domingo, 27 de marzo de 2016

Artículo de opinión


¿Alguien siente aún consideración por la Tierra?

Si partimos de la base de que cada ser humano está conectado con el cosmos y que cada persona es un microcosmos en el macrocosmos, deberíamos tener muy presente que lo que hacemos tanto a otras personas como al planeta Tierra con sus animales, plantas y minerales, eso nos lo hacemos a nosotros mismos. Y eso vendrá de vuelta a nosotros con todo detalle, según sea lo que hayamos introducido en los sistemas de grabación que son los planetas de registro y también nuestra alma.

Nos cuesta/resulta difícil admitirlo, pero es así: Esta sociedad actual pobre en valores, que casi ya no muestra respeto por la vida, que en definitiva está contra sí misma y actúa en contra del planeta Tierra, y que trata como mercancía todo lo que vive en la Tierra, a la larga no podrá subsistir. Muchas personas comprenden desde hace tiempo algo sobre lo que la ciencia también informa, que la Tierra con sus formas de vida está devolviendo al ser humano lo que éste ha hecho y sigue haciendo al planeta Tierra con sus animales, plantas y minerales.

La cosecha del ser humano en vista del desequilibrio de nuestro planeta Tierra, es denominada cambio climático. Siendo los seres humanos de todas las generaciones quienes hemos contaminado el clima de la Tierra. La mayoría de las personas han perdido el respecto por la vida, pero ¿por qué? Porque la mayoría de los seres humanos ya no saben qué son la conducta correcta ni la moral. La codicia, la corrupción y el saqueo de los recursos naturales reemplazaron la conducta correcta y la moral. Ya no se tiene ninguna consideración por aquella que nos alimenta, la madre Tierra.

La llamada de esta generación tan diametralmente alejada de la Tierra y de la naturaleza parece decir: «Haz el mal, y cree que el mal afectará a otros». Pero la ley cósmica no es variable, sino que perdura y dice así: «Acción equivale a reacción, lo que es igual a decir que toda siembre tiene su cosecha». Cuando la siembra afecte al individuo aquí en esta vida, o tal vez a su alma en el más allá, su vida se tornará pobre y lamentable.

Mª José Navarro (24764815W)

De la publicación: "Déjate guiar"

www.editorialvidauniversal.com


jueves, 24 de marzo de 2016

Artículo especial de semana santa



 

Con su acto redentor Jesús salvó la Creación entera

No fue Dios quien envió a Su Hijo como víctima expiatoria para reconciliarse con los seres humanos. La muerte de Jesús en el Gólgota no fue otra cosa que la realización de la idea de sacrificio que el adversario de Dios tenía. No se podría decir con una claridad más absoluta: la crucifixión de Jesús no era el deseo de Dios. Y a pesar de que el adversario de Dios tenía la posibilidad de medirse con la luz para apagarla, no lo ha logrado.

Cristo, con Su Acto redentor en el Gólgota, no solo ha redimido a las almas y a los seres humanos, sino que también ha puesto freno a las aspiraciones de lo satánico que era la disolución de la Cuna de la que Dios extrae y crea. Cuando Jesús pronunció el «Está consumado» en el Gólgota eso significó: «Alto. Hasta aquí, y ni un paso más».

Con Su acto redentor Jesús salvó a la Creación entera, también salvó a los animales. Pues quien a los animales con sus almas parciales, les niegue los rayos de vida, como hacen las instituciones, es porque aún está preso en la idea propia de la Caída, de la disolución de las formas, y por eso adora al hombre muerto en la cruz. Pero el cadáver colgado en la cruz después de 2000 años es una burla a Jesús, ya que gracias a la Redención todos llevamos al Redentor en nuestra alma, y Su luz ha salvado a toda la Creación entera. Redención significa por lo tanto: ¡Alto a la disolución!, Satanás ha perdido, y el plan del adversario de Dios ha fracasado.

Pero aquél que viene de abajo, el padre de la mentira, el adversario de Dios que desde el principio era un asesino, intenta desde entonces perjudicar a la Tierra, a los minerales, a las plantas y a los animales, torturarlos con el fin de deformar sus almas parciales, para causar como nunca antes sufrimiento y necesidad a la Creación, porque ahora ve que la Cuna de la que Dios toma y crea está a salvo gracias al Cristo de Dios. En todos los tiempos la sucia mano de Satanás blandió el cuchillo de matarife, para quitarles el hálito de vida a los inocentes animales. Pues todo lo que lleva en sí el hálito de Dios, que son todos los seres que perciben y viven y sienten en la Unidad de la vida, son para Satanás una espina clavada que debe ser eliminada. Sin embargo ya no puede atacar la herencia indisoluble del Hogar eterno.

El Hogar eterno, el Reino de Dios, es y permanece como esencia del núcleo del ser en el cuerpo espiritual divino, tal como nos enseñó Jesús cuando dijo «El Reino de Dios está dentro de vosotros». Es la vida universal en el SER. A Él pertenecen las criaturas que provienen de Dios, del Uno universal, el mundo animal, vegetal y mineral, los seres divinos, los seres espirituales. También nosotros los seres humanos pertenecemos en el origen de nuestra alma al Dios Padre-Madre, a la gran familia de Dios. Todo y todos estamos unidos entre sí y, mediante el núcleo del ser estamos en comunicación con el Uno universal, el Dios Padre-Madre. El núcleo del ser en nosotros, que es el destello redentor, no puede contraer culpa, es incargable, tampoco puede ser destruido por el adversario de Dios, pero con su voluntad destructora patalea causando muerte por doquier y torturas sin sentido sobre todo a los reinos naturales, a los seres humanos y a toda la madre Tierra.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "El Acto redentor de Jesús, y el padre de la mentira

www.radio-santec.com

lunes, 21 de marzo de 2016

artículo especial Semana Santa


¿Han sido crucificadas también las enseñanzas de Jesús?


Jesús de Nazaret fue clavado en la cruz por encargo de la casta sacerdotal de aquel tiempo, donde murió tras indescriptibles torturas y una larga agonía. Pero a pesar de los 2000 años transcurridos, hasta el día de hoy sigue colgado en la cruz en miles de imágenes eclesiásticas, lo que se podría considerar como una forma de desprecio y negación de aquel que se convirtió en nuestro Redentor, el Resucitado. En los siglos posteriores las fuerzas antagonistas han seguido de forma imparable crucificando también Su enseñanza, cubriendo con el nombre de «cristiano» sus rituales y cultos paganos, y construyendo todo un edificio de dogmas. Las sencillas enseñanzas de amor a Dios y al prójimo se sustituyeron por dogmas, rituales, cultos y enseñanzas eclesiásticas, crucificando así la enseñanza de Jesús. Que el cuerpo inerte de Jesús de Nazaret siga colgado en el crucifijo no es casualidad, para las tinieblas simboliza la supuesta victoria sobre Jesús, el Cristo, y Su enseñanza.

La asesina pretensión de las fuerzas antagónicas que han pretendido desde el principio disolver la Creación, se refleja en las aberraciones humanas a lo largo de la historia de las llamadas religiones. Asesinatos, mentiras, falsedad, torturas y crueldad son desde el principio el plan y la aspiración de aquel que, como dice Jesús a través de la profecía para el tiempo actual, viene desde abajo, y Él lo llama el demonio.

Dios, el Eterno, está a favor de la vida, está a favor de Sus criaturas, que son creadas incesantemente, que toman forma para encontrar su hogar en el infinito y eterno Reino del amor. Esto es lo que quería y quiere evitar el adversario.

Una y otra vez Dios, el Eterno, desde el Reino de la existencia eterna envió a Sus seres de luz, mensajeros de luz, que explicaban a los seres humanos el camino de la Verdad. Pero una y otra vez fueron perseguidos, calumniados, escarnecidos y hasta asesinados. La persecución no acababa con el fallecimiento físico de los profetas de Dios. El asesinato moral, difundido por el mentiroso, siguió obrando en la falsificación de la palabra dada por Dios». Estos objetivos fueron perseguidos por la casta sacerdotal, la que introdujo religiones y cultos que servían al adversario y no a Aquél que envió a los mensajeros de luz, El Creador de todo lo que vive.

Desde el principio el asesino y mentiroso dibujó una imagen de Dios que en realidad le retrataba a él mismo, y no al ser de la eternidad, que es Bondad, Mansedumbre y Amor, que es la Verdad y la Vida. El adversario dibujó una imagen horrorosa de «Dios»: Vengativo, castigador, deseoso de sacrificios de sangre, de dolores y sufrimiento, y así se Le describe hasta el día de hoy. Esta es la espantosa imagen deformada que corresponde al padre de la mentira, y no al Padre del amor que nos enseñó Jesús.

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "El Acto redentor de Jesús, y el padre de la mentira"

                                                                                                                                                                                                                               www.radio-santec.com

sábado, 19 de marzo de 2016

Artículos de opinión


El valiente Jesús frente a Sus adversarios

Para hablar sobre el verdadero significado del acto redentor de Jesús, el Cristo, habría que aclarar que Él de forma clara y directa explicó Su misión divina, Su origen y Su destino. Él también denunció de forma inequívoca y con palabras severas la corrupción de aquellos que se colocaron contra Dios. De la transmisión bíblica nos ha llegado el siguiente párrafo: «Sé que sois descendientes de Abrahán y pesar de ello queréis quitarme la vida. Esto se debe a que vosotros os cerráis para Mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en el Padre. Y también vosotros tenéis un Padre, cuyas indicaciones seguís». «Nuestro Padre es Abrahán», replicaron ellos y Jesús contestó: «Si en verdad fueseis hijos de Abrahán, también obraríais como Abrahán. En cambio Me queréis matar, a mí que os digo la Verdad, tal como yo la he escuchado de Dios. Abrahán no haría algo así. Vosotros obráis como vuestro "verdadero" padre».

«¡No somos hijos ilegítimos!» protestaron ellos. «Tenemos un único padre, que es Dios». Jesús dijo: «Si Dios fuese vuestro Padre, vosotros me amaríais. Porque he venido a vosotros desde Dios, no en misión propia; es Dios quien me ha enviado. Pero Yo os puedo decir por qué mis palabras son tan incomprensibles para vosotros, y a qué se debe que no seáis capaces de escuchar Mis palabras: Vosotros provenís del demonio; él es vuestro padre. Y lo que vuestro padre desea lo hacéis de buen grado. Él fue un asesino desde el comienzo y nunca estuvo en el suelo de la Verdad, porque en él no hay verdad alguna. Cuando él miente, habla como corresponde a su ser más genuino; porque es un mentiroso, es más: él es el padre de la mentira».

Estimado lector, las palabras «un mentiroso y un asesino desde el comienzo» son palabras graves y claras de Jesús, pronunciadas poco antes de ser apresado en Jerusalén. Pero Él también habló de Su origen en el Reino de Dios, Jesús dijo: «Yo vengo de arriba pero vosotros venís de abajo». Con las palabras "desde el comienzo" no se hace referencia al comienzo de la creación espiritual, la de los seres espirituales, sino al comienzo de La Caída cuando algunos seres espirituales se apartaron de Dios.

Para comprender mejor este contexto nos valemos de la visión espiritual explicada en la Escuela de la Sabiduría divina a través de Gabriele, la profeta y mensajera de Dios para el tiempo actual, plasmada de forma especial en el libro «La Unidad universal que habla». Allí leemos: "Dios es espíritu. Su Creación es el Reino del Espíritu que es de sustancia fina. El éter de luz infinito e inagotable es la sustancia primaria a partir de la cual el infinito y eterno Dios creó y dio forma. El Reino del Eterno es el Reino de la Unidad, de la Inteligencia originaria, del amor universal".

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "El Acto redentor de Jesús, y el padre de la mentira"

www.radio-santec.com

¿Existe un camino directo desde el ataúd al cielo?

Tras el fallecimiento, el alma desencarnada ha de reconocer su nueva situación, por muy amargo que sea al principio tendrá que empezar a recorrer el camino del olvido, que conduce a la superación en otra dimensión, de lo que aún está adherido a ella. El alma poco a poco se va soltando de todo, incluso de lo más impensable, por ejemplo de la sensación de frío y calor, del sueño, del dormir y despertar, de objetos familiares, de hermosos paisajes, de una vida lujosa, de comer y beber, del cómodo sillón que tanto apreciaba como ser humano. Por lo tanto tan pronto como el alma se retira de las necesidades y costumbres del que fue su ser humano, comienza el olvido. La persona sensitiva notará entonces que alma del familiar difunto ya no se encuentra en las cercanías.

Entonces cuando el alma recorre el camino del olvido despiertan en ella otros recuerdos. Son quizás aspectos sin resolver de su vida como hombre, que siguen grabados en su alma hasta que consiga arrepentirse de ello y purificarlo. En el camino del olvido hacia otra constelación planetaria de sustancia parcialmente sutil, se sugieren más tareas de purificación entre aquellas que el alma lleva en sí como una especie de grabado o trazado. En este lento caminar al Reino de Dios va cambiando también la irradiación del alma, ella adopta otros rasgos de fisonomía y llevará un vestido de sustancia más fina, cuyos colores corresponden a los colores de la constelación planetaria y a su grabado del momento.

Mª Jose Navarro (24764815W)

Del programa: "El camino del olvido, que se emite por Sopfhia TV América

www.radio-santec.com


domingo, 13 de marzo de 2016

Artículos de opinión


¿Azar, destino o casualidad?

Las constelaciones planetarias son las que graban y registran todos nuestros sentimientos, pensamientos, sensaciones, palabras y actos, y ellas son por tanto las que determinarán cuando la siembra de una persona determinada comenzará a germinar. Los planetas de registro activados disponen qué tendremos que soportar, cuándo y dónde. El ser humano no está por tanto en manos de la casualidad.

Los planetas de registro no graban lo que fingimos ser, es decir las apariencias externas con las que nos mostramos ante otras personas, con las que queremos engañar a otros y a nosotros mismos. Estos planetas graban al detalle todo aquello que hemos introducido en nuestro comportamiento, es decir lo que ocultamos tras nuestras formas de comportamiento o en ellas. Lo que realmente pensamos y sentimos es lo que queda introducido en la ley causal. Por eso no es Dios quien nos castiga, sino que únicamente nosotros somos los responsables de nuestro destino.

Según este proceso cósmico inalterable y legítimo, las grabaciones de cada uno producirán sus efectos en el momento adecuado, es decir la siembra que brota. Primero puede hacerse notar en nuestro cuerpo, con lo que por ejemplo enfermamos, o con golpes del destino, necesidades, soledad y precariedad. Sobre lo que no hay duda es que nuestra cosecha corresponde con exactitud a nuestra siembra. Nadie recogerá aquello que sembró el vecino, la ley inequívoca de siembra y cosecha nunca falla. Por eso cuida tus pensamientos, palabras y actos, haz el bien también a aquellos que te odian y perdona a tus enemigos, ya lo dijo Jesús de Nazaret hace 2000 años, y Su palabra está siempre vigente, también en la actualidad.

                                                                        Mª José Navarro (24764815W)

                                                                                 De la publicación: "Déjate guiar"

                                                                                    www.editorialvidauniversal.com

La escuela Tierra y sus lecciones de vida

Cada ser humano está marcado por lo que le sucede, tanto en el aspecto positivo como en el negativo. Lo que hoy es y lo que hoy se encuentra en su camino de vida lo originó en el "ayer". El "ayer" significa las encarnaciones previas. Cada uno de nosotros se encuentra en la Tierra como en una escuela para aprender de lo que la vida le muestra. Esto significa que estamos ahora nuevamente en la Tierra para aprender de nuestros errores pasados y de lo que todavía no ha sido purificado. Deberíamos tomar conciencia de que sólo nos puede suceder aquello que ya existe en nuestro plan de vida, no se tratará nunca de cosas ajenas a nosotros. Se tratará siempre de cosas que no hemos aprendido en encarnaciones anteriores, o como almas en los planos de purificación.

Por lo tanto nosotros mismos somos los responsables por nuestra vida en la Tierra. Lo que sembremos también lo cosecharemos. Si nos comportamos de forma insensata actuando contra nuestra herencia divina que es la ley del amor a Dios y al prójimo, tendremos que soportar también lo que resulta de ello. Es decir el destino de cada uno se compone de su sentir, percibir, pensar, hablar, querer y hacer individual. No se graba el mero pensamiento o la palabra "adornada" sino los contenidos. Todo lo que introducimos en nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos son los elementos que constituyen nuestro destino. Estos los almacenamos en nuestra alma y en los astros correspondientes.

 

Ana Sáez Ramírez (45.271.959 R)

De la publicación. "El profeta. La Voz del corazón"

www.editorialvidauniversal.com

 

domingo, 6 de marzo de 2016

Artículos de opinión


La fe por sí sola no sirve de nada

 

Lo cierto es que nadie puede demostrar la existencia de Dios, mucho menos sólo con palabras, ni siquiera cuando existe una religión que proclama que ya sólo el tener fe trae bienaventuranza. Porque la verdadera bienaventuranza es la pureza en el ánimo, la pureza en los pensamientos, la pureza en las obras, es por tanto la cercanía del gran Amor que es Dios. Así que "sólo el tener fe" no trae la bienaventuranza. De hecho yo he podido observar en muchas personas, dice Gabriele la autora de estas líneas, cómo teniendo únicamente fe en Dios se han vuelto insensibles, pues la fe sola no trae nada. Si yo digo: ¡Sí, sí creo! pero por detrás hago lo que quiero, no podré nunca experimentar a Dios.

Jesús nunca dijo que solo el tener fe trajera bienaventuranza. El habló de obrar, es decir ¡Pon por obra Mis enseñanzas! Si cumplimos paso a paso los Mandamientos de Dios y el Sermón de la Montaña, si nos tomamos un poco de tiempo para dejar que los Mandamientos de Dios, así como las enseñanzas de Jesús, que se encuentran en el Sermón de la Montaña actúen en nosotros, entonces sentiremos que percibimos más en las palabras de los Mandamientos y en las palabras del Sermón de la Montaña, y que surgen más cosas de nuestro corazón. Comenzaremos a comprender de verdad los Diez Mandamientos de Dios y el Sermón de la Montaña, y aunque sean pequeños los aspectos que comprendamos, estos nos muestran que no es nada difícil seguir a Jesús. Él no nos pide que de inmediato seamos absolutamente puros, Él espera que demos los pasos hacia Él, no que nos "arrastremos corriendo" hacia Él, sino que queramos ir a Él paso a paso como hijos e hijas de Dios.

Hemos de comportarnos con respeto y dignamente con Dios, y acercarnos paso a paso a Jesús llevando también a la práctica en nuestra vida aquello que hemos reconocido de los Mandamientos y del Sermón de la Montaña. Si todo esto lo aplicamos a lo largo de nuestra vida terrenal, nos volveremos internamente libres, nuestra forma de comportarnos cambiará poco a poco, nos volveremos más tranquilos y seguros, seremos más benevolentes con nuestro prójimo, y sabremos lo que de verdad necesita para luego poder ayudarle. Si no quiere nuestra ayuda le dejaremos tranquilo, pero no lo sacaremos de nuestro corazón.

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación. "Déjate guiar"

www.editorialvidauniversal.com

 

 

 

Nada pasa por casualidad

 

En ocasiones muchos de nosotros necesitamos las sacudidas del destino para poder cambiar de forma de pensar, y salir de nuestro pequeño mundo de pensamientos. Y esto sucede porque no existe ninguna casualidad en todo el infinito, ni en el mundo visible ni en el mundo invisible e infinito. Todo está sometido a legitimidades.

No enfermamos por casualidad. No es casualidad que nos caiga una piedra. No es casualidad perder nuestros bienes, tampoco hacernos ricos. Tampoco nacemos por casualidad en una familia pobre o rica o en un país pobre o próspero. Detrás de todo lo que sucede hay una legitimidad, o bien de la Ley eterna o bien de la ley de siembra y cosecha. La Ley eterna proviene de Dios, mientras que la ley de siembra y cosecha, la ley del ego, proviene del comportamiento humano.

En la ley de siembra y cosecha cada persona ha grabado el mundo de su propio yo, la ley personal. Lo que echamos en el campo de nuestra vida, es decir en el alma, es nuestra siembra. El hombre cosechará entonces lo que ha sembrado.

Según nuestros conceptos humanos la vida se desarrolla sólo en la Tierra. Sin embargo el Más Allá, los mundo astrales, los planos de purificación y los mundos puros están muy cerca de nosotros. Todo es energía y nosotros llevamos la esencia de todas estas energías en nuestra alma. Nos traspasan tanto los cielos, lo puro y noble, como el así llamado infierno, nuestro comportamiento erróneo y nuestros vicios.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "Más cerca de Dios en Ti"

www.editorialvidauniversal.com