lunes, 11 de junio de 2012

Artículos de opinión


 

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La sencillez y genialidad del cristianismo originario

 

El cristianismo originario nació en el círculo que Jesús de Nazaret reunió en torno a sí. Se formaron comunidades originarias que no tenían sacerdotes ni jerarquías. No había nadie que determinara lo que había que hacer, solo existía una libre agrupación de comunidades. Los miembros de las comunidades primarias tenían todo en común, incluso en el Nuevo Testamento hay un párrafo que lo confirma: «La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y un solo alma. Nadie consideraba sus bienes como propio, sino que todo lo tenían  en común».  

Es sólo una frase, pero de ella se puede deducir cómo vivían los cristianos originarios. Ellos tenían los mismos derechos, también las mujeres, y cada uno vivía del trabajo de sus manos. Eran comunidades de vida y de trabajo que elaboraban lo que necesitaban para vivir.

Los cristianos originarios de aquel entonces eran seguidores de Jesús, el Cristo, porque incorporaban las enseñanzas de este gran Espíritu a su forma de pensar y vivir. Todavía no eran perfectos, pero se esforzaban en poner en práctica las legitimidades que Jesús había enseñado. Tampoco tenían una cena ritual, comían juntos y recordaban al hacerlo a Jesús. En la comida se hacían presente que el Espíritu de Dios está en los alimentos y tenían respeto por la vida que está en todo. Tampoco llevaban a cabo un rito de bautizo sino que simplemente acogían a otras personas en su círculo. Todo era muy sencillo, más simple y genial que lo de ello hizo después la Iglesia.

 

Vida Universal   www.silladesanpedro.org

Los proteccionistas fracasan siempre por causa de quienes se denominan "cristianos"

 

 

Las leyes de protección animal sólo sirven para tranquilizar la conciencia del pueblo, pero no sirven en absoluto para proteger a los animales. Mientras a los animales se les siga tratando como se les trata en la actualidad en una sociedad autodenominada «cristiana», las leyes de protección animal no valen para proteger realmente a los animales. Y mientras los animales no sean considerados como criaturas de Dios, no tienen ni la más mínima oportunidad de llevar a cabo una vida digna, porque la llamada sociedad cristiana carece en gran medida de una elevada educación ética y moral.

Las propuestas de ley de los proteccionistas fracasan siempre por culpa de los partidos que se llaman a sí mismos «cristianos», y que consideran suficiente la protección animal actual cimentada en la legalidad vigente. ¡Qué burla, qué cinismo, qué testimonio de pobreza espiritual la de las personas que piensan así! Si dedicamos un segundo a pensar en los millones de animales que se despellejan y descuartizan vivos o en la bestial e inhumana cría de animales de la ganadería intensiva, nos daremos cuenta de nuestra degradación como especie.

Por desgracia para los animales en los escaños parlamentarios se sientan representantes de un pueblo que en lo ético y lo moral está evidentemente muy degenerado espiritualmente, y que frecuentemente trae consigo su esquema católico, de hecho en los debates sólo aportan palabras vacías y huecas sobre la protección animal, un esquema católico que para los animales significa una autentica declaración de guerra.

Quien crea que las ideas del catecismo tienen poca influencia fuera de las iglesias en la actualidad, vive en una mentira, puesto que un buen número de políticos en toda Europa da buena cuenta de ello. Lo que no significa que dentro de la iglesia no haya personas respetuosas con los animales y la naturaleza y que por ese motivo sean incluso vegetarianos. Pero mientras perduren las doctrinas vinculantes de las iglesias que están contra la naturaleza y contra los animales, es decir, contra la vida que es Dios, y mientras el pueblo tenga que creer obligatoriamente y bajo amenaza de la condenación eterna en esas doctrinas, los verdaderos seguidores del Nazareno pondremos una y otra vez al descubierto las mentiras, las falsificaciones y las encubiertas trasgresiones de la ley divina, pronunciando y defendiendo abiertamente la Verdad.

 

Basado en el programa para televisión: "Los vegetarianos ¿herejes sin Dios?"

 

 

                                                                                                           Erde und Mensch

José Vicente Cobo

45277997j

www.erde-und-mensch.org

 



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