domingo, 23 de abril de 2017

Artículos de opinión



 

Si de joven margino, de adulto despreciaré

 

Se podría decir que en los últimos años ha habido un aumento considerable de los casos de bowling en las escuelas de todo el mundo. En España las noticias publican casi a diario comportamientos de acoso y maltrato de unos alumnos a otros. Situaciones que tanto los padres como los profesores, educadores y psicólogos intentan frenar, no con serias dificultades.

Por suerte la mayoría de los jóvenes están en contra de este comportamiento irracional y se expresan con mucha seguridad, por ejemplo de la siguiente forma: "Yo no hago nada malo a mis compañeros. No tengo nada en contra de nadie. Es cierto que aquel no me agrada del todo, también es cierto que le doy de lado, pero no le hago nada realmente malo". Sería bueno que en estas afirmaciones el joven pudiera reflexionar un poco más por ejemplo preguntándose: ¿Por qué motivo lo dejo de lado? ¿Qué pensamientos tengo sobre este compañero? El preguntarse esto es decisivo.

Se puede decir que aquello que uno piensa en los años de juventud tiene más importancia de lo que se cree a simple vista, pues en la juventud se van formando los pensamientos que pueden acompañar a la persona durante toda su vida. Todo podría haber empezado en la escuela, incluso en el instituto con el hecho de rechazar a determinadas personas con las que el joven no quiere tener nada que ver, por lo que las evita. Y si uno no cuestiona estas formas de comportamiento propio, si uno no se pregunta a sí mismo ¿por qué hago esto en realidad? o ¿qué tiene este compañero que me resulta molesto?, me será difícil ver que posiblemente yo tenga algo igual o parecido, es decir una analogía.

Estas cuestiones que no han sido aclaradas y descubiertas en la juventud: por ejemplo el haber marginado y despreciado a otros, tienen el agravante de que en la edad adulta puede acentuarse aún más. Con lo que al final ni uno mismo se da cuenta de que sigue rechazando a determinadas personas a las que también juzga. Y al considerar todo esto como normal, puede que ya ni siquiera le sea consciente que se trata de una postura errónea, que como adulto también habré de mirar y corregir.

Para los jóvenes existe un denominador común en importancia para ellos: siempre la justicia. Por lo que sería muy recomendable que fueran instruidos en la aplicación real y en la vida diaria de la llamada regla de oro del Sermón de la Montaña, dada hace 2000 años por Jesús de Nazaret, y que dice: "Lo que quieres que otros te hagan a ti hazlo tu primo a ellos", o en su caso, "No hagas tú a nadie aquello que no quieres que te hagan a ti". Esta justicia realizada paso a paso en la vida diaria de un joven conduciría a que a las personas les fuese bien, pero también a los animales y a la naturaleza en su totalidad.

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

Basado en la publicación: "Más cerca de Dios en ti"

www.editorialgabriele.com

¿Cuántas vidas habré vivido ya?

 

 

Después de la muerte el alma pasa a los ámbitos del Más allá. Si va a los niveles más inferiores porque está muy cargada, entonces se encuentra aún en la rueda de la reencarnación. Si el alma se ha tornado más luminosa, entonces se ha liberado de la rueda de la reencarnación y asciende a niveles más altos, a los niveles de preparación, para dirigirse desde allí paso a paso al Hogar del Padre. 


Actualmente se sabe que ninguna energía se pierde. Debido a esto ni la energía de nuestros pensamientos positivos o negativos se pierde, tampoco la de nuestras palabras, de nuestras formas de actuar, ni de nuestro comportamiento. Como las energías, ya sean positivas o negativas tienen un efecto, con ellas imprimimos un sello a nuestra alma. Este sello o grabado energético permanece en el alma también después de la muerte del cuerpo físico. El alma está envuelta por todos estos grabados y a estas envolturas se les denomina "vestidos del alma".

 

Seres divinos, seres espirituales puros enseñan al alma y le prestan ayuda para liberarse de estos vestidos, de estos diferentes grabados pecaminosos excesivamente humanos. Y cuanto más coopere el alma para liberarse de estas capas en los niveles de purificación, más rápidamente se tornará ligera y luminosa. El alma decide luego si continúa su proceso de limpieza en los niveles de purificación, o si bien se encarna una vez más para eliminar restos de sus faltas, ya que en la Tierra esto va más rápido.

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)  

Del programa: la Reencarnación

www.radio-santec.com

 

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