domingo, 17 de noviembre de 2013

Artículos de opinión


 

 

 

Una época caracterizada por excesos, vicios y avidez

 

 

 

Las adicciones y la codicia aumentan y degeneran en brutalidad y violencia. Se abusa y viola sin escrúpulos, se apoyan guerras y no se tiene reparos en matar para confiscar bienes, ni en dar falso testimonio para obtener una posición de poder. Y como «los molinos de Dios muelen muy despacio», se piensa que las fechorías pasarán de largo sin consecuencias.

 

Si observamos nuestro mundo comprobaremos la verdadera condición humana y como somos: predominan la mentira, el robo y el engaño. Las festividades degeneran hasta convertirse en bacanales y comilonas; los vicios son adicciones que desembocan en excesos prácticamente insuperables como alcoholismo, juego, drogas, nicotina, bulimia, adicción a Internet, deseos de discutir, adicción al sexo, pasión por la caza, sed de venganza, explotación de personas, afán de poder, avidez de dinero y codicia, llegando hasta el matar por el placer de asesinar a personas y animales.

 

Pero al ser humano apenas le es consciente que los contenidos de nuestro sentir, pensar, hablar y obrar, es decir la totalidad de los contenidos de nuestro comportamiento se introducen en la estructura celular de nuestro cuerpo y en la estructura del alma, con ello todo queda registrado y por todo tendremos que dar cuentas. También lo bueno que emitimos recae sobre nosotros nuevamente, se trata de la ley de acción y reacción. La ley de Causa y efecto asigna a cada cual su parte de culpa de forma precisa y justa, pues la balanza de la justicia de Dios lo pesa todo con exactitud.

 

Radio Santec

www.radio-santec.com

 

 

 

¿Ordenó Jesús a la mujer "cásate y se sumisa"?

 

Una obra polémica y provocadora ha protagonizado la actualidad de los últimos días. El controvertido libro Cásate y sé sumisa, escrito por la periodista italiana Costanza Miriano y editado en nuestro país por el Arzobispado de Granada enseña a la mujer a obedecer a su marido. Defendiendo este comportamiento retrogrado la autora ha conseguido aparecer en todos los medios de comunicación españoles, así como colocar su libro en las librerías de toda España.

Que duda cabe de que las mujeres de todas las épocas hemos aceptado las cosas como son porque así las hemos heredado, sin cuestionarnos si son correctas o buenas para nosotras. La costumbre ha influido fuertemente en nuestra sociedad y la filosofía anquilosada también, pero curiosamente es la tradición católica la que ha marcado la pauta de muchos comportamientos actuales en el occidente cristiano, también respecto al trato a la mujer. Pero ¿cuánto de cristiano hay en las tradiciones que han llegado hasta nuestros días, y cuánto de eclesiástico-dogmático?

A la enseñanza de Jesús en relación a las mujeres no se le puede reprochar nada, no así a las machistas normas de la Iglesia, las que deberíamos haber cuestionado hace tiempo. Se sabe que existe una igualdad real de derechos, pero si se valora el peso que tienen las mujeres en la sociedad, no se puede obviar que a menudo tenemos un valor inferior, aunque en el pasado era más evidente pues las mujeres eran propiedad del hombre y apenas tenían derechos. En los siglos de la inquisición se las rebajó al nivel del mal, de lo pecaminoso, a seres sin alma y esto en los  países llamados cristianos. De ahí la pregunta de sí es correcto atribuir toda esta injusticia a Jesús de Nazaret.

 

Se suele asociar cristianismo con iglesia, lo que en cierta forma es normal después de una huella tan marcada. Sin embargo cristianismo no es catolicismo, además no es ésta la única huella que ha dejado la iglesia, tan sólo con la quema de brujas se dejó una huella de sangre perfectamente visible hasta nuestros días. Este único dato debería motivar a millones de mujeres a cuestionar qué relación guarda ese doloroso baño de sangre con las enseñanzas de Jesús, quien contó entre sus discípulos con muchas mujeres a quienes trató con igualdad y respeto.

 

La catedrática alemana Sabine Biberstein publicó en la Revista Spiegel un informe en el que se afirmaba que entre los numerosos investigadores existe una opinión unánime: en el movimiento que trajo Jesús de Nazaret hubo mujeres desde el principio. María Magdalena fue la primera persona a quien Jesús se le apareció tras Su resurrección, dándole el encargo de anunciar el mensaje de Pascua, al respecto escribe Biberstein: "El encargo dado por el mismo resucitado y la proclamación del mensaje de Pascua dota a Maria Magdalena con los rasgos de cualquier apóstol. La participación mancomunada de hombres y mujeres puede considerarse como una importante característica del movimiento de Jesús, que continuó su desarrollo en muchas comunidades de los primeros tiempos". Sin lugar a dudas de estas declaraciones se deduce no sólo la igualdad en el cristianismo originario, sino que con toda seguridad en las primeras comunidades muchas mujeres tenían cargos directivos y actuaban como profetas.

 

 

Basado en un programa del emisor italiano

Erde und Mensch

Ana Sáez Ramirez

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