conocido por no tener pelos en la lengua, de hecho suya es la conocida frase: «La agricultura mundial podría dar de comer sin problemas a doce mil millones de personas. Un niño que hoy día muere de hambre, muere asesinado». Jean Ziegler no desea participar de este terrible genocidio y por eso ha dejado de comer carne.

Es muy curioso el hecho de que muchos de los países que prefieren destinar granos al engorde de animales, antes que dárselos a quienes padecen hambre, pertenecen al denominado occidente cristiano,  pero ¿qué tiene esto de cristiano? Jesús de Nazaret, al que se remite la cristiandad, ayudó durante Su vida a los débiles y desprotegidos, tal y como muestran muchos ejemplos en los Evangelios. Él enseñó: "Lo que hagáis al más pequeño de Mis hermanos, eso me hacéis a Mí".

¿Pero cómo se comporta la humanidad? ¿Acaso no actúa como los pasajeros del Titanic? El barco tardó ocho horas en hundirse, y mientras la gente bajo cubierta se ahogaba, arriba los pasajeros adinerados de primera clase aún bailaban,  sin querer darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.
En los países desarrollados la gente aún se siente segura y sigue derrochando alegremente, mientras que cada cinco segundos muere de hambre un niño menor de 10 años. Muchas personas en la actualidad apenas son conscientes de que cada uno con su alimentación, decide si quiere participar en la lucha contra el hambre y la pobreza. Pues por cada trozo de carne que se coma de menos, se pueden destinar más cereales al consumo humano. De esta forma se podría incluso reducir los 15 años que la ONU se ha propuesto para erradicar el hambre y la pobreza, y esto unicamente con nuestros hábitos alimentarios.

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: «Noticias de parte de hijos e hijas de Dios ».

www.radio-santec.com

Dormimos para descansar y también para aprender

 

 

Todo hombre se halla en la escuela de vida Tierra y debería aprovechar las horas de enseñanza, es decir el día, pues los instantes, segundos, minutos y horas son para cada uno de nosotros de gran importancia. Los hombres que no aprovechan la energía de su día se dejan empujar por energías astrales de diverso tipo, y desperdician su valioso día que tenía muchas horas de clase preparadas para ellos. Quien ha dejado que el día pasara de largo, no ha participado de la clase, con lo que ha perdido la posibilidad de autorrecocerse. Esto significa que seguirá edificando sobre sus causas, sobre su sufrimiento y sobre todo lo que como efecto puede acaecerle.

           

El alma abandona de noche su cuerpo, y de acuerdo con su estado de conciencia, va a los ámbitos por los que es atraída. Allí obtiene diversas impresiones y por la mañana, en su "pequeña encarnación", las lleva consigo a su cuerpo. Un alma con un estado de conciencia elevado va también a ámbitos elevados y sutiles y participa en sesiones de enseñanza espiritual dirigidas por seres puros. Allí es instruida por estos seres sobre las leyes de Dios y sobre la ley de siembra y cosecha y se le dan explicaciones y ayudas para su nuevo día. Con estas ayudas regresa a su cuerpo, a su casa de carne y hueso. Pero dicha instrucciones dependerán del computador causal, el cual registra todo el comportamiento de los seres humanos, y por lo tanto de aquellas grabaciones que deben ser mostradas al hombre para ser purificadas, es decir puestas en orden.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

De la publicación : «Tu vida en la Tierra es tu vida en el Más allá»

www.editorialvidauniversal.com

 

 

 

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