domingo, 25 de septiembre de 2016

Artículos de opinión


 

Dar las gracias al cuerpo ayuda a mantenernos sanos

 

 

 

El cuerpo físico del ser humano es el microcosmos en el macrocosmos, y este cuerpo físico envuelve al alma que es cósmica. El gran Espíritu, que es el infinito, está en nuestra alma, en cada partícula espiritual, pero también en cada célula de nuestro cuerpo físico, en cada vaso sanguíneo, en cada órgano, en cada partícula del cuerpo. Por tanto nuestro cuerpo es un poderoso campo de fuerza, una interacción armoniosa de los órganos, de las células y vasos sanguíneos. Sin embargo ¿somos conscientes de qué significa ser el microcosmos en el macrocosmos?

 

Nuestro cuerpo y cada átomo del mismo están conectados al infinito, a la existencia pura, a la vida. También a los ámbitos de purificación, que son los lugares donde algún día residirá el alma tras el fallecimiento del que fue su ser humano. ¿Pero cómo nos comportamos con esa maravillosa construcción que es el cuerpo físico? Normalmente sólo pensamos en nuestro cuerpo cuando nos duele algo, cuando de pronto sentimos un pinchazo en el corazón o en los pulmones, cuando nos duele el estómago, cuando el hígado no funciona del todo bien, entonces surgen nuestras dudas y emergen nuestros miedos, ¿qué será esto que me ocurre, estaré a punto de sufrir un infarto, tendré una úlcera, o será algún tipo de infección?

 

Pero podríamos preguntarnos si cuando nos encontrábamos bien nos acordamos en alguna ocasión de dar las gracias a nuestro cuerpo, por ejemplo a los cinco sentidos. Dar las gracias a los cinco sentidos es comunicación, es preparación, de forma que la elevada vida pueda fluir por ellos. ¿Hemos pensado alguna vez en dar las gracias a nuestro corazón, que late día y noche durante 20, 40 ó 70 años y que bombea la sangre por cada vena y cada órgano? ¿Hemos dado las gracias a nuestro órgano digestivo que acoge los alimentos tanto si se lo damos fríos o calientes? ¿Hemos dado las gracias al hígado que es purificador y prepara al cuerpo para que todo funcione de maravilla y trascurra en armonía? ¿Hemos dado alguna vez las gracias a nuestros pies y piernas que nos sostienen a lo largo de toda nuestra existencia terrenal? ¿A nuestras manos  y nuestros brazos, que en unión a los cinco sentidos nos han estado ayudando a ganar nuestro sustento? Y así podríamos continuar refiriéndonos uno tras otro a cada órgano, a cada hueso, a cada tendón.

 

Cada componente del cuerpo está enlazado con la gran obra de la vida y nos ayuda a que nos vaya más o menos bien. Las personas deberíamos, mediante agradecimiento y pensamientos positivos, preparar al cuerpo de forma que la fuerza eternamente sanadora del amor pueda traspasarnos por completo, pues somos nosotros mismos quienes con el desamor para con nuestro prójimo bloqueamos las fuerzas del amor de Dios, que son las  verdaderas fuerzas de la salud. Lo que significa que si actuamos contra la ley del amor nos castigamos a nosotros mismos, es decir castigamos a nuestro cuerpo con una indisposición, con dolores, sufrimientos e incluso enfermedades.

 

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R

De la publicación: "El hombre nuevo"

www.editorialvidauniversal.com

 

 

La Tierra aún no se ha tranquilizado

Los cuatro elementos, fuego, agua, tierra y ai­re forman el sistema de respiración de la Tierra. Si este ritmo regular es perturbado por el ser humano, con el correr del tiem­po todo el organismo terrestre será altera­do. A raíz de esto, tanto los campos magnéticos de la Tierra como las corrientes magnéticas se­rán influenciados, éstos constituyen la ley de la Tierra y de los planetas, y pertenecen a su sis­te­ma solar. Cada cambio dentro de la Tierra y sobre ella produce un cambio en y dentro del ser humano, en y dentro del mundo ani­mal; provoca también una reacción corres­pon­dien­te en el mundo vegetal y transforma inclu­so la irradiación de los minerales.

 

Las constantes interacciones, las disonancias en todas las formas de vida, por lo cual se alteraron formas, colores y sonidos, tu­vieron influencia en el curso del tiempo en los seres humanos, en la natu­ra­leza y en todo el sistema solar. Debido al comportamiento contrario a la ley, por el cual se abusó y se abusa de las fuerzas cósmicas, se produjeron repetidos agrietamientos polares, erupciones y cosas semejantes. La Tierra no se tranquilizó ni ha llegado a tranquilizarse inclu­so en el tiempo actual.

 

Quien interviene entonces en las leyes cós­micas y las altera, crea irremediablemente disonancias en todos los planos de vida de la Tierra y en la Tierra misma. Debido a que cada pensa­mien­to, palabra y acto es energía y como ninguna energía se pierde, tanto la positi­va como la negativa, recae entonces sobre el cau­sante, o sea sobre el hombre y sobre su alma.

 

 

Jose Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: "Catastrofe, cataclismos, muerte"

www.editorialgabriele.com

domingo, 18 de septiembre de 2016

Artículos de opinión

Estimado Director:

Le envío estos artículos de la semana 38 de este año para que lo publiquen en su Medio de comunicación en estos días. Le estoy muy agradecida.

Saludos de Mª José Navarro

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Todo ser humano quiere ser amado

 

 

 

El único mundo que a las personas nos parece real es el mundo material, llamémosle también mundo exterior. Esto sucede porque hemos dejado que nuestros sentidos internos se atrofien, y que los sentidos del alma estén aturdidos por este mundo ruidoso y bullicioso. El ser humano ha permitido que el intelecto haya tapado sus sentidos internos, apartándonos así de la inteligencia universal.

 

La mayoría de los seres humanos ambiciona las riquezas de este mundo. Por eso muchas personas ya no perciben lo que sucede en torno a ellas cuando hay silencio, tampoco allí donde para nosotros es invisible. Sin embargo cuán cerca de nosotros está el mundo espiritual. Por eso ya no escuchamos ni vemos lo que a cada instante nos quiere decir la Creación.

 

Toda la naturaleza, así como todo el universo, dan testimonio de la inteligencia universal que es Dios, la Unidad universal que habla. Sin embargo el mundo actual está trastornado y la Tierra ultrajada por el intelecto del hombre, quien presume ser de el rey de la Creación. Precisamente los animales sufren bajo la premisa humana que dice: «yo mismo soy mi prójimo», pero también sufre la naturaleza, toda la Tierra. No importa cuán ruidoso resuene el cacareo intelectual, los animales siguen siendo criaturas inteligentes que en su ser primigenio están en comunicación con el Creador eterno, y con ello con todos los universos. Todas las formas de vida de la naturaleza y todos los seres vivos de la Creación de Dios quieren vivir en paz y unidad con nosotros los seres humanos, pues la vida verdadera es Unidad, es el SER.

 

En cada persona, en unas más en otras menos, se manifiesta la búsqueda de paz, de seguridad y de amistad verdadera. En general es la búsqueda de amor, pues los seres humanos queremos ser amados. Pero el verdadero amor es cósmico, es comunicación. El verdadero amor es la igualdad, es vivir en la unidad, lo que también significa compartir. Verdadero amor es por consiguiente Unidad universal con toda la Creación de Dios.

 

Solo cuando los seres humanos desarrollemos el amor cósmico omniabarcante y el amor al prójimo, el altruismo, la honradez y la sinceridad con nuestros semejantes y la naturaleza, empezará a moverse algo en lo más recóndito de nuestro ser. Solo entonces empezaremos a comprender poco a poco lo que significa el verdadero amor y lo que es la Comunicación universal. Las personas que comprenden qué es la conciencia de la Unidad y ansían alcanzarla, empiezan a entender qué significa el amor a Dios y al prójimo y que el principio omniabarcante de la Creación es la Comunicación universal.

 

Quien quiera acercarse a la conciencia de la Unidad tendrá que aprender. Si aprendemos paso a paso lo que significa la Unidad inseparable con el Creador, Dios, y con la Creación, entonces empezaremos a amar y a vivir de forma correcta. Aprendamos en primer lugar que no es nuestro prójimo quien tiene que encontrar la armonía con la Creación, sino cada uno de nosotros, pues cada cual lleva en el fondo de su alma el amor cósmico a Dios y al prójimo.

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación: El Océano universal de Dios 1ª parte

www.editorialgabriele.com

 

¿Por qué las mujeres seguimos discriminadas?

 

 

¿Cuál podría ser el motivo por el que todavía las mujeres tengan que ganarse con más esfuerzo que los hombres una mejor posición o incluso sus derechos? Se podría achacar a la discriminación que aún ejercen los hombres, tal vez a las mujeres mismas, pero sobre todo a la tradición que influye fuertemente en nuestra sociedad y también a una filosofía anquilosada. Ciertamente la tradición católica marca la pauta de muchos comportamientos actuales en la vida del occidente cristiano, pero cuánto de verdaderamente cristiano hay en las antiguas tradiciones que han llegado hasta nuestros días y cuánto hay de eclesiástico-dogmático.

 

A menudo las cosas se aceptan sencillamente como son porque así las hemos heredado, sin cuestionarnos si son correctas, buenas o acertadas. A la norma o a la enseñanza de Jesús de Nazaret en relación a las mujeres no se le puede reprochar nada, no así a las machistas normas de la Iglesia, las que deberíamos haber cuestionado hace ya bastante tiempo. Se sabe que existe una igualdad real de derechos, pero si se valora el peso que tienen las mujeres en la sociedad, no se puede obviar que a menudo tenemos un valor inferior, aunque en el pasado era aún más evidente pues las mujeres eran en parte propiedad del hombre y apenas tenían derechos. En los siglos de la inquisición se las rebajó al nivel del mal, de lo pecaminoso, a seres sin alma y esto en los  países llamados cristianos. De ahí la pregunta de sí es correcto atribuir toda esta injusticia a Jesús de Nazaret.

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

De programa : « Libre, atrevida, mujer »que se emite por Sophia TV  América

www.radio-santec.com

 

 


lunes, 12 de septiembre de 2016

Artículos de opinión


Ídolos, santos y deidades, ¿para qué?

 

 

 

Ningún verdadero profeta de Dios ha fundado nunca una religión externa, a través de la cual se ate a los seres humanos a rituales, dogmas y cláusulas de fe. El Espíritu libre, que es la unidad de todo lo que existe, no manifestó a través de ningún profeta que hubiera que instituir mediadores con el fin de mantener la comunicación con Sus criaturas.

 

Jesús enseñó en la oración del Padrenuestro la unión directa con Dios, a quien podemos llamar Padre, ¿por qué las Iglesias enseñan justamente lo contrario, interponiendo sacerdotes como mediadores entre Dios y Su hijo? A través de Su poderosa Palabra manifestada, el Eterno siempre ha conducido y conduce directamente a los seres humanos para que tomen responsabilidad por su propia forma de sentir, pensar y obrar, también por todo lo que existe. Sin embargo las religiones sacerdotales se instalaron a sí mismas para atar a las personas a sus enseñanzas y a sus cultos. Erigieron casas de piedra e instalaron en ellas a ídolos, a cuyas efigies y deidades deben rezar ellos y sus seguidores, los seres humanos. Hasta el día de hoy las personas se arrodillan ante los llamados santos, a pesar de que los verdaderos profetas de Dios, en todos los tiempos, denunciaron públicamente la idolatría.

 

Sobre esto ya Isaías avisó a la humanidad con las siguientes palabras: "Si gritas pidiendo ayuda, entonces que te salven tus muchos ídolos, pero el viento se los lleva a todos, un soplo los quita de en medio. Más quien confíe en Mí, recibirá la Tierra como herencia y poseerá Mi Monte sagrado". En las religiones sacerdotales de entonces y de la actualidad, los maestros de ceremonias honran a imágenes de ídolos hechas por ellos mismos. Llaman a Dios con sus letanías paganas invocando lo secreto, haciéndose pagar ricamente por el pueblo, del que se distinguen premeditadamente por sus costosas vestiduras, por su dios envuelto en misterios y por sus servicios idolatras.

 

Las obras de las religiones sacerdotales han dado por sí mismas la prueba de donde están asentadas, porque ninguna religión ha cumplido lo que fue anunciado a través de los profetas. Las religiones externas no han presentado ninguna prueba de que ellas vivifiquen la Palabra de Dios y de que cumplan las predicciones de los profetas de Dios para que, como dijo el Eterno a través de Isaías, "reciban la Tierra en herencia y posean Mi Monte sagrado".

 

No sólo Isaías, también Óseas, Jeremías y Jesús, así como muchos otros portadores de la Palabra de Dios, anunciaron el Reino de la Paz, así como el cumplimiento de la alianza con Dios, que se mostraría en la unidad de toda vida entre el ser humano, la naturaleza y los animales. Si las religiones hubiesen cumplido las promesas de los profetas de Dios, habrían demostrado la verdad de las palabras de Dios y la Tierra tendría hoy un aspecto diferente.

 

El teólogo e historiador de la iglesia Walter Nigg en su libro "Pensadores proféticos. ¡No apaguéis al Espíritu!" describe al sacerdote como al enemigo natural del profeta. Por tanto si Dios habla a través de los verdaderos profetas, pero el sacerdote es el enemigo natural del profeta, ¿a quién sirve entonces el sacerdote? Fuero los sacerdotes de la época quienes llevaron a Jesús a la cruz y quienes instigaron para que los romanos lapidaran a Esteban. Siempre fueron los sacerdotes de culto los que actuaron contra la Palabra de Dios. Y esto porque Dios siempre desenmascaró a los sacerdotes a través de Sus verdaderos profetas.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "De Abraham a Gabriele"

www.editorialvidauniversal.com

 

 

¿Cómo evitar las pequeñas y grandes guerras?

 

 

 

Actualmente la vida diaria no se caracteriza precisamente por la paz. Son muchos los conflictos armados que sacuden a pueblos y naciones, sin olvidar las peleas y enfrentamientos que en la vida diaria cada uno pueda tener. ¿Pero cómo salir de nuestro comportamiento belicoso y situarnos por encima de los pensamientos que nos hacen estar contra los demás?, ¿Cómo liberar la cabeza de las tensiones que dan lugar a enfrentamientos?

 

Existe un aspecto importante que puede ayudarnos cada día a tener éxito al respecto: el auto-cuestionarse, es decir la observancia de uno mismo, por ejemplo con la pregunta: ¿Cómo me comporto durante el día? Sí realmente analizamos las situaciones que han sucedido en el día, nuestro comportamiento, y sí miramos con distancia qué acaba de pasar, qué acabo de contestar a la otra persona, descubriré que casi siempre son las mismas cosas las que me enfadan, las que me hacen subir por las paredes.

 

Sí me altera una persona que siempre quiere tenerlo todo a toda costa, o que quiere darse importancia, me podría preguntar: ¿quiero yo también tenerlo todo y darme importancia?, puedo comenzar a trabajar en esos puntos. Es decir, primero me cuestiono a mí mismo y me observo con sinceridad, entonces dejaré de querer buscar mi viga en el ojo del prójimo y la buscaré en el mío. Después puedo hablar con la otra persona y aclarar la situación, pero primero me miro a mí y descubro mi parte. Esto surge de la auto-observación y del cuestionarse a uno mismo.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: « Nuestro pasado es nuestro futuro » que se emite por Sophia TV América

www.radio-santec.com

lunes, 5 de septiembre de 2016

Artículos de opinión




Si el ser humano dominara sus sentidos captaría más

 

 

 

Si usted tiene un animal doméstico, que es una criatura hermana proveniente del Océano Dios, haga un pequeño "experimento" con él: trate de prestar atención a su respiración. Su aliento es semejante al suyo. Tanto en el ser humano como también en los animales la respiración es rítmica. Ya sea un animal o una persona todos respiramos el mismo aire. Puede que varíe el ritmo respiratorio, siendo en unos más profundo y en otros más superficial. Con respecto al ser humano esto significa que según sea su comportamiento, según sea el estado actual de su conciencia, respirará más profunda o superficialmente. Cada animal respira por lo tanto de acuerdo a su estado de conciencia, que es su conciencia de comunicación con la Creación y con el Creador, a no ser que el animal sea obligado a hacer algo o sea perseguido por el hombre.

 

Un aprendizaje práctico sobre la unidad universal nos permitirá echar vistazos instantáneos, así como miradas de amplias dimensiones en la vida superior. Por eso, estimado lector, tenga en cuenta que quien aprende, gana. Aprendamos por lo tanto de nuestras criaturas hermanas, de la naturaleza, de todo lo que la Tierra nos ofrece en belleza, luz y fuerza. Aprenda a afirmar al Creador eterno omnipresente que es el Océano omniabarcante del SER.

 

Gabriele, la profeta y mensajera de Dios para nuestro tiempo, explicó en una hora de enseñanza al respecto: Un valioso paso de aprendizaje para llegar a la unidad cósmica podría darse si usted por ejemplo realiza un paseo por el bosque. En la tranquilidad de la naturaleza apóyese en un árbol y escuche en la espesura, notará que respira. Cada árbol respira a través de su colectivo de consciencia correspondiente. Si usted llega a un campo de flores, escuche compenetrándose con el campo de flores. Cada tipo de flor está integrado en un colectivo que según sea su estado de consciencia respira en el Océano universal del SER, en el hálito del Creador eterno.

 

Si los seres humanos aprendiésemos a dominar nuestros sentidos, entonces paulatinamente llegaríamos a comprender que a todos los seres vivos y a todas las formas de vida los alienta el Creador eterno, que la profundidad de la existencia, la Palabra del Universo también la recibimos nosotros en lo profundo de nuestra alma, en el núcleo divino. Claro que para esto hay que cambiar de modo de pensar, y hacerse consciente de lo que significan el amor a Dios y al prójimo. En definitiva lo que Jesús de Nazaret enseñó una y otra vez.

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

De la publicación: El Océano universal de Dios 1ª parte

www.editorialvidauniversal.com

 

La Tierra, un lugar de peregrinaje

 

 

El alma que ha deseado volver a estar encarnada en otro cuerpo humano, ha traído consigo a la Tierra lo no expiado, por lo que en algún momento llegarán los días en los que una parte de su siembra apremiará a ser cosechada. Sólo queda esperar que cuando la envoltura humana haya alcanzado su grado de madurez, el hombre no siga obrando como en una de las encarnaciones anteriores. Lo único cierto es que en cualquier momento, bien en el reino de las almas bien como ser humano, esas causas irrumpirán hasta ser purificadas, es decir saldadas.

 

Bienaventurada la persona que aprovecha su tiempo de peregrinaje como ser humano en la Tierra. Pues si reconoce a tiempo bajo qué «culpas» estaba sometido y aprende de ello desarrollando el arrepentimiento y el pedir perdón, y si renuncia a las nuevas tentaciones no haciendo más lo que antes había dominado su vida, contribuirá a que cada vez más personas se aparten de la «oscura magia» de las instituciones eclesiásticas, las que enseñan sobre un dios castigador y una condenación eterna. Por eso estimado lector reconozca la verdadera vida, que es la unidad con los animales, la naturaleza, los elementos y toda la vida en la Tierra.

 

La «nebulosa magia» de la Iglesia, institución que se denomina a sí mismo cristiana, presenta engañosamente como blanco lo que es negro. «¡Hombre despierta antes de que tu alma abandone su envoltura. Examina cómo es tu siembra, pues de forma semejante será tu cosecha!»

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa: «La magia negra de la Iglesia»

www.radio-santec.com