Retornar a las fuerzas sanadoras de la naturaleza
Lo que hoy en día debido a la medicina moderna se ha perdido en gran parte en cuestión de poco tiempo, son los conocimientos sobre las fuerzas sanadoras de la naturaleza. Desde tiempos inmemoriales las personas han intentado comprender las plantas por su signatura. Desde el comienzo de la botánica medicinal se deducían determinados efectos sanadores de las plantas por los rasgos especiales de estas.
Paracelso plasmó en una frase esta práctica común. Él dijo: "La naturaleza ha marcado cada hierba con aquello para lo que es buena. Pero advirtió: no sólo con una mirada superficial; no sólo con un análisis objetivo y el saber común se puede reconocer el sello y la signatura, sino a través de la luz de la naturaleza". Se trata de algo así como la irradiación de la planta. Las signaturas, que expresan el carácter de las plantas, están al mismo tiempo unidas a las fuerzas del cosmos que han tomado forma. Paracelso también dijo: "No solo proviene de la Tierra la fuerza de las hierbas, sino de los astros, el cuerpo es sin embargo de la Tierra". Continuó diciendo: "Las estrellas son el modelo, patrones que forman matrices de todas las plantas. Mediante fuerzas de atracción cada estrella crea su planta homologa en la Tierra".
En el libro "Origen y formación de las enfermedades. Lo que el hombre siembra cosechará" de la Editorial Vida Universal se ice que la naturaleza se regala de muchas maneras con las hierbas y las plantas medicinales. Estas ha sido dadas a los seres humanos para mantener sano su cuerpo. Sin embargo las plantas medicinales al fin y al cabo son solo ayudas, un apoyo en la enfermedad. En parte también actúan en el ámbito anímico, pero no pueden resolver una carga anímica.
Mientras las personas necesiten plantas medicinales para sanar deben de tomarlas, pero no se debería olvidar que cada enfermedad tiene una causa: la forma de pensar y de vivir erróneas. En los Diez Mandamientos y en el Sermón de la Montaña tenemos reglas sencillas que cualquiera puede practicar para dominar su vida diaria. La regla más sencilla dice: Lo que no quieras que te hagan a ti, no se lo hagas tú a otros. O dicho de otro modo: Lo que quieras que te hagan a ti, hazlo tú primero.
Radio Santec
Teresa Antequera Cerverón
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El cosmos surgió a raíz de La Caída
El alma no es creada por Dios como apéndice de un engendramiento tal como las iglesias predican, sino que pre-existe y es atraída por la pareja de padres. El alma encuentra su cuerpo en formación porque sus padres terrenales y ella tienen una vibración fisico-anímica parecida. También viene determinado por lo programado en existencias previas.
Pero por qué hay una existencia en la materia si en un principio todo era Espíritu puro. A través de la profecía dada a través de Gabriele sabemos sobre los acontecimientos de la Caída, en cuyo transcurso muchos seres espirituales se separaron de la conciencia unitaria, de Dios, porque querían ser como Dios. El pensamiento de La Caída nos resulta conocido por la historia del paraíso en la Biblia, que representa simbólicamente la seducción satánica del "eritis sicut Deus" (seréis como Dios). El simbolismo se malinterpretó de forma concretista, trasladándose a un paraíso terrenal. En realidad se trataba de una turbulencia en el mundo espiritual, que se produjo en el transcurso de eones antes de que existiera el cosmos. El surgimiento de este último fue resultado de la Caída.
Jesús de Nazaret detuvo La Caída. Todas las almas y hombres recibieron por el acto rredentor la fuerza para purificarse y encontrar el camino de regreso al Hogar eterno. Los planos de la Caída se convirtieron en planos de purificación, desde los cuales muchas almas se dirigen a encarnar, para purificar sus aspectos humanos y pecaminosos en una nueva vida terrenal. Otros, por el contrario, buscan una continuación de su "suerte terrenal".
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