Les enviamos estos dos artículos uno corto y otro largo, de la semana nº 41 de 2011, para que lo publiquen cuando puedan. Les agradecemos su inestimable colaboración prestando sus páginas a estos artículos.
Muchas Gracias. Reciban un saludo,
Mª José Navarro
24764815W
Teléfono: 659 843091
La arrogancia del ser humano ante los animales
«Los animales también son humanos», así decía un titular del periódico alemán DIE ZEIT. En un artículo en defensa del vegetarianismo la redactora Iris Radisch planteaba la pregunta: «¿Nos está permitido en realidad matar animales?» y la respuesta se encontraba en el mismo titular: « ¡Acabemos con ello.
Iris Radisch cuestiona la autoridad que el hombre se ha adjudicado para disponer de la vida de los animales para su único beneficio: "El hombre goza del derecho a la invulnerabilidad física, sin embargo el derecho que les concedemos a los animales consiste en que sean despedazados, colgados cabeza abajo de un gancho, o pasados por un baño eléctrico. La desigualdad salta a la vista, a pesar de que los seres humanos acostumbrados a criar animales para luego comerselos, lo ve todo muy normal , ¿pero qué pasaría si nos hubiésemos equivocado y que lo que desde hace milenios se considera normal, sea una monstruosa injusticia?"
Sí, esto es posible. Los motivos que aducimos y hacemos valer para justificar la flagrante desigualdad de derechos entre el hombre y el animal tienen realmente muy poco fundamento, actuamos ante los animales movidos por la constumbre y sin conciencia real del dolor que causamos a otros seres que sienten el dolor y la alegria de la misma forma que nosotros. Cuánta arrogancia nos inunda para pensar y creer que unas diferencias mínimas en el código genético nos autorizan a poder comernos a nuestros parientes cercanos, la vaca, el cerdo, las aves y las ovejas sin escrupulos.
Radio Santec
Todo un tesoro por descubrir
En algún momento de su vida es posible que haya sentido deseos de cambiar, de convertirse en una mejor persona y le haya surgido la pregunta sobre cómo trasformar hacia lo positivo su carácter, su conducta. Incluso también es posible que se haya preguntado si es posible acercarse a Dios sin la obligación de tener que ir a la Iglesia. La respuesta es sí, esto es posible cumpliendo en la vida diaria los Diez Mandamientos de Moisés y El Sermón de la Montaña de Jesús, algo que puede llevarse a cabo en cada momento del día y sin necesidad de ir a ningún templo de piedra.
Las personas que tienen una buena capacidad de analizar, captan el sentido de los Mandamientos de Dios y del Sermón de la Montaña de Jesús y saben que ya se ha anunciado la Nueva Era. Por lo que más de uno desea transformarse en una persona nueva, una persona libre, una persona en el Espíritu de Dios, un ser humano que aprecia la naturaleza, que la ama, y que con la fuerza de Dios se encuentra en paz con su prójimo. Estos son los hombres del Nuevo Tiempo, de las generaciones futuras. ¿Quiere participar de ello? Usted no necesita ningún guía externo, en usted tiene al guía interno, a Cristo, que está en cada uno de nosotros.
Haga la prueba de encontrarse a sí mismo para acercarse a la verdadera vida. Nadie le puede obligar a hacer algo espiritual puesto que en el Espíritu de la Verdad, en Dios, usted y todos nosotros somos libres.
Las personas no necesitamos confesiones eclesiásticas, ni tradiciones eclesiales. No necesitamos sacerdotes ni tampoco intermediarios. Tenemos algo en nosotros, un tesoro, un tesoro inconcebiblemente valioso. Hemos sido llamados por Jesús a que desenterremos este tesoro en nosotros, pues Jesús nos enseñó: «Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida». Y Él nos exhortó diciéndonos: «Seguidme».
Yo acometí, dice Gabriele la autora de estas líneas, la tarea de acercarme al tesoro interno, y no hablo sólo en base a la teoría. Hablo por experiencia propia, y sé que usted y todos nosotros podemos desenterrar el tesoro. Me alegro si usted se pone en marcha para dedicarse a este tesoro extraordinario. Me alegro si encuentra la paz interna en la conciencia de la presencia de Dios. Me alegro si se da cuenta de que no está solo, que en usted hay algo que llama y palpita, que respira y fluye que es el Espíritu, es la Verdad, es la Vida en usted, en todos nosotros.
Le deseo oraciones buenas y fervorosas. Le deseo que crezca hacia la libertad. Le deseo la vida en y con la naturaleza. Le deseo la comunicación con lo más interno de sus semejantes.
De la publicación gratuita: "Dios en nosotros"
Vida Universal
Mª Jose Navarro
24764815W
www.editorialvidauniversal.com
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