El atentado del 11-S pudo ser percibido cinco horas antes
En los años 70 se comenzó en la Universidad Prinzton un proyecto de investigación sobre las posibles relaciones existentes entre el ser humano y las máquinas. La pregunta sobre la que se trabajaba decía: ¿Puede el pensamiento humano influenciar la actividad de las máquinas? Para ello se utilizaron diodos como puntos de intersección entre las personas y las máquinas. Posteriormente en 1989 el llamado Proyecto de Concienciación Global investigó la consciencia global de todas las personas y con él se pretendía descubrir si existe algún tipo de repercusión global ante cualquier tipo de acontecimiento. Es decir, ¿tiene un efecto sobre la técnica el mundo de emociones de las personas o sus alteraciones emocionales? Los resultados de dichas mediciones mostraron algunos resultados interesantes, por ejemplo una divergencia bastante clara o una oscilación sincrónica evidente ante sucesos como la guerra en Irak, o el entierro de Lady Diana y sobre todo ante el atentado terrorista del 11 de septiembre.
Se investigó entonces más detenidamente el dramático atentado terrorista de las Torres Gemelas, llegando a resultados muy interesantes, los que justamente evidenciaban cómo la consciencia global está activa también sin que intervengan los medios de comunicación y los programas de televisión, es decir, sin que la información haya llegado a la persona. O sea que se pudo reconocer que la consciencia global fue evidentemente alarmada a las cuatro de la madrugada de forma visible en la oscilación sincrónica, es decir casi cinco horas antes de que chocara el primer avión, que fue a las 8:45; y seis horas y media antes de que chocara el segundo avión, que fue a las 10:30. El atentado terrorista no fue conocido por las autoridades hasta las 8:45 ni tampoco había sido difundido por los medios. Pero la consciencia global ya comenzó a reaccionar en el momento en el que el terrorista que iba a pilotar el avión, empezó a poner en marcha su plan.
Estas podrían ser indicaciones reales de que existen tales campos mórficos, es decir, una transmisión de energía entre toda la humanidad. En este sentido nos remitimos al libro de la Editorial Vida Universal "Origen y formación de las enfermedades" en el que se lee lo siguiente: "Los campos magnéticos terrestres registran cada disonancia, especialmente la violencia humana, por medio de la cual se producen alteraciones considerables en el aire y sobre y dentro de la Tierra, por ejemplo, por experimentos atómicos y cosas por el estilo. Todas las disonancias son transmitidas por las corrientes magnéticas, las portadoras de sonido de los campos magnéticos terrestres, los que en sentido figurado podrían ser denominados también los nervios de la Tierra.
Los campos magnéticos terrestres son ámbitos de vibración de diferentes tipos, que en conjunto son llamados Campo magnético terrestre. Ellos son, así dice esta publicación, los "puntos neurálgicos" de la Tierra, y al mismo tiempo los espejos del planeta habitado. Si estos espejos de la Tierra a raíz de los comportamientos humanos son transformados y empañados, esto repercute entonces en toda la Tierra: en el clima, en los reinos de la naturaleza y en las personas. Las corrientes magnéticas alteran incluso el comportamiento de los animales".
Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)
Los pensamientos negativos preceden a las enfermedades
El ser humano es un hijo del universo, que se encuentra en comunicación con las fuerzas cósmicas cuando su alma es luminosa y su carácter honesto. Por eso quien quiera alcanzar la armonía con las fuerzas del Espíritu, tiene que transformarse en el vencedor de su naturaleza cruel, pasiones bajas y sentimientos humanos erróneos. Tiene que romper las cadenas del odio, de la envidia y ambición porque eso impide a las fuerzas divinas servir y ayudar al hombre.
Quien en base a esto reconoce su situación momentánea y cambia su forma de pensar, se prepara para una época en la que quizás no dispondrá de plantas curativas ni medicamentos que puedan ayudarle. Aunque una actitud sana ante la vida es mejor, en algunos casos, que los remedios naturales e incluso que los productos farmacéuticos, ya que los pensamientos son fuerzas.
Quien se deja llevar por sus pensamientos y deseos, quien se ocupa diariamente de sus problemas, pierde la orientación hacia lo noble y bello, en este estado acoge muchas vibraciones contrarias, pensamientos negativos que en muchos casos son el motivo de que en su interior se haga efectiva una carga, que se manifiesta como enfermedad o golpe del destino. Los efectos no dependen por tanto del aspecto psíquico, si no del anímico porque el sistema nervioso, la red que une el cuerpo con el alma, se contrae, lo que disminuye la fuerza vital. Esto produce un acentuado movimiento anímico que puede liberar causas que se manifestarán como efecto en el cuerpo.
José Vicente Cobo (45277997j)
www.editorialvidauniversal.com
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