domingo, 13 de marzo de 2016

Artículos de opinión


¿Azar, destino o casualidad?

Las constelaciones planetarias son las que graban y registran todos nuestros sentimientos, pensamientos, sensaciones, palabras y actos, y ellas son por tanto las que determinarán cuando la siembra de una persona determinada comenzará a germinar. Los planetas de registro activados disponen qué tendremos que soportar, cuándo y dónde. El ser humano no está por tanto en manos de la casualidad.

Los planetas de registro no graban lo que fingimos ser, es decir las apariencias externas con las que nos mostramos ante otras personas, con las que queremos engañar a otros y a nosotros mismos. Estos planetas graban al detalle todo aquello que hemos introducido en nuestro comportamiento, es decir lo que ocultamos tras nuestras formas de comportamiento o en ellas. Lo que realmente pensamos y sentimos es lo que queda introducido en la ley causal. Por eso no es Dios quien nos castiga, sino que únicamente nosotros somos los responsables de nuestro destino.

Según este proceso cósmico inalterable y legítimo, las grabaciones de cada uno producirán sus efectos en el momento adecuado, es decir la siembra que brota. Primero puede hacerse notar en nuestro cuerpo, con lo que por ejemplo enfermamos, o con golpes del destino, necesidades, soledad y precariedad. Sobre lo que no hay duda es que nuestra cosecha corresponde con exactitud a nuestra siembra. Nadie recogerá aquello que sembró el vecino, la ley inequívoca de siembra y cosecha nunca falla. Por eso cuida tus pensamientos, palabras y actos, haz el bien también a aquellos que te odian y perdona a tus enemigos, ya lo dijo Jesús de Nazaret hace 2000 años, y Su palabra está siempre vigente, también en la actualidad.

                                                                        Mª José Navarro (24764815W)

                                                                                 De la publicación: "Déjate guiar"

                                                                                    www.editorialvidauniversal.com

La escuela Tierra y sus lecciones de vida

Cada ser humano está marcado por lo que le sucede, tanto en el aspecto positivo como en el negativo. Lo que hoy es y lo que hoy se encuentra en su camino de vida lo originó en el "ayer". El "ayer" significa las encarnaciones previas. Cada uno de nosotros se encuentra en la Tierra como en una escuela para aprender de lo que la vida le muestra. Esto significa que estamos ahora nuevamente en la Tierra para aprender de nuestros errores pasados y de lo que todavía no ha sido purificado. Deberíamos tomar conciencia de que sólo nos puede suceder aquello que ya existe en nuestro plan de vida, no se tratará nunca de cosas ajenas a nosotros. Se tratará siempre de cosas que no hemos aprendido en encarnaciones anteriores, o como almas en los planos de purificación.

Por lo tanto nosotros mismos somos los responsables por nuestra vida en la Tierra. Lo que sembremos también lo cosecharemos. Si nos comportamos de forma insensata actuando contra nuestra herencia divina que es la ley del amor a Dios y al prójimo, tendremos que soportar también lo que resulta de ello. Es decir el destino de cada uno se compone de su sentir, percibir, pensar, hablar, querer y hacer individual. No se graba el mero pensamiento o la palabra "adornada" sino los contenidos. Todo lo que introducimos en nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos son los elementos que constituyen nuestro destino. Estos los almacenamos en nuestra alma y en los astros correspondientes.

 

Ana Sáez Ramírez (45.271.959 R)

De la publicación. "El profeta. La Voz del corazón"

www.editorialvidauniversal.com

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario