domingo, 28 de enero de 2018

Artículos de opinión

 

 

Tu cuerpo es la imagen de tus pensamientos

 

 

 

La imagen fiel de Dios es la belleza interna, la libertad, la claridad, el amor desinteresado, nuestro verdadero SER. Si pensamos solamente en nosotros, alimentamos nuestro pequeño yo, alimentamos nuestro Ser individual. Entonces llegamos a ser nuestra imagen individual. Y nuestra imagen propia es nuestro yo. Tal como sentimos, pensamos y hablamos, así nos imponemos un sello individual a nosotros mismos, porque lo humano inferior, es decir lo no divino que creamos, se introduce en la estructura de partículas de nuestra alma. De allí irradia a través de todo el cuerpo impregnándolo con ello totalmente. Nuestra constitución externa, todo nuestro comportamiento, nuestros movimientos, nuestros gestos y mímica, nuestra expresión del rostro, así como la forma de nuestro cuerpo, son la imagen de nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos.

 

La gente joven es frecuentemente bonita, porque es joven. Sin embargo la verdadera belleza es la luz que irradia de un alma madura, independientemente de la edad terrenal. La belleza resulta de los valores internos, de la virtud y pureza del alma. También del rostro de una persona anciana puede irradiar el brillo de la bondad y del altruismo. Con los años los aspectos característicos de nuestro mundo de sensaciones y pensamientos se van grabando más y más en nuestra figura externa. Al mirarnos sinceramente en el espejo, este nos muestra qué aspectos humanos nos caracterizan.

 

Mediante la auto-observación de nuestro comportamiento podremos reconocernos y tomar las medidas necesarias para nuestra vida. Entonces podremos decidir libremente: ¿Queremos ser divinos o no divinos, es decir permanecer siendo netamente humanos? Divino significa, entre otras cosas, estar sanos, fuertes, alegres, equilibrados y dinámicos. Humano significa en el transcurso de nuestra vida: estar cansado, ser débil, problemático, pendenciero, enfermizo y a menudo gravemente enfermo. Nosotros mismos lo decidimos  mediante nuestra manera de sentir, pensar, hablar y actuar.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

De la publicación: "Tú mismo eres tu enfermedad y tu salud"

www.editorialgabriele.com

 

 

 

La humanidad ya está frente a los efectos de sus causas

 

 

Una mirada real del mundo con sus sobredimensionadas catástrofes nos demuestra que el hombre, convertido en rey de la cadena alimenticia, efectivamente lo ha hecho todo mal respecto al trato con la naturaleza y los animales. La factura de la naturaleza ya nos ha sido presentada y pronto vendrá el recibo. Pero allí donde la naturaleza exige pagos por las deudas acumuladas, se escucha siempre el clamor de por qué permite Dios algo así. Pero Dios no deja que sus hijos se aboquen sin más a las dificultades creadas por ellos mismos. Los seres humanos nos hemos apartado cada vez más del fondo primario de toda Existencia que está en cada uno, también de Dios, quien quiere conducirnos. Y aunque Dios no pueda alcanzarnos porque hemos acallado nuestra conciencia, tampoco permite que Sus hijos humanos sucumban sin avisos ni advertencias ante el efecto de la ley de Siembra y cosecha.

 

Dios, el Eterno, nuestro Padre celestial, nos advirtió en todos los tiempo a través de hombres y mujeres iluminados y a través de Sus portadores de la palabra, los verdaderos profetas de Dios. Él llamó y llama a la humanidad, que está enredada en sus culpas, para que cambie su modo de conducirse. Así lo hace también en la actualidad, pues hace más de 40 años que Dios llama a cada persona en este tiempo a través de Su instrumento, la profeta y enviada de Dios, Gabriele de Würzburg. Él advierte una y otra vez de las consecuencias de todas las obras que están contra Su ley de la vida. Ya en el año 1977 Cristo manifestó a través de la Palabra profética palabras según el siguiente sentido: «La humanidad se encuentra ante las doce menos cinco».

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación. "Catástrofes, cataclismos y muerte"

www.editorialgabriele.com

 

domingo, 21 de enero de 2018

Artículos de opinión



¿Existe una contabilidad divina y exacta?

 

Contemplemos el cielo en una noche estrellada, y preguntémonos: ¿Qué sucede allí arriba? Dejemos ahora que una gota de reconocimiento celestial alcance nuestro ánimo. La gota de sabiduría divina que dice: Usted, cada uno de nosotros es un microcosmos especial, completamente individual dentro de este macrocosmos material, y más aún dentro de un macrocosmos de sustancia más sutil. Tengamos presente que cada uno de nosotros es un microcosmos muy particular, específico, que está en contacto, en comunicación y conducción con el macrocosmos visible, el cosmos de sustancia gruesa, y además con cosmos invisibles.

Las ciencias naturales parten normalmente de la base de que todas las sensaciones, los pensamientos y sentimientos están registrados en el cerebro. De este modo si la persona falleciera y su cerebro dejara de funcionar, se extinguiría también toda la energía que se había grabado hasta ahora. Pero como ninguna energía se pierde, después de la muerte del cuerpo físico la energía tiene que integrarse en alguna parte. Todos los contenidos de las percepciones, de las sensaciones, de los sentimientos, de las palabras y de los actos humanos están grabados energéticamente en el alma. Cada ser humano tiene un cuerpo más sutil, el alma, que también se podría llamar cuerpo astral o etéreo.

Y como ninguna energía se pierde, nuestra alma sigue viviendo después de nuestra muerte física en las constelaciones planetarias de un macrocosmos más fino. Lo que hemos grabado en nuestro conglomerado celular y por consiguiente en nuestro cerebro es también el grabado o impronta de nuestro cuerpo más sutil, del alma. El grabado del alma lo determina cada persona por sí misma, según sea la abundancia de lo que haya introducido de negativo en su interior durante su vida terrenal.

A modo de repetición: Todas las decisiones, todas las situaciones, todos los pensamientos, sentimientos, palabras y obras determinan nuestra trayectoria terrenal. No importa si estamos a favor o contra la Ley Universal cósmica, pues de todas maneras grabamos en el microcosmos, o sea en nosotros mismos, en nuestro cerebro y en los órganos de nuestro cuerpo físico, y al mismo tiempo en nuestra alma. Esto es entonces lo que se llama grabado o impronta del alma. Lo que significa que cada fracción de segundo de nuestra existencia terrenal se graba energéticamente con sus contenidos.

Son los astros del macrocosmos material y del macrocosmos invisible los que cuentan y graban únicamente el contenido de lo que cada persona deposita en sus sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos, o sea también lo que ocultamos con nuestra conducta y no queremos revelar ante los demás; todo aquello que, por decirlo así, sucede en secreto. Todos estos procesos son registrados en una contabilidad divina exacta.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "El camino del olvido"

www.editorialgabriele.com

 

¿Es la gente realmente culpable de mis desgracias?

 

 

Muchas personas sufren por su egoísmo, otras son conscientes de lo absurdo y vacío de su exis­­tencia egoísta, de la que resulta su comportamiento, luego corren donde el psiquiatra porque su ego no recibe la resonancia esperada. Pero muchos podrían ayudarse y sanarse si ayudasen desin­te­resadamente a sus semejantes, pues quien piensa sólo en sí mismo se aísla y pierde la comunicación, es decir, el ac­ceso a su prójimo.

 

Muchas personas que se encuentran de paseo con su ego, no saben qué hacer con su vida inútil y creen que el psiquiatra les debería  ayudar a tener una vida con más sentido. En esas consultas se culpa de muchas maneras a los demás de la soledad y del vacío de la existencia de uno mismo, pero todo el que se apegue a la idea de que el otro es culpable, sigue ad­herido a la «cinta velcro» de su des­gracia.

 

En cada etapa de la vida toda per­sona tiene altibajos. Precisamente cuan­do nos sentimos hundidos deberíamos dirigirnos a la fuen­te interna de fuerza, que nos ayuda a re­co­nocer las depresiones, que son un con­cepto equivocado de nuestros pensa­mien­tos, para disiparlas con la ayuda del Espíritu y volver así a un nivel más alto, de modo que de nuevo nos ilumine el sol de la vida y podamos dar nuestros pa­­sos siguientes hacia la existencia su­perior. Por eso estimado lector, si usted tiene una depresión, no cavile mucho tiempo, ¡diríjase a Dios en una oración! Él le ayuda a sondear dentro del ensimismamiento, para subsanarlo.

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)   

De la publicación: "Origen y formación de la enfermedades"

www.editorialgabriele.com

 


domingo, 14 de enero de 2018

Artículos de opinión



Las leyes de protección animal solo tranquilizan nuestra conciencia

El mundo en que vivimos y el modo como los medios de comunicación nos lo presentan a diario, está de muchas formas caracterizado por el crimen. Esto da lugar a titulares que se leen y se escuchan en todo el mundo, mientras que hay otras crueldades que no se consideran como los crímenes brutales que en realidad son, como por ejemplo la explotación abusiva de la madre Tierra, la destrucción de la atmósfera que protege la Tierra de la irradiación cósmica, sin olvidar los crímenes contra los animales para la producción de carne, para la producción peletera, para los experimentos con animales y mucho más. Frente a estas contravenciones de consecuencias tan graves para los animales y la naturaleza, la mayoría de las personas de la actualidad se comportan tan a la ligera, porque apoyándose en una correspondiente legislación estas aberraciones son elevadas a legalidad, es decir a un derecho del mundo, y a menudo, lo que es el colmo del cinismo, se presentan al pueblo ingenuo con la bendición de la Iglesia como que son «gratas a Dios».

Consideremos tan solo las leyes de protección animal, las que para los animales no son más que una farsa que solo sirven para tranquilizar la conciencia del pueblo, pero prácticamente no sirven para proteger a los animales. Mientras se trate a los animales del modo como se procede con ellos, y esto dentro de una sociedad que se denomina a si misma «cristiana», las así llamadas  leyes de protección animal no valen ni el papel en el que están escritas. Y mientras los animales solo sirvan a la sociedad, permítase que se diga así, para ser devorados y engullidos, y mientras no se considere ni se proteja en absoluto al ser con vida y animado que hay en ellos, la criatura de Dios, los animales no tendrán ni la más mínima oportunidad de llevar a cabo una vida digna, porque la llamada sociedad cristiana carece en gran medida de educación ética y moral.

Las proposiciones de ley que presentan los proteccionistas para proteger mejor a los animales, fracasan siempre por culpa de los partidos que se llaman a sí mismos «cristianos» y que consideran suficiente la protección animal cimentada en la legalidad vigente. ¡Que burla, que cinismo, qué testimonio de pobreza espiritual el de las personas que piensan de este modo –si pensamos en los millones y millones de animales a los que se despelleja y descuartiza vivos! Por no mencionar la manera brutal como se mantiene al ganado.

Pero por desgracia para los animales, en los escaños parlamentarios se sientan representantes de un pueblo que en lo ético y lo moral tiene evidentemente un desarrollo muy inferior y frecuentemente aportan su esquema católico o luterano, por lo que en los debates solo contribuyen con palabras vacías y huecas al tema de la protección animal. Un esquema que al fin y al cabo significa: guerra contra las criaturas de Dios, guerra contra los animales.

 

Mª José Navarro (24764815W)

De la publicación "Los vegetarianos, ¿herejes ateos?"

Tu cuerpo es el instrumento de tu alma

Pensamientos y palabras son fuerzas que son acogidos por las células y los órganos. De esta forma en el organismo, en las células del cuerpo, se forma el eco. Así como la persona piensa, habla y actúa, así reacciona su cuerpo, los grupos celulares. La consciencia de los órganos reacciona tanto a impulsos positivos como negativos de la persona y a impulsos del ambiente que la rodea. Por eso quien ha aprendido a dominar sus pensamientos y sus sentidos, puede preparar también su cuerpo para la sanación a través del Espíritu.

Reconoce por lo tanto cuales son las causas de tus malestares y el modo en que se forman. Para ello únete conscientemente con el Espíritu universal, con tu alma y con tu cuerpo, con cada órgano. Reconoce tu cuerpo como el instrumento de tu alma, como el vehículo del cuerpo espiritual que vive en tu interior. Tus pensamientos, palabras y obras y tu actitud ante la vida son el combustible para tu cuerpo.

El alma está encarnada para expiar en esta encarnación sus sombras o partes de las sombras, que son las cargas de las encarnaciones anteriores. Por eso para el ser humano debería ser un mandamiento el mantener su cuerpo sano en base a pensamientos desinteresados, una vida ordenada, y también en base a alimentos sanos provenientes de la naturaleza, es decir sin sufrimiento animal.

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la Publicación: "Tu mismo eres tu enfermedad y tu salud"

www.editorialgabriele.com

domingo, 7 de enero de 2018

Artículos de opinión



Las infracciones contra la naturaleza nos pasarán factura

 

 

Así como el hombre está de peregrinaje, también lo está el alma. Lo que significa que ella tiene siempre también la facultad de decidir qué camino quiere seguir. El alma se esmera ya sea por llegar pronto al Hogar eterno, al macrocosmos de materia sutil, o bien permanecer durante largo tiempo como alma en un nivel de purificación que corresponda a su intensidad de irradiación. También tiene la libertad de volver a encarnarse. No importa por cual se decida, ella está siempre rodeada de lo que le impuso el que antaño fue su ser humano, es decir aquello que aún no está purificado, lo que no está saldado como culpa.

Cada estado de consciencia del alma es su estado momentáneo. Este también se muestra en el vestido del alma y luego, cuando se encarna de nuevo, está en él cómo irradiación del alma. Posteriormente en el transcurso de su existencia terrenal algo de esto se tornará activo, es decir se manifiesta sucesivamente como efecto cuando la persona joven ya puede distinguir entre lo bueno y lo malo.

El desarrollo de un alma no encarnada puede ser el siguiente: Si el alma ha superado en gran parte sus malos rasgos de carácter que correspondían a la imagen de su ser humano de antaño, es decir si ha purificado sus rasgos negativos que lleva aún adheridos, entonces continúan los pasos siguientes hacia otras constelaciones e incluso hacia constelaciones planetarias más luminosas, pues su lugar de estancia momentánea corresponde a su estado de consciencia. Se le estimula a que mire lo que está aún adherido a ella para superarlo.

En este largo peregrinaje el alma tiene que reconocer, con frecuencia de forma dolorosa, en su cuerpo anímico lo que claramente le muestra su grabado, por ejemplo delitos contra personas, maltrato a animales, haber matado intencionadamente animales o el consumo de carne animal. También el ultraje a la naturaleza y la explotación de la Tierra están en el alma del llamado pecador, del que fue un ser humano, registrado en imágenes y a menudo unido a sufrimientos y dolores. Lo que ella como ser humano causó a otras personas, a animales, a toda la madre Tierra, sean torturas, sufrimientos, dolores y mucho más ahora lo tiene que cargar y sentir en su propio cuerpo. Esta es la llamada expiación.

Si al alma se le hace consciente su carga y cosas parecidas, entonces es nuevamente instruida por seres más luminosos, así como siempre fue enseñada durante su camino de peregrinaje. Durante su camino de peregrinaje se muestra el siguiente paso, es decir lo que ahora ha de purificar. El cual se hace visible en el cuerpo anímico, igual a vestido del alma.

A lo largo de todos los caminos de peregrinaje, el alma cambia el aspecto de su cuerpo anímico y de los vestidos del alma. Cuanto más se desarrolle el alma espiritualmente, es decir cuanto más reconozca su grabado, se arrepienta de él, lo purifique y lo expíe, frecuentemente de forma dolorosa, más se transforma la estructura del cuerpo de sustancia sutil a través del cambio de energía negativa en positiva. El cuerpo de sustancia sutil se torna más claro, los vestidos del alma se vuelven más luminosos, los rasgos del rostro más nobles. Paso a paso el ente alma se aproxima a su hogar verdadero y eterno, y muy lentamente se despliega su entidad divina, el ser espiritual de sustancia netamente sutil.

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "El camino del olvido"

www.editorialgabriele.com

 

 

¿Qué consecuencias tendrá la reversión de los polos?

 

 

Estudios científicos afirman que el campo magnético terrestre tiene una importancia fundamental para la vida en la Tierra. Algunos experimentos coinciden en que a causa de una reducción del campo magnético terrestre se llega a un desacoplamiento de los biorritmos en el ser humano, así como un significativo aumento de las depresiones. Aunque esto no queda aquí, algunos científicos también algunas otras fuentes anuncian un cambio global del campo magnético terrestre, lo que llevaría a una reversión de los polos, es decir, el polo norte estará ubicado en el polo sur y viceversa. Entonces el ser humano estaría expuesto a una intensa radiación solar, los satélites caerían sobre la Tierra y muchos aviones se estrellarían. Un proceso tal traería sin lugar a dudas hambrunas, guerras, colapso económico y conflictos sociales.

Los científicos no pueden afirmar cuando podría ocurrir algo así, aunque algunos se atreven a afirmar que esto podría ocurrir en pocos años. Sin embargo hace casi tres décadas que escuchamos de otra fuente advertencias serias que no fueron tenidas en cuenta, pero que hoy son corroboradas. Con el correr de los años se ha hecho más evidente que Dios no envía las desgracias a las personas. Hoy ya no se oye más reír a los teólogos pues ahora los científicos confirman aquello que Dios manifestó por boca profética hace más de 40 años. La ciencia apenas puede ocultar las transformaciones que tienen lugar, pues los efectos no sólo son visibles para muchos, si no que también se pueden sentir.

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "Cambio climático"

www.radio-santec.com

           

 


jueves, 4 de enero de 2018

Artículo especial

 

 

María dio a luz y el Cielo se inclinó sobre la Tierra

 

María dio a luz y todo el Cielo se inclinó sobre la Tierra. Sola, sin comadrona, sin la ayuda de una mujer trajo a su hijo al mundo. Únicamente los ángeles de Dios que acompañaban a María y a José, estuvieron con ella en su corazón. Luego María puso al recién nacido en el pesebre segura de que los animales le darían calor, evitándole morir de frío en esa época tan oscura.

Pero también los animales sintieron quién había nacido, un niño en la oscuridad, pero no solo en la noche oscura, sino en la oscuridad y frialdad de las personas que no tienen amor a Dios ni al prójimo y que cerraron sus puertas al gran Espíritu que había nacido en un niño. Los animales, que tienen mejor voluntad que las personas obstinadas, entregaron su pesebre al hijo de Dios, quien se conformó feliz. Lo que no fue casualidad puesto que Jesús vino al mundo también a liberar a los animales del sufrimiento y esclavitud que les causan las personas, pero ante todo para liberar a las personas de su ignorancia y egoísmo y manifestarles que son hijos e hijas de Dios.

Cristo nació en el niño Jesús, el hijo de Dios en vestido terrenal, pobre, débil y necesitado de cuidados como todos los niños. El establo de Belén y el nacimiento de Jesús lejos del hogar son para nosotros un símbolo que dice: Dios está en todas partes, en los animales, en la naturaleza, en un cobertizo sencillo, porque el Espíritu del Cristo de Dios está allí donde la razón es el corazón. Él no vive en palacios de oro, ni en Iglesias llenas de ornamento, sino que vive en el corazón que lleva el oro del amor a Dios. Lejos del hogar significó que el hijo de Dios no tuvo ni cama ni casa, fue un caminante en la Tierra, su cabeza no tuvo oro ni seda por almohada, sino heno, trigo, piedras y hierbas. El fue un pastor para Sus ovejas: Cristo, el Buen Pastor.

No muy lejos del establo algunos pastores cuidaban de noche su rebaño. Estaban junto al calor del fuego cuando de pronto vieron como se alzó una columna de fuego. Algunos creyeron ver en el fuego la figura de un ángel, otros escucharon hablar en su corazón un mensaje según el sentido: "No temáis. He aquí que os anun­cio una gran alegría, que es para todo pueblo, pues hoy en la ciudad de David ha nacido el Redentor, que es Cristo, el Uno santo de Dios. Y esto tendréis por se­ñal: encontraréis al Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Al­gunos de los pastores contemplaron en su inte­rior la gran luz, mientras otros escucharon en sus corazones la glo­rificación de Dios: "gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a todos los hom­bres de buena voluntad".

Los pastores no se ponían de acuerdo sobre lo que habían visto y escuchado. Pero aquellos que habían recibido en su corazón el sentido del mensaje del ángel salieron en su busca y el Espíritu de Dios les acompañó hasta Belén, donde encontraron a María y a José en el establo y al niño recostado en el pesebre. Los pastores percibieron lo divino en el ser humano Jesús. Sus almas eran muy sensitivas porque estaban muy unidos a la naturaleza y vivían bajo las estrellas. Así los pastores de ovejas estuvieron con Jesús, el pastor de hombres y regresaron glorificando y alabando a Dios y anunciando la Buena Nueva por todo lo que habían visto y oído.

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

Basado en la publicación: "Esta es Mi Palabra. Alfa y Omega"

www.editorialvidauniversal.com

 

lunes, 1 de enero de 2018

Artículo especial de Año nuevo



 

Reflexiones de Navidad para un buen año nuevo



 

La Navidad es la fiesta del amor. El Hijo de Dios se hizo hombre para traernos el amor de nuestro Padre eterno, que Él nos anunció siendo hombre y según el cual vivió. En todo el mundo no hay nada que ennoblezca tanto el carácter de una persona, que armonice su ser y que llene su ánimo de pacifismo que el amor eterno y cósmico que viene de Dios. Las personas que se entregan al amor de Dios regalan alegría altruista a sus semejantes, porque ellos dan de forma altruista sin esperar agradecimiento o reconocimiento.

 

La Navidad es también la fiesta del dar. Quien quiera dar los pasos hacia un buen nuevo año, precisamente en la época navideña puede reflexionar sobre cómo le gustaría dar una alegría a sus semejantes, pero no sólo con dones externos, si no con su proprio ser interno, que él se esfuerza en refinar y orientar hacia el amor del Infinito, que es la seguridad y la firmeza, que irradia confianza y felicidad interna y da a otros. Porque lo que amamos de corazón y damos de corazón, eso lo tenemos también nosotros, pero por el contrario, lo que esperamos y ansiamos, con eso nos robamos a nosotros mismos.

 

De Gabriele, la profeta y enviada de Dios para nuestro época, hemos escuchado: «A pesar de todo el egoísmo que en la actualidad reina por todas partes, la ley eterna del amor está recorriendo todo el mundo para alcanzar a las personas que añoran el amor de Dios. El Espíritu de Dios es el núcleo imperecedero en todos y en todo, la fuerza todopoderosa, la luz que vence todas las sombras y que devuelve todo a su forma espiritual-divina originaria.  Cada uno de nosotros está envuelto por el amor infinito. Lo notamos cuando nos entregamos al amor de Dios, haciendo paso a paso obras del amor, que encontramos en los Diez Mandamientos de Dios y en el Sermón de la Montaña de Jesús. Si realmente hacemos obras del amor, eso se muestra en el contenido de nuestras obras. Nosotros mismos podemos probar si son íntegras cuestionándonos nuestras palabras y obras, por ejemplo preguntandonos: ¿Por qué digo esto ahora? ¿Por qué hago esto ahora?

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W) 

De la publicación: "Reflexiones en Navidad para un buen año nuevo"

www.editorialgabriele.com