La humanidad fue advertida
El campo magnético terrestre tiene una importancia fundamental para la vida en la Tierra, aunque algunos científicos también otras fuentes anuncian un cambio global del mismo, lo que llevaría a una reversión de los polos, algo que ha sucedido en diversos momentos de la historia del planeta y cuyas consecuencias sólo se pueden imaginar. Si sucediera el ser humano estaría expuesto a una intensa radiación solar por la pérdida de capacidad del planeta de rechazar los rayos Gamma, los satélites que orbitan la Tierra caerían sobre ésta y muchos aviones se estrellarían. Un proceso tal en el planeta traería sin lugar a dudas hambrunas, guerras, colapso económico y un sinfín de conflictos sociales.
Los científicos no pueden afirmar cuando podría ocurrir algo así, aunque algunos creen que podría ocurrir en pocos años. Sin embargo hace casi tres décadas que escuchamos de otra fuente serias advertencias que no fueron tenidas en cuenta pero que hoy son corroboradas por científicos e institutos de renombre.
Dios no envía desgracias a las personas, pero sí ha advertido oportuna y cariñosamente desde hace más de 35 años a Sus hijos para preservarles de la desgracia. Hoy en día ya no se oye más reír a los teólogos, pues ahora también los científicos confirman aquello que el Espíritu de Dios ya había manifestado hace muchos años por boca profética. Hoy la ciencia apenas puede ocultar las transformaciones que tienen lugar sobre la Tierra, pues los efectos no sólo son visibles para muchos, sino que también se pueden sentir.
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¿Ha conseguido Internet encoger el mundo?
Actualmente nuestro mundo parece haberse vuelto más pequeño, entre otras cosas debido a Internet, a los modernos teléfonos móviles, a los veloces medios de transporte y a un sinfín de comodidades humanas actuales.
Un aficionado a las nuevas tecnologías expresó al respecto lo siguiente: "Internet nos hace creer que el mundo se ha convertido en un pueblecito. En una fracción de segundo accedemos a más conocimientos e información de los que haya podido ofrecer cualquier biblioteca de tiempos pasados, por muy grande que haya sido. Las noticias de todo el mundo nos llegan segundo a segundo. Cualquiera puede observar vía satélite, de cerca o de lejos, los más remotos rincones de la Tierra. Las plataformas de Internet posibilitan a cualquiera conversar simultáneamente con innumerables personas de cualquier país. Quien desea saber dónde está su círculo de amigos se entera de ello mediante el teléfono móvil, ya que cada movimiento del portador de un móvil es registrado y se halla disponible «online», cuando sea necesario. Con éstas y otras posibilidades tecnológicas, la persona cree estar en casa en todo el mundo; lo que se halla lejos parece estar al alcance de la mano. Y la persona siente y percibe "erróneamente" todas estas numerosas posibilidades como libertad".
Pero el mundo no se ha vuelto más pequeño, porque existen otras fuentes de registro mucho más inmensas, son los cosmos tanto material como de material sutil y éstos no se han encogido. Lo cierto es que en la Tierra viven cada vez más personas; la mayoría de ellas están unas contra otras. Cada cual quiere, en su insaciable codicia egoísta, ser el más grande. En toda esta caótica situación actual son pocos los que reflexionan acerca de que están dejando en su propia alma las huellas de su locura.
Aunque cada vez hay más seres humanos cuyos malos actos aumentan desmedidamente, no por ello las fuentes de registro de los cosmos tienen que agrandarse; hay suficiente espacio para cada alma. Los cosmos han sido correspondientemente dispuestos por Aquel que sabe acerca de todas las cosas, también acerca de futuros desarrollos. Hagámonos conscientes de lo siguiente: todo está grabado, cada falta, adicción y exceso, también la brutalidad y violencia con los seres humanos, los animales y la naturaleza ha sido grabado por cada uno en las fuentes de registro y también en su propia alma en forma de parte de culpa, y por tanto asignada con detalle a cada persona en particular y a su alma. Posteriormente la ley universal de causa y efecto, que significa que cada acción tiene una reacción, pondrá cada cosa en su sitio si antes las causas no han sido purificadas, es decir ordenadas, por la persona que las causó.
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