domingo, 4 de junio de 2017

Artículos de opinión



 

Hay que subir un nivel superior para comunicarse con los animales

Incluso en nuestra época actual existen muchas personas que consideran a los animales como seres sin alma, como seres inferiores, incluso como seres sin inteligencia puestos en la Tierra para servir al ser humano de múltiples maneras. Sin embargo para estas personas sería de gran interés reflexionar sobre lo siguiente: "Las personas deberíamos aprender y también esforzarnos lo suficiente para llegar a un peldaño superior, con el fin de poder entrar en comunicación con el nivel superior en el que los animales viven y en el que se encuentra la naturaleza. Como el alma del ser humano vive eternamente, en alguna ocasión tendrá que llegar a aprender qué significan unidad universal y comunicación. Los animales no tienen nuestras palabras," dice Gabriele, la autora de estas líneas, "pero ellos nos responden desde el silencio de su verdadero SER asentado en el océano universal del silencio. Los animales dan respuesta desde un nivel más elevado, desde su estado de conciencia momentáneo, pero no con palabras humanas, sino con las vibraciones comunicativas que concuerdan con su especie cósmica".

Un hecho es seguro: ha llegado el momento en que los seres humanos empecemos a cambiar para conseguir alcanzar el silencioso sentir cósmico universal, y lograr así un diálogo veraz con los seres inteligentes que comparten la vida con nosotros en la Tierra, por ejemplo con los animales, con la naturaleza, con todo lo que la Tierra porta. No son los animales y los reinos de la naturaleza los que tienen que cambiar para comunicarse con nuestros pensamientos nebulosos, sino nosotros.

 Gabriele nos da la siguiente ayuda para las personas que viven conscientemente y desean mejorar su comunicación con los animales: "No utilice sus palabras, utilice pensamientos delicados y nobles, pensamientos conscientes, deje a un lado la curiosidad y las expectativas, y deje que en usted se torne vivo aquello que ha movido en pensamientos, es decir que se transforme en una imagen. Recuerde que esto no se consigue de un día para otro, pues se necesita la constancia y la humildad ante el gran Uno universal, el Creador del infinito. Si usted no empuja, si no quiere nada para sí mismo, con el tiempo percibirá que desde lo más profundo de su alma emergen a su consciente imágenes increíbles, que únicamente a usted podrían serle de gran ayuda. Un acontecimiento que tiene lugar cuando el  espíritu y el corazón se mueven en un mismo nivel de vibración".

Estimado lector, permítanos repetir lo siguiente: sólo cuando el hombre haya aprendido a sentir a todos los seres vivos y formas de la naturaleza como a sus criaturas hermanas, cuyas palabras son parte de la Comunicación universal, creará un puente invisible para llegar al nivel de comunicación del SER, donde todos los seres vivos y formas de vida tienen su verdadera existencia mental.

Por eso sólo cuando los seres humanos arreglemos el cortocircuito existente en nuestra forma de pensar nebulosa, dejaremos de ver a los reinos de la naturaleza como súbditos a los que explotar. Sólo cuando el hombre renuncie a la presunción de ser el señor de los animales y de la naturaleza, reflexionará y evitará el trato cruel y desconsiderado que hasta ahora había tenido.

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del Programa: "La Biblioteca cósmica omniabarcante"

www.radio-satec.com

 

¿Desea usted dar frutos maduros en el otoño de su vida?

Quien no ha aprovechado el verano de su vida no tiene frutos maduros que regalar en otoño, tampoco alcanzará la soberanía. Se podría decir que se trata de un viejo infantil que mira una y otra vez retrospectivamente su existencia terrenal, la que quizás fue espectacular desde un punto de vista mundano, pero en la que no cultivó el altruismo, la bondad, la generosidad o el sentido comunitario. Esa persona relatará su pasado construido sobre apetitos carnales, desenfreno, pasiones e instintos bajos, los que evidentemente no dieron frutos de amor a Dios y al prójimo, es decir hablará de una vida basada en el yo, yo, yo. Lo que queda entonces es una existencia avejentada que giró y sigue girando en torno a sí mismo.

Pero la vida de cada ser humano tiene un enorme valor. Sepa que en una única vida terrenal y con la ayuda de Cristo, podríamos deshacer muchos nudos y disolver muchos hilos de la red de nuestras analogías, si perseguimos de forma consecuente una meta más elevada y si prestamos atención a la energía del día y la aprovechamos. Igualmente también en una única encarnación podemos ampliar considerablemente nuestra red de pecados.

Precisamente nuestra pareja no está tan cerca de nosotros por casualidad, en la red de siembra y cosecha es nuestro <más cercano prójimo>. Es decir, si resolvemos con la pareja lo que hay que resolver, la misericordia de Dios disolverá otros muchos hilos de culpas y ataduras, siempre que el prójimo nos perdone.

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "Yo, yo, yo. La araña en su telaraña"

www.editorialgabriele.com

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