domingo, 9 de junio de 2013

Artículos de opinión


Estimados amigos:

Les envío estos dos artículos de la semana 24 para que lo publiquen en su medio de comunicación.

Saludos de Mª José Navarro

DNI: 24764815w

 

 

El sorprendente lenguaje de los árboles

 

 

 

 

Muchas personas hablan con sus plantas y están convencidas de que éstas les entienden. Esto que antes no era más que una teoría, la ciencia moderna lo ha demostrado. El lenguaje de las plantas tiene lugar a diferentes niveles: por un lado a través de sustancias químicas, a través de las ondas o a través de señales eléctricas. Por ejemplo el bosque dispone de un sistema de alarma que usa cuando los leñadores cortan el primer árbol, al cabo de un rato todos los demás árboles se han enterado. El físico Ed Wagner pudo medir cómo los árboles intercambian información entre sí a través de las ondas W.

 

Los trabajos de investigación del indio Chandra Bosen se desconocen practicamente en occidente. Allí es considerado como uno de los científicos más afamados de comienzos del siglo XX, pero uno de los reconocimientos más importantes que tuvo fue al descubrir que las plantas tienen una especie de sistema de transimisión de estímulos, comparable al sistema nervioso de las personas y de los animales.

 

Otra prueba la dieron los kudús, una especie de antílope africano. Algunos fueron criados en los años 80 en grandes recintos, cuando de forma enigmática empezaron a morir. Nadie podía explicarse qué pasaba porque sólo morían los que estaban en cautividad. A los kudús al igual que a las jirafas les gusta comer las hojas de las acacias, por lo que siguiendo ésta línea los criadores empezaron a observar a los animales que vivían en libertad y comprobaron que nunca comían más de 10 minutos del mismo árbol.

 

Al cabo de un tiempo se comprendió que los árboles se comunicaban, sí, los árboles se pasaban información unos a otros mediante gas etileno que aumenta mucho el contenido de tanino, una sustancia amarga que hace que las hojas no sepan bien, además a partir de una cierta concentración es venenosa. Por eso los antilopes salvajes se movían buscando árboles no informados pero los antílopes acorralados no podían elegir. En resumen el sistema de alarma de los árboles fue su perdición.

 

Estimados lector, despues de saber que los árboles se comunican entre sí, cuando usted vaya a la naturaleza recuerde que todo está traspasado como por un lazo interno. Intente sentir este lazo interno en su entorno. Con el tiempo notará que está por todas partes, y que usted se vuelven más libre sí también se dejar guiar por él. Esto también es botánica medicinal. Gracias a la palabra profética en la actualidad sabemos que todas las formas de vida están unidas entre sí por el Espíritu de Dios y en constante comunicación. Cada atención positiva y cada forma de reparación del daño hecho puede tener un gran efecto en toda la naturaleza.

 

Radio Santec

www.radio-santec.com

 

 

 

 

Insectos, bacterias y virus creados por el ser humano

 

 

 

Los constantes cambios en el campo magnético terrestre dan lugar a especies de animales que  el hombre llama animales o insectos dañinos, también parásitos. Estas formas de vida perjudiciales y fastidiosas para el hombre no son otra cosa que engendros de la forma de pensar y actuar humana, es decir una consecuencia del comportamiento erróneo del ser humano. Es decir, estás formas de vida son traspasadas y vivificadas por los campos magnéticos, no por la fuerza divina que lo mantiene todo.

 

El medio en el que se forman los parásitos son las basuras, las aguas contaminadas, los pantanos radiactivos, estaciones de depuración de aguas residuales, lugares afectados por la irradiación de reactores atómicos, residuos atómicos, desagües y cosas parecidas.

 

El cuerpo humano es un cuerpo mental. Así como el ser humano siente, piensa, habla  y actúa, así es él y de igual modo influye en su medio ambiente y determina su época. La forma de pensar y actuar del ser humano impone su característica al tiempo, al mundo y a la conducta de los pueblos. Por tanto es el ser humano mismo quien crea los animales dañinos y los parásitos por medio de su comportamiento equivocado, por su forma de pensar y actuar contraria a la ley divina. Así igualmente las bacterias y los virus dañinos son producto de una conducta errónea practicada por la humanidad, eventualmente en el curso de numerosas épocas.

 

 

 

Vida universal

www.vida-universal.org

 

 

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