sábado, 23 de marzo de 2013

Artículos especiales de Semana Santa




¿Conoce la humanidad el sentido del Está Consumado?

 

 

 

Año tras año la llamada cristiandad repite las mismas costumbres de carácter institucional-eclesiástico. La masa de la humanidad se deja llevar en el remolino de los ritos prescritos y apenas nadie pregunta por el sentido de la Navidad o de la Semana Santa. La reflexión casi siempre es: ¡Bueno, ésa es la tradición, ésa es la costumbre! Conforme a eso se celebra también el acontecimiento de la Pascua, de la que se podría decir que es una especie de escenificación, una minimización que resta importancia y denigra el calvario de Jesús de Nazaret y Su crucifixión.

 

Desde hace aproximadamente dos mil años tanto en Navidad como en Semana Santa lo que se exterioriza por las instituciones eclesiásticas que se denominan a sí mismas "cristianas" parece más bien burla y escarnio del poderoso acontecimiento cósmico acontecido. Muy pocos saben que lo que tomó sobre sí el Hijo de Dios fue un acto de rescate cósmico. Un acontecimiento cósmico que partió desde el Reino de Dios, pues a pesar de todas las amenazas, El vino, se encarnó en el niño Jesús e hizo frente al adversario de Dios, el demonio. Jesús de Nazaret soportó los métodos de tortura más sofisticados y dolorosos para cumplir su misión traída del Reino de Dios: Salvar la cuna de la creación y de ese modo también el Reino de Dios, el maravilloso hogar Eterno.

 

Jesús dejó que le maltrataran y torturaran con métodos inimaginables, El se dejó maltratar hasta la extenuación, pues Su conciencia decía: "Padre, en Tus manos quiero poner la salvación de la creación". El siguió el horrible camino de la tortura que Satanás había tramado y permitió que le crucificaran. Torturado, maltratado e irreconocible dijo en la cruz: "¡Está consumado! ¡Padre en Tus manos encomiendo Mi espíritu!"

 

La creación de Dios ha sido salvada. Con las palabras ¡Está consumando! se desprendió una parte de Su herencia divina que traspasó por partes iguales a todas las almas y hombres. A ese regalo que el Cristo de Dios hizo a todas las almas y seres humanos lo llamamos la luz redentora. El "Está consumando" abarca a todos los ámbitos de la caída incluida la Tierra con sus animales y plantas. Para que la cuna cósmica de la creación del Reino de Dios no pudiera ser conquistada por el adversario de Dios, para que no pudiera degenerarse más llegando hasta disolución de toda la creación divina, Cristo nos dio a todas las almas y seres humanos una parte de Su herencia divina. A cada alma le prestó una cantidad de esa fuerza inextinguible como un soporte espiritual incargable. Por lo tanto cada alma ha sido salvada por medio del poderoso acto redentor del Hijo de Dios, que es el corregente del Reino de Dios.

 

Sin embargo de lo que se escenifica externamente durante la Semana Santa es casi imposible rescatar lo más interno, el hecho de la redención, el acontecimiento cósmico poderoso de dimensiones inimaginables que tuvo lugar en la cruz. Cristo el Corregente del Reino de Dios salvó lo más interno en nuestra alma, al ser divino. Él evitó que toda la creación se disolviera y nos posibilita el camino de regreso al hogar eterno, a nuestro origen divino, que ya no puede ser disuelto porque El ha traído el «stop», es decir ¡Hasta aquí y no más! En este punto simplemente se podría decir: Quien lo pueda captar que lo capte y quien lo quiere dejar que lo deje.

 

 

Radio Santec

María José Navarro

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Su venida fue necesaria, Su muerte no

 

 

 

Para Jesús de Nazaret no fue necesario presentarse en opulencia y lujo ante los hombres, pues El es el Corregente de Reino de Dios. Pero la presencia sencilla de este gran hombre impidió e impide todavía a muchos en la actualidad, valorar qué elevadísimo ser estuvo entre los hombres en la Tierra y lo que llevó a cabo en beneficio de toda la creación.

 

El terrible e indigno camino de sufrimiento que tuvo que recorrer Jesús hasta el Gólgota no habría sido necesario si las personas lo hubieran reconocido y acogido, realmente todo podría haber sido de otra forma. Pero como las personas cargaron su alma cada vez más por su manera contraria de pensar, sentir y actuar, tuvo que intervenir el reino divino y Su venida fue necesaria, más no Su muerte atroz. El Espíritu libre y eterno, Dios, no quita a sus hijos e hijas el libre albedrío, El no nos obliga a cambiar, no nos castiga ni sanciona, tampoco tiene en Su creación un lugar reservado para la condenación eterna. Tales ideas y conceptos nacen de las religiones externas que antepusieron el culto pagano a la palabra de Dios y permitieron el barbarismo.

 

Jesús de Nazaret, el corregente del Reino de Dios es el camino del amor a Dios y al prójimo. No importa que sentimientos, emociones, pensamientos o actuaciones tenga el hombre, lo más interno en su alma está protegido por el gran amor de Dios, por la luz redentora que nos donó Su hijo. La palabra de Jesús "Seguidme" es la llamada de Su amor y golpea incesantemente en nuestra alma y nos insta a que pongamos en orden todo lo que hacemos contra la vida, contra la ley del amor y cumplamos Sus maravillosas enseñanzas

 

Jesús dijo: "Nadie llega al Padre sino a través de Mí", con estas palabras podemos entender que Cristo es el camino, la verdad y la vida, porque El es la fuerza redentora en nosotros y con ello la luz que ilumina el camino a la casa del Padre. Por lo tanto la festividad de Semana Santa acaparada para sí por las religiones de culto, parece mas bien una burla y un escarnio del verdadero significado del acto redentor del Cristo de Dios. Las festividades tradicionales de la Iglesia reflejan no sólo la ignorancia del modo de pensar institucional, sino también la ridiculización consciente del gran acontecimiento de la redención.

 

El cadáver maltratado y vejado en la cruz del Gólgota es expuesto en las Iglesias llamadas cristianas, y año tras año procesionado en miles de ciudades de todo el mundo. El cadaver en la cruz es también mostrado en muchas aulas, oficinas públicas e incluso en los tribunales de justicia, sin embargo la imagen del crucificado es el símbolo de la derrota y la cruz sin el cuerpo es el símbolo de la victoria. ¿Y quién sino el adversario de Dios tendría tanto interés en exponer el cadaver de Jesús colgado en la cruz durante 2000 años?  Sin embargo Jesús no constituye el trofeo de las maquinaciones satánicas, todo lo contrario, El venció ante la intención de las tinieblas de disolver la creación de Dios. Con Sus palabras "Está consumado" regaló a cada alma y a cada hombre una parte de Su herencia divina, la chispa redentora, que posibilita a cada uno regresar de vuelta al hogar eterno, y así protegió también la disolución de toda la creación, incluso de los ambitos de la creación de la existencia divina, la cuna del Reino de Dios.

 

Del programa de radio y TV: "Cristianismo, paganismo, barbarismo"

 

Radio Santec

Jose V. Cobo

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