miércoles, 4 de abril de 2012

Artículos de opinión


El regalo de Jesús en el Gólgota es la Victoria

 

 

 

Para Jesús de Nazaret no fue necesario presentarse en opulencia y lujo ante los hombres, pues El es el Corregente de Reino de Dios. Pero la  presencia sencilla de este gran hombre no hizo ni hace posible todavía en la actualidad, valorar qué elevadísimo ser estuvo entre los hombres en la Tierra y lo que llevó a cabo en beneficio de la creación.

 

El terrible e indigno camino que tuvo que recorrer Jesús hasta el Gólgota, no habria sido necesario si las personas lo hubieran reconocido y acogido, todo podría haber sido de otra forma. Pero como las personas se cargaron cada vez más por su manera contraria de pensar, sentir y actuar, tuvo que intervenir el reino divino y Su venida fue necesaria, más no Su muerte atroz. El Espíritu libre y eterno, Dios, no quita a sus hijos el libre albedrío: El no nos obliga a cambiar, no castiga ni sanciona, tampoco ha dispuesto un lugar para la condenación eterna. Tales ideas nacen de las religiones externas que antepusieron el culto pagano a la palabra de Dios y permitieron el barbarismo.

 

Jesús de Nazaret es el camino del amor a Dios y al prójimo. No importa que sentimientos, emociones, pensamientos o actuaciones tenga el hombre, en lo más interno de su alma está protegida por el gran amor de Dios, por la luz re dentora que nos donó Su hijo. La palabra de Jesús "Seguidme" es la llamada de Su amor y golpea incesantemente en nuestra alma y nos insta a que pongamos en orden todo lo que hacemos contra la vida, contra la ley del amor y cumplamos Sus maravillosas enseñanzas

 

Jesús dijo: "Nadie llega al Padre sino a través de Mi", Cristo es el camino, la verdad y la vida, El es la fuerza redentora en nosotros y con ello la luz que ilumina el camino a la casa del Padre. Por lo tanto la festividad de Semana Santa acaparada para sí por las religiones, mas bien parece burla y escarnio del verdadero significado del acto redentor de Cristo. Las festividades eclesiales tradicionales reflejan no sólo la ignorancia del modo de pensar institucional, sino también la ridiculización consciente del acontecimiento de la redención.

 

El cadáver maltratado y vejado en la cruz del Gólgota es expuesto en las Iglesias y año tras año procesionado en miles de ciudades de todo el mundo. El cadaver en la cruz es también mostrado en muchas aulas, oficinas públicas e incluso en los tribunales de justicia, sin embargo la imagen del crucificado es el símbolo de la derrota y la cruz sin el cuerpo es el símbolo de la victoria. ¿Y quién sino el adversario de Dios tendría tanto interés en exponer el cadaver de Jesús colgado en la cruz durante 2000 años?  Jesús no constituye el trofeo de las maquinaciones satánicas, todo lo contrario, El venció ante la intención de las tinieblas de disolver la creación de Dios. Con Sus palabras "Está consumado" regaló a cada alma y hombre una parte de Su herencia, la chispa redentora, que posibilita a cada uno regresar de vuelta al hogar eterno, y protegió así de la disolución a toda la creación, tanto a las almas cargadas de los seres humanos como a los ambitos de la creación de la existencia divina, la cuna del Reino de Dios.

 

Del programa: "Cristianismo, paganismo, barbarismo"

 

Radio Santec

www.radio-santec.com

 

Jesús sufrió los dolores más terribles que conoce

la humanidad

 

 

 

En la revista "Der Spiegel Historia", en referencia a Jesús de Nazaret, el patólogo Frederik Zugibe informa sobre la posible causa de Su muerte en la cruz desde un punto de vista científico. En el estudio realizado por Zugibe se describe lo siguiente: "Fue un conjunto de diferentes causas lo que llevó a Jesús a la muerte. Evidentemente Jesús sentía con intranquilidad como se sucederían las horas venideras, por ello durante un momento con sus discípulos sudó sangre, algo que los médicos conocen como un claro síntoma de estar bajo un grandísimo estrés o incluso de angustia de muerte".

 

Ser apaleado y vejado por fanáticos, como le sucedió a Jesús en casa de Caifás, habría inquietado fuertemente también a la persona más valiente. No obstante, en comparación Jesús salió relativamente a salvo de esta prueba. Mucho más dramática fue la tortura que siguió y que se llevó a cabo con el flagran, una especie de fusta con varias correas de cuero, a cuyos extremos iban entretejidos trozos de huesos o bolas de plomo. "Eso es como si a uno le dieran un golpe en las costillas con extrema violencia con un bate de béisbol, provocando un intenso dolor durante semanas", relata Zugibe. Posiblemente Jesús fue castigado con 40 golpes, que es la cantidad máxima que tolera la ley judía. "Casi sin lugar a dudas, el brutal azote influyó determinantemente en su temprana muerte". Especialmente el tórax y los pulmones sufrieron grandes daños.

 

Cubierto de sangre y vómitos Jesús fue conducido a un martirio que había sido maquinado exclusivamente para él. Los soldados romanos le pusieron una corona de espinas y le golpearon la cabeza con una caña. Zugibe opina que este suplicio ha sido infravalorado al ser considerado una simple burla al "Rey de los judíos", pero lo cierto es que la sádica coronación de Jesús lo llevó ineludiblemente al borde de la muerte; se podría comparar como si se aplicara sobre la carne un atizador de hierro candente.

 

El ultrajado Salvador ya estaba pronto a morir cuando sus torturadores lo clavaron en la cruz. Los romanos usaron gruesos clavos de hierro de 12 centímetros de largo, que al ser clavados en los talones rompieron dolorosamente muchos nervios. "Jesús sufrió los dolores más terribles que conoce la humanidad", concluye Zugibe, agregando: "Con el más mínimo movimiento en la cruz el dolor se extendía por todo el cuerpo como un golpe de corriente. Sólo después de un sufrimiento eterno le llegó la muerte liberadora".

 

No quedan dudas de que el adversario de Dios utilizó las más brutales opciones a su alcance para obligar a Jesús a rendirse sin cumplir Su misión de redimir a todas las almas y hombres y salvar la cuna de la creación, pero Jesús el Cristo venció, de ahí que la cursilería de la representación eclesial de la Semana Santa deba ser calificada de ridiculización. El adversario de Dios expone el cadáver de Jesús muerto en la cruz durante 2000 años como signo de victoria, y los llamados cristianos lo veneran sin cuestionarse apenas que Jesús resucitó y con ello redimió a humanidad, por lo tanto ¿quién tiene tanto interés en mantenerlo clavado en la cruz?, aquel que abogó y determinó el calvario de Jesús de Nazaret y Su crucifixión convirtiéndolo hasta el día de hoy en folklore.

 

Los cultos de Navidad y Semana Santa son sin lugar a dudas paganismo puro. Quien todavía no se haya apercibido de la crueldad de la Semana Santa en nuestros días que piense en el indecible calvario y crucifixión tal como ha sido descrito por el doctor Zugibe. Luego se le debería preguntar si pertenece al paganismo o al barbarismo, ya que con el verdadero cristianismo todo esto no tiene nada que ver.

 

Del programa: "Cristianismo, paganismo, barbarismo"

 

 

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