La emancipación de la mujer beneficia al hombre
¿Cuánto trabajan en realidad los hombres y cuánto las mujeres y a cambio de qué salario? Seguro que las mujeres son más rápidas y precisas a la hora de contestar estas preguntas, mientras que el hombre tendrá que meditarlas durante algunos instantes, lo que no deja de ser indicativo de que sigue teniendo mala información o falta de rigor laboral. Las mujeres además de desempeñar su profesión, realizan también prácticamente solas las labores del hogar, además sigue siendo una realidad que en muchos sectores las mujeres cobran menos que los hombres, lo que lamentablemente parece seguir en aumento, hecho que no se debe a una peor formación profesional de éstas, ya que en esto hace mucho que las mujeres adelantaron a los hombres, sin embargo en los más altos peldaños de las carreras profesionales, son los hombres los que alcanzan mejores posiciones. Por lo que se podría afirmar sin miedo a equivocación que las mujeres trabajan más que los hombres a pesar de que están peor pagadas.
En 2007 un prestigioso instituto alemán de investigación de mercado confirmó el siguiente resultado con respecto al indicador Gfk: Limpiar y ordenar es aún cosa de mujeres. Sólo la limpieza del coche es domino del hombre. Según esto el 19% de las mujeres encuestadas declararon limpiar a menudo o muy a menudo la cocina y el baño. Los hombres, sin embargo, muy raramente entran allí para limpiar. El 60 % de los hombres admitieron que nunca o sólo ocasionalmente limpian el baño o la cocina. Ellos evitan con mucho éxito labores como planchar y cocinar. Sólo el 1,7% de ellos planchan, y sólo el 2,2 % cocinan. En más del 80% de las parejas además, son las mujeres las que se encargan de quitar el polvo y de lavar la ropa. Sin embargo en el 80% de las parejas, las reparaciones pequeñas y el cuidado del coche están firmemente en manos del hombre.
Muchas mujeres aún en la actualidad siguen teniendo la sensación de que la emancipación que debería haber aportado a la mujer más libertad, en realidad ha beneficiado una vez más al hombre. Pues éste ya no carga sólo con la responsabilidad de alimentar a la familia, sino que la mujer le ayuda a hacerlo trabajando fuera de casa. Pero a la inversa no ha sido igual, a la mujer no se le ha quitado trabajo, porque sigue ocupándose de las tareas domésticas y de los hijos además de trabajar fuera de casa y no era eso lo que se pretendía con ello. Ciertamente ahora las mujeres no están tan oprimidas como en el pasado, pero en cambio están sobrecargadas de trabajo.
¿Pero de donde viene tanta discriminación hacia la mujer que en el pasado hizo de ellas un mero objeto sexual valido únicamente para el placer y la reproducción, así como para el servicio domestico en beneficio del varón? En el occidente cristiano lo cierto es que las iglesias han tenido y siguen teniendo mucha culpa en ello, pues se han mantenido y se mantienen verdaderas figuras machistas como santos a los que adorar. Un ejemplo de ello lo tenemos en el conocido Tomás de Aquino, santo venerado y respetado por la iglesia católica quien sin embargo al hablar de las mujeres las definió como seres sin alma. El las consideraba como la puerta del infierno para el hombre. ¿No será ya hora en pleno siglo XXI, de que la iglesia católica pida perdón a las mujeres y las rehabilite? ¿No será momento de revisar a supuestos "santos" cuyas palabras e interpretaciones trajeron un inconmensurable miedo y sufrimiento a millones de mujeres? Jesús de Nazaret por el contrario fue un gran defensor de la mujer, El las trataba como iguales y entre sus discípulos se contaban muchas de ellas. El, que dio con su vida ejemplos de igualdad y libertad dijo ¡Seguidme!, ¿Pero a quien siguen los dirigentes eclesiásticos quienes defienden y veneran todavía en la actualidad a muchos de los llamados santos cuyas palabras se oponen a los derechos establecidos para todos en la Constitución?
Radio Santec
Teresa Antequera Cerverón
73891412-W
¿Van también las mujeres al cielo?
Sin lugar a dudas las mujeres de todo el mundo estaremos completamente felices cuando ya no se celebre ningún día mundial de la mujer, porque la igualdad y nuestros derechos estarán equiparados a los del hombre; lamentablemente esto aún no es así. Tampoco las mujeres del occidente cristiano, sobre todo las que supuestamente vivimos en el primer mundo, quisiéramos apoyar un día así en pleno siglo XXI. Sin embargo, en muchos ámbitos de la vida todavía seguimos discriminadas y menospreciadas; un ejemplo claro lo viven las mujeres en la Iglesia; allí los hombres que dicen representar a Jesús, mantienen abiertamente una falta total de igualdad hacia las mujeres, aunque se sabe que Jesús tuvo entre sus seguidores a muchas mujeres a las que nunca discriminó.
La "Declaración Universal de los derechos humanos" dice que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Las leyes actuales dicen que todas las personas son iguales ante la ley, y se indica explícitamente que los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos. Esto que se da por sobreentendido para las mujeres del siglo XXI, dista mucho de lo que tuvimos que vivir sin ir más lejos en el siglo pasado en Europa, dónde, por poner un ejemplo, hasta el año 1971 las mujeres no podían votar en Suiza. Pero el sufragio universal no trajo ni mucho menos igualdad para las mujeres en Europa, donde hasta hace relativamente poco los maridos debían dar el permiso a sus mujeres para poder trabajar y viajar.
¿Cuál es el origen de esta actitud? No muchas personas, tampoco muchas mujeres católicas, saben que el 30 de Mayo del pasado año la Radio vaticana emitió una noticia sobre un nuevo Decreto de Fe: "Excomunión por ordenar en sacerdocio a mujeres". ¿Qué significa esto? Que la Congregación de Fe de la Iglesia católica decretó que los obispos que ordenasen a mujeres como sacerdotisas serían excomulgados, naturalmente también las mujeres en cuestión. En el mencionado artículo de la Radio Vaticana se citaba una directriz canónica de la Iglesia, que dice: "La sagrada consagración sólo es válida para un hombre bautizado", lo que sentenció el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe (Antigua Inquisición), el arzobispo Angelo Amato, quien dijo: "La Iglesia no se siente autorizada a cambiar la voluntad de su fundador Jesucristo".
Pero ¿es acaso la institución llamada Iglesia, la voluntad de Jesucristo?, ¡No! Han sido los hombres ataviados con el manto de "cristiano" y sentados sobre tesoros incalculables los que han encasillado, manipulado y tergiversado la enseñanza de Jesús, inventando y exportando dogmas y ritos paganos que arrastran hasta nuestros días con la "inmunidad" que les da hacerlo en nombre de Jesús de Nazaret. Un ejemplo lo tenemos en el Sínodo de Macón (siglo VI), donde se discutió sobre si las mujeres meritorias tenían que convertirse primero en hombres antes de la resurrección de los muertos, para poder entrar así en el paraíso; ante dicha increíble cuestión, un brillante obispo declaró: "las hembras no son seres humanos".
Si la Iglesia católica aún no se ha retractado de esto, ¿cómo es posible que tantas mujeres sigan perteneciendo a dicha institución, incluso quieran ser sacerdotisas?, -la respuesta es: por ignorancia. ¿Estaría usted como mujer dispuesta a convertirse en hombre, para ir a un Cielo en el que sólo haya hombres o mujeres convertidas en hombres?
Radio Santec
Teresa Antequera Cerverón
73891412-W
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