domingo, 12 de mayo de 2013

Artículos de opinión


 

 

 

 

La herencia dejada a las mujeres

 

 

 

El santo y doctor de la Iglesia Tomás de Aquino declaró: "La mujer es un desatino de la naturaleza, un hombre malogrado, mutilado y frustrado". Una cita que lógicamente causó estupor, incredulidad e indignación entre los muchos transeúntes a los que tuvo acceso un equipo de televisión del canal italiano Erde und Mensch en una encuesta callejera. Aunque para hacer honor a la verdad habría que decir que nadie entre los encuestados tomó dicha frase en serio, ni se sorprendió de que hubiera sido expresada en su día por el famoso doctor de la Iglesia y también llamado santo, Tomás de Aquino.

 

Si bien es cierto que actualmente los doctores o maestros de la Iglesia han perdido una enorme parte de su autoridad con el correr de los años y que ningún clérigo se atrevería a pronunciar dichas palabras o a defender dicha tesis desde un púlpito, lo cierto es que al no haber sido revocadas, retiradas, o anuladas, la cita sigue teniendo el mismo valor que cuando fue pronunciada. Pero ¿por qué la Iglesia no se ha retractado de ésta y de otras citas semejantes de uno de sus más representativos eruditos, por qué no toma distancia a pesar de que las leyes actuales hablan de igualdad en todos los sentidos y ámbitos de la vida?

 

Tan sólo con escarbar un poco entre las citas de los doctores y personajes destacados del seno de la Iglesia se descubren cientos, quizá miles de citas aberrantes para este tiempo. Sin ir más lejos Juan Crisóstomo, doctor de la Iglesia conocido por el sobrenombre de "El Santo" de las Iglesias dijo: "Las hembras están ante todo destinadas a satisfacer la sensualidad de los hombres". San Agustín, santo y también doctor dijo: "La mujer es un ser de poco valor, que no fue creado por Dios de acuerdo a Su propia imagen. Corresponde al orden natural de las mujeres servir a los hombres". De Tomás de Aquino hemos escuchado: "El valor esencial de la mujer reside en su capacidad de parir y en su utilidad en los quehaceres domésticos". Y los Papas tampoco se han quedado atrás, sin ir más lejos Pío II dijo: "Cuando veas a una mujer, piensa que es el diablo. Ella es una especie de infierno". 

 

Millones de mujeres en la actualidad coinciden en que citas como estas son una burla no sólo para las mujeres, si no también para el propio Jesús de Nazaret quien nunca hizo distinción entre hombres y mujeres. Y el hecho de que aún haya consecuencias sociales, laborales, políticas y económicas para la mujer no es de extrañar. Las desventajas a las que se somete a la mujer, también en la actualidad, es la herencia dejada por personas que fueron subidas a los altares por ser grandes defensores de la Iglesia, pero no por ser grandes hombres.

 

 

 

Erde und Mensch

Mª José Navarro

24764815W

www.erdeundmensch.tv

 

 

¿Estamos ante una sociedad sin valores?

 

 

 

La sociedad hoy ya no tiene valores éticos y morales. Sólo prima el poder, la apariencia, la riqueza, el sexo, la gula, el alcohol y las drogas. Comportamientos con los que se va perdiendo paulatinamente la sensibilidad para sentir qué es correcto y qué no.

 

Si a los hambrientos de sociedad se les pregunta qué entienden por sentimientos, es posible que contesten que los sentimientos no son modernos y que deben ser eliminados para poder disfrutar de la vida sin ser molestados. Pero precisamente los sentimientos, que no el sentimentalismo, son unos dones valiosos, una balanza de la conciencia con la que sopesar qué es correcto.

 

Para quien desconecte los sentimientos todo estará bien. Si cada semana tiene dos o tres parejas diferentes, si adultera y si por ello alguien sufre o se hunde, no importa, lo importante es que él tenga la droga, llámese sexo, gula, alcoholismo, poder, violencia, avaricia, mentira, engaño o narcóticos. ¿Por qué ha alcanzado nuestra sociedad un nivel tan bajo ética y moralmente? Porque en la sociedad cada uno piensa sólo en sí, sólo en los que tienen su misma fe o forman parte del mismo partido político, en su capital, provecho y bienes.

 

En la mayoría de los casos el prójimo no le importa: Como se sienta el prójimo o si se arregla con unos ingresos ridículos, como le va a los jóvenes que sufren bajo las drogas o como se encuentra la familia desahuciada o los desempleados no es importante. Lo importante es que uno mismo esté en el lado "correcto".

 

 

Vida Universal

www.editorialvidauniversal.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario