domingo, 23 de octubre de 2016

Artículos de opinión



 

Los animales se comportan correspondientemente al olor de las personas

 

 

 

La mayoría de seres humanos tiene la arrogante opinión de que está por encima de los demás y que los domina, en especial cuando se trata del mundo animal. Por ejemplo el hombre quiere ser la figura central en la vida de un animal pretendiendo que además se adapte a él. En muchos casos y situaciones el animal obedece, sin embargo de vez en cuando se rebela ante el mal espíritu del hombre, esto depende de las condiciones en las que haya vivido y si ha sido víctima de la brutalidad de los seres humanos. De esta forma cuando una persona intenta dominar a un animal, doblegarlo, domarlo o castigarlo este cederá en parte porque el hombre aplica fuerzas que corresponden a su egocentrismo y que dicen: «Este animal tiene que obedecerme».

 

Sin embargo la sabiduría de los animales, la que los seres humanos solemos denominar instinto, les permite captar aquello que no está en la unidad, incluso captar lo que una persona emite sobre sí misma, motivo por el cual «incomprensiblemente» puede ser atacada, ya que las emisiones de la persona le producen temor. Para las personas no entender qué significa estar en unidad es lo habitual, sin embargo no entenderlo, incluso no tener constancia de esta realidad no la hace menos real. Deberíamos saber que todos nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos y palabras, todo el comportamiento de un ser humano es su aura, y ésta también huele. De esta forma el animal asimila el olor de los sentidos de la persona y se comporta de manera correspondiente. Muy pocos se preguntan por qué la mayoría de los animales huyen de los hombres cuando estos se acercan, esto ocurre justamente porque presienten las actitudes humanas egocéntricas que para ellos son incomprensibles y amenazantes.

 

No todos los animales tienen el mismo grado de evolución, de hecho aquellos animales que tienen una consciencia más desarrollada - puesto que el desarrollo de estas criaturas va por etapas así como el Creador las va conduciendo y las alienta de acuerdo con su evolución– olfatean al ser humano y lo clasifican en la categoría correspondiente según sea su estado de consciencia. Por consiguiente los animales se adaptan a la imagen de nuestros olores.

 

Para lograr un contacto positivo con los animales y la naturaleza, así nos enseña Gabriele, la profeta y mensajera de Dios para nuestro tiempo, tenemos que tranquilizarnos primero nosotros. No basta tranquilizarse sólo en palabras y gestos sino que también en pensamientos, pues los animales lo captan todo. Ellos viven con todos sus sentidos completamente en el momento, nos miran directamente, nos huelen y escuchan. Si nosotros también lo hacemos así podemos percibir una unión más profunda con los animales.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

De la publicación: El Océano universal de Dios. 1ª parte

www.editorialgabriele.com

 

 

La Reencarnación ¿Un antiguo conocimiento olvidado?

 

La creencia de volver a nacer es tan antigua como la humanidad misma. Esto se encuentra en todos los círculos culturales y en ningún caso únicamente en Oriente. El pensamiento de la reencarnación fue parte de la filosofía griega. Existía en Egipto y una y otra vez grandes filósofos parten del pensamiento de que podemos vivir más de una vez en la Tierra para purificarnos. En los tiempos de Jesús se encontraba también en la creencia popular judía. Schalom Ben Chorin, un científico de la religión, escribió: «El pensamiento de la reencarnación es en el judaísmo de los tiempos de Jesús una evidente creencia popular… Por eso la gente consideró a Jesús como uno de los antiguos profetas que volvió a venir". (Lucas 9, 8 y 19). El mismo Jesús de Nazaret dijo: "Aquello que siembres, cosecharás"

San Jerónimo, que fue el redactor de la primera Biblia, sabía muy bien que la reencarnación formaba parte de la enseñanza cristiana. En una carta él escribió sobre Orígenes (el maestro de la sabiduría del cristianismo antiguo), diciendo que según su enseñanza el alma del ser humano «cambia su cuerpo». (Epístola 16) Y en otra carta se encuentra la declaración: «La enseñanza del regresar, desde los primeros tiempos se predicó como una fe transmitida por la tradición». Sin embargo Jeronimo durante su trabajo alteró más o menos 3.500 párrafos en los evangelios.

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

       De la publicación: "La Reencarnación"

 www.editorial-la-palabra.com

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