domingo, 8 de febrero de 2015

Artículosdeopinión


 

Los agujeros negros hablan del poco valor de lo material

 

 

Un agujero negro no es la nada, todo lo contrario, es masa estelar en concentraciones elevadísimas. Y aunque no se pueden ver porque se tragan incluso la luz, se sabe que existen por los denominados discos de acrecimiento o de acreción, que son discos compuestos por gases que giran alrededor del agujero negro. En la vía láctea existe un agujero negro que se encuentra a 23.000-26.000 años luz de distancia y que se llama sagitario A, y que tiene un diámetro de 45 millones de kilómetros y una masa de 4,3 millones de veces la masa del sol, es decir un tamaño nada desdeñable.

 

Ciertamente en cosmología hay muchas cosas que aún se desconocen, sin embargo otras ya se saben o se intuyen. Por ejemplo se supone que en los agujeros negros existe un constante devenir y desaparecer. Sin embargo a través de otra fuente, la de la profecía para el tiempo actual dada a través de Gabriele de Würzburg, sabemos que los soles y los planetas no están casualmente en el universo, cada planeta tiene su función, la de almacenar nuestros pensamientos y actos. O sea que todo lo que el hombre emite en pensamientos, actos y sentimientos se graba en el cosmos, de manera que en el fondo el mundo de las estrellas representa un sistema de almacenamiento. La frase "Tu destino está escrito en las estrellas", es una frase con mucho contenido y mucha verdad. Sin embargo de las estrellas sólo retorna lo que cada uno ha grabado en algún momento de su vida, no vuelve ninguna sorpresa, ningún secreto, sólo lo que yo mismo he dado de mí.

 

Entonces, ¿qué función tienen los agujeros negros alrededor de las estrellas y de los planetas como sistemas de almacenamiento? Los agujeros negros son una especie de aspiradores, un comando de limpieza. Por lo que si partimos de la base de que todas las especies de animales y de plantas, y todas las personas están grabadas en algún sitio, cuando determinadas especies de animales se extinguen, entonces determinados planetas son superfluos, es decir innecesarios. El aparecer y desaparecer en la Tierra tiene su correspondencia en el cosmos, pues el cosmos es el sistema de almacenamiento donde se graba todo, y lo que pasa sobre la Tierra también se registra en el sistema de almacenamiento.

 

Al fin y al cabo toda investigación que se dedique a ese tipo de cosas acaba llegando a la conclusión de que en el fondo nada es como parece, y que nuestro firmamento, que parece más bien estático, está en constante movimiento, un constante desaparecer y volver a nacer. Los agujeros negros por tanto nos hablan, y nos dicen que la materia no perdura, esto significa que el ser humano debería ya preguntarse si no ha llegado la hora de empezar a buscar los valores importantes más allá de la materia.

 

 

Ana Sáez Ramírez (45.271.959R)

Basado en el libro: "Su ojo, la contabilidad de Dios"

www.editorialvidauniversal.com

 

¿Para qué una ética y una moral más elevada?

 

 

Sepa que sólo puede recaer sobre nosotros lo que nosotros mismos tenemos en nosotros. Aunque en el mundo acechen aún muchos peligros, si no tenemos algo igual en nosotros tampoco atraeremos esos peligros, no pueden hacernos nada, salvo que hayamos creado la fuerza de atracción en nuestra alma.

 

Con nuestros pensamientos negativos podemos hacer surgir en nuestro cuerpo enfermedad y padecimiento, o provocar sufrimientos y golpes del destino. Sin embargo  a través de una forma positiva de sentir, pensar, hablar y obrar producimos en nosotros salud, armonía interna, alegría, paz, felicidad y satisfacción. Vemos por tanto que los pensamientos son fuerzas. Lo que pensamos y cómo pensamos –ambas cosas retornan a nosotros, el emisor.

 

En este contexto entendemos la ley de siembra y cosecha, que significa que cada causa tiene su efecto, y comprendemos que únicamente nosotros somos los causantes de nuestras enfermedades, sufrimientos y golpes del destino, no nuestros semejantes o tal vez Dios. Estimado lector sepa que cuando no damos la vuelta a tiempo, el destino sigue su curso. Con nuestra forma de pensar contraria a la ley divina, podemos crear cargas en nuestra alma o construirlas de nuevo. Por eso propóngase ya en este instante una vida basada en una ética y moral más elevada, tome en sus manos y para sí el rumbo de su propia vida, sabiendo que el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret es la clave para una vida feliz en esta Tierra y también después de esta vida en el Más allá.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.editorialvidauniversal.com

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