domingo, 7 de septiembre de 2014

Artículos de opinión


          Cuantos más jabalís se cazan más se reproducen

 

 

 

En ocasiones los cazadores defienden su actividad alegando que se deben controlar las poblaciones de animales salvajes para evitar su superpoblación. Sin embargo si se dejara de cazar, las poblaciones de animales se regularían por si solas, incluso descenderían, lo contrario de lo que sucede en la actualidad, ya que los contingentes de animales salvajes crecen descontroladamente a causa de la caza. Esto a su vez causa perjuicios en las cosechas, lo que desemboca nuevamente en más cacerías. Esto que parece contradictorio podría ser una solución ante las quejas de los agricultores.

 

Un estudio realizado en el estado federal de Baviera (Alemania) demuestra que la caza de jabalís ha aumentado de 5.000 a 60.000 ejemplares en pocos años. Sin embargo, la población de estos animales en vez de descender ha aumentado y sigue aumentando, lo que conlleva a que curiosamente el número de cazadores también haya aumentado en el mismo periodo de tiempo. Lo que el conocido zoólogo y ecólogo Joseph H. Reichof explica de la siguiente forma: "Cuantos más jabalís se cazan, tanto más se reproducen". En la conferencia que dio en la Universidad de Basilea en octubre de 2013 dijo literalmente: "La caza no regula sino que crea existencias elevadísimas y oprimidas".

 

Un estudio francés del año 2009 llega a la misma conclusión. Sabrina Sawanti, científica e investigadora, comparó una zona francesa de caza en un período de 22 años con otra zona de los pirineos donde apenas se caza. De dichas observaciones obtuvo los siguientes resultados: «Cuando aumenta la presión de la caza, la fertilidad de las jabalinas es mucho más elevada en las zonas en las que se practica la caza. Además, con la caza intensiva se adelanta la madurez sexual, que se alcanza a finales del primer año de vida, de modo que jabatas jóvenes quedan preñadas. En las zonas donde hay menos cazadores el índice de reproducción de los jabalíes es más bajo, puesto que la madurez sexual de las jabalinas llega más tarde.» Con dicho estudio quedó demostrado que la intensa reproducción de jabalíes no solo depende de facilidad para obtener alimento, sino en gran medida de la forma en que se practica la caza.

 

Por suerte existen cada vez más estudios que demuestran que sin la caza se puede restablecer un equilibrio natural. Esto se ha podido comprobar en el parque natural italiano  de Gran Paradiso o en el parque nacional suizo de Graubunden, también en el cantón de Ginebra donde la caza está prohibida desde 1974. Allí los animales se comportan tal como lo hacían antes de que allí se practicara la caza, es decir las poblaciones se regulan de forma autónoma y sin la intervención del hombre. Y lo que es más interesante: los animales van perdiendo su temor al ser humano, con lo que los seres humanos tenemos la gran oportunidad de percibir otras correlaciones de la naturaleza, las que no obstante son imposibles cuando se practica la caza, porque ante el miedo a ser cazados, los animales se vuelven nocturnos y son imposibles de divisar de día.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959R)

Del Programa para radio y TV: Naturaleza sin caza

www.radio-santec.com

 

 

 

"Todo para mí a cualquier precio" tiene consecuencias

 

 

Las personas queremos que todo nos vaya bien, queremos tener una buena vida, una vida sana, también logros, éxitos y bienes, no importa a qué precio, ni si hay que explotar y saquear a la madre Tierra, "todo para mí", sin embargo tratamos a los animales de un modo brutal y malintencionado, olvidando que ellos sienten como nosotros las personas. El ser humano es hoy día cruel e insensible y ante el dolor de los animales, ante la crueldad de los mataderos, suele mirar hacia otro lado, por lo que habría que preguntarse si esto no es ya una especie de esquizofrenia.

 

El querer todo lo bueno para mí pero causarle sólo lo malo a la naturaleza y a los otros seres vivos del planeta no parece muy ético. Quizás no sea extraño que la naturaleza cada cierto tiempo devuelva el golpe de este modo. La Regla de oro de Jesús de Nazaret que dice: haz a tu prójimo lo que te gustaría que te hicieran a ti, que es lo mismo que decir: no hagas a tu prójimo lo que no te gustaría que te hicieran a ti, podría otorgarnos la medida justa para ser más respetuosos también con la Madre Tierra y con los animales.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

                                                                                                                                                          www.radio-santec.com


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