sábado, 7 de enero de 2012

Artículos de opinión

Estimados amigos: 
Les envío estos artículos de la semana 2 del año 2012 para que los publiquen en su medio de comunicación. Les estoy muy agradecida.
Le saludas muy atentamente,
Mª José Navarro
DNI: 24764815W



Sacar auténtico provecho del nuevo año

 

 

 

Un nuevo año ha comenzado y muchos piensan: "ojala sea mejor que el pasado". Ciertamente ninguno ha estado libre de altibajos y oscilaciones, unas veces hacia arriba y luego de nuevo hacia abajo. No siempre durante el año que ha terminado sucedieron las cosas como nos habíamos imaginado, incluso en ocasiones nos sentimos solos y desesperados. Es posible que hayamos sentido que de verdad no fue un buen año.

 

La mayoría de las personas pensamos que el año nuevo nos puede volver a traer cosas imprevistas o tal vez no deseadas, y nos preguntaremos: ¿por qué me ocurre todo precisamente a mi?, ¿Por qué siempre yo? Para dar respuesta a éstas preguntas nos ayuda un párrafo del libro «Pensamientos para un buen año nuevo», donde leemos: «La persona que a comienzos del nuevo año haya recapacitado y comprendido que según La Ley de Siembra y Cosecha, todo lo que a cada uno le pasa es justo, irá confiando más y más en Dios, porque la justicia está en la corriente del amor. Ella no ataca, sino que equilibra. Quien reconozca la ley del equilibrio, que conduce a la libertad, sabrá también que es necesaria para que los hombres y las almas vuelvan a encontrar el camino a la Ley Universal, la eterna ley del amor, Dios.

 

La ley del equilibrio, también denominada Ley de Causa y efecto, es una legitimidad irremediable para cada persona que haya creado causas contra su prójimo, contra la naturaleza o contra Dios; se trata de una ley que en ocasiones no es fácil de aceptar. Muchos solemos preguntarnos: ¿Entonces tengo que soportar necesariamente los efectos de mis malos comportamientos? ¿Es imposible salir de este mecanismo que parece una prisión, o hay posibilidad de eludirlo? No hay nada que no tenga solución. Dios es amor. Ciertamente estamos atados a la ley de Causa y Efecto, pero cada día tenemos la ayuda para reconocer a tiempo las causas que hemos creado, antes de que éstas lleguen a sus efectos. Para ello hay que buscar y sacar la raíz de nuestras causas poniéndolas en orden, entonces tampoco nos llegarán los efectos. A quien saca la raíz de la tierra, en nuestro caso del alma, se libera del efecto.

 

Si hemos actuado mal contra nuestro prójimo, deberíamos arrepentirnos de ello y pedir perdón. Si otra persona nos ha ofendido, si alguien nos ha herido, deberíamos perdonarle de verdad. Y si ya no tenemos más resquemores, ya estará sacada la raíz del alma. Cada día tiene su lenguaje en las muchas situaciones y pensamientos, es por tanto nuestro día, y cada día experimentamos cosas que pueden causar en nosotros una vivencia esclarecedora. Si cuestionamos con sinceridad lo que pensamos, lo que vemos, lo que nos altera, o lo que nos ocupa de nuestro pasado, si nos cuestionamos en cada caso y si con la ayuda de la fuerza de Dios extraemos la raíz de nuestro comportamiento erróneo, entonces no sólo no volvemos a recaer en lo mismo, sino que nos volvemos más felices y plenos.

 

Por lo tanto todo lo desagradable que salió a nuestro encuentro el año pasado, nos quería decir algo; podría decirse que todo fue y es un espejo de nosotros mismos. ¿Somos capaces de aceptar este reto? ¿Queremos tomar en cuenta esas indicaciones, sí, percibir las imágenes en ese espejo y tomar el tiempo para aprovechar esta oportunidad en un nuevo año que tenemos por delante? Si es que sí, podremos sacar provecho del año y de cada nuevo día, porque cada día contiene la fuerza para cambiar y la ayuda de Dios.

 

 

 

Radio Santec

Teresa Antequera Cerverón

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www.radio-santec.com

 

 

Recibir respuesta a todas las preguntas

 

 

Tarde o temprano cada uno llegará a convencerse de que ni la ciencia, ni una comunidad religiosa ni las muchas palabras de los demás le ayudan a encontrar la Verdad. Todos los esfuerzos externos pueden ser impulsos para reflexionar, para que nosotros mismos encontremos el camino hacia la Verdad. Si seguimos las huellas de nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos, de nuestras inclinaciones, reacciones, también de nuestro afán de pelea, hostilidad o cosas similares, llegaremos a conocernos a nosotros mismos. Esto es lo que tiene importancia.

 

Pues el camino hacia la verdad se recorre únicamente a través de nosotros mismos y no a través de otros. Tendremos que reconocer que las verdades que aprendemos de los libros nos habrán ayudado, sin embargo un libro sobre la Verdad nunca nos conducirá a encontrarla realmente. Los libros y las palabras sobre la Verdad son de gran ayuda e indicadores de camino, pero no nos proporcionan la certeza que buscamos. Esta la podemos alcanzar únicamente en nosotros mismos sin que podamos aportar ninguna prueba externa para ello. Cada uno de nosotros tiene que lograr la seguridad de que esto es así.

 

Si nos esforzamos diariamente en cumplir las leyes del amor desinteresado y del amor al prójimo, experimentaremos que nos convertimos en personas distintas y que podemos superar cada vez más positivamente los acontecimientos del día, porque afirmamos el núcleo positivo en todo y recibimos solución y respuesta positivas, es decir, legítimas, a todas las preguntas.

 

 

Radio Santec

                                                                                                                                                                                                         www.radio-santec.com



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