domingo, 30 de noviembre de 2014

Artículos de opinión


 

El futuro de las personas va ligado al de los animales

 

 

 

Una pregunta que preocupa, y que en la actualidad desconcierta más que nunca, tanto en el ámbito de la política como en el de la sociedad, es: ¿Qué nos deparará el futuro? También en el ámbito de lo personal esta cuestión "preocupante" ocupa un lugar poco desdeñable. Evidentemente para dar una respuesta acertada deberíamos enfocarla desde diferentes aspectos, sin embargo en este artículo queremos detenernos en aquel que, a priori, parece que menos relación guarda. Un aspecto con el que trataríamos de descubrir en qué medida el futuro de los seres humanos y el de los animales va ligado.

 

Ya en el Antiguo Testamento cualquier lector ávido encontrará cientos de citas en relación a los animales que, de haberse llevado a la práctica, podrían habernos conducido a un mundo totalmente diferente, y que en la actualidad a los ciudadanos del occidente cristiano deberían hacernos cuanto menos reflexionar. Un ejemplo lo tenemos en los textos de Jeremías: "Pues Yo no hablé a vuestros padres ni les di orden alguna el día que los saqué de Egipto sobre holocaustos ni otros sacrificios". (Jeremías 7, 22). "Si tuviera hambre no te lo diría, pues mío es el Orbe de la Tierra y todo lo que hay en ella. ¿Piensas que quiero comer carne de toro o beber sangre de chivos?" (Salmo 50, 13 –14). "No te juntes con los borrachos de vino, ni con quienes se deleitan en el consumo de la carne". Proverbios 23,20. Estimado lector, estas frases no son un caso aislado, la mayoría de los verdaderos profetas de Dios hablaron de forma parecida a esta. Por lo tanto si queremos un futuro halagüeño, no dejemos de tener en cuenta la siguiente frase: "Si a los animales les va bien, también le irá bien al ser humano".

 

En la lucha a favor de los derechos de los animales, la prioridad es empezar a considerar a los animales como parte integrante de lo que podríamos denominar "creación divina", es decir seres vivos con tanto derecho a la vida como lo tiene el ser humano. El respeto global hacia los animales se conseguirá cuando los derechos de los animales encuentren reconocimiento, y se materialicen en la Constitución y en el ordenamiento jurídico de cada país, evidentemente también como un derecho internacional inalienable.

 

El reconocimiento que actualmente algunos países otorgan a los animales es más un objetivo a conseguir que una realidad, formulaciones abstractas de las que no se derivan derechos concretos. Actualmente en muchos países la ley de protección animal dice más o menos lo siguiente: "La finalidad de la ley de protección animal es la de proteger la vida y el bienestar de los animales, en base a la responsabilidad del ser humano por el animal como criatura co-existente. Sin un motivo razonable nadie puede causar a un animal sufrimiento, dolor o daño". Proteger el bienestar de los animales suena bien pero, como se dijo antes, no deja de ser un anhelo apenas alcanzado.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

                                                                                                                            Del programa: Perspectivas para un futuro mejor

www.editorialvidauniversal.com

 

Los cientificos saben que existe una materia sútil

 

 

 

Desde tiempos remotos ya los griegos se interesaron por el estudio del éter, algo abstracto que en la actualidad la ciencia sigue considerando interesante y que denomina materia sutil. El doctor Klaus Volkamer, científico en la universidad de Friburgo, ha demostrado científicamente la existencia del éter, basándose en las antiguas tradiciones del conocimiento como también en los estudios de Albert Einstein. El profesor Volkamer declaró: «Junto a la materia visible, formada por partículas elementales, se encuentra una forma de materia invisible, sutil». Una afirmación que sin lugar a dudas podría revolucionar el concepto del mundo y de las ciencias naturales.

 

Volkamer declaró: «La mayoría de los físicos reconocen que hace aproximadamente 100 años se debería haber aceptado ya la existencia del éter, lo que significaría que la ciencia actual se equivoca. Yo creo más a Einstein que a la física moderna, pues él mismo, en 1915 presentó la Teoría de la Relatividad con la que liquidó el éter porque las "elegantes" matemáticas no precisaban del mismo, aunque más tarde tuvo que reconocer que para que el espacio se curve tiene que tener la facultad de arquearse, ya que en un supuesto vacío sin estructura no podría curvarse nada". Por ese motivo cuando abandonó Berlín en 1920 y dio en la universidad de Leiden una conferencia, expuso lo siguiente: "Con motivo de la teoría de relatividad creada por mí, que describe claramente la curvatura del tiempo y del espacio como base de la gravitación, necesito un éter que se pueda flexionar».

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

Del programa: Noticias del foro de la ciencia

www.vida-universal.org

 


domingo, 23 de noviembre de 2014

Artículos de opinión

Les envío estos dos artículos de opinión de la semana 47 para que los publiquen en su medio de comunicación. Les estoy muy agradecida por ello.

Mª José Navarro

DNI: 24764815w

 

 

¿Por qué las personas egocéntricas tienen la piel más áspera?

 

 

 

Ninguna persona se parece a otra, y esto vale también para la vibración de los nervios y de la piel. Quien no se toma en consideración a sí mismo y apenas toma en cuenta su propio comportamiento para consigo mismo y para con su prójimo, es más, ignorándolo, tampoco hace caso de lo que él mismo ha introducido de negativo en su interior, y que puede alcanzarle a cada momento a través de las constelaciones planetarias. Tales personas disponen de una capacidad de reacción más burda, porque no rinden cuentas ante sí mismas por su forma de pensar y comportarse, no se miran de forma crítica, es decir, no se cuestionan a sí mismas y con ello la culpa, que es su propia parte, la echan a sus semejantes.

 

Si los nervios no son sensitivos, porque la persona no hace caso de nada, porque no toma en cuenta la voz de su conciencia, tiene una piel de estructura más áspera, que apenas permite que los cosmos y el grabado de lo personal, que ha introducido en sí, salga a flor de piel. Por el contrario una persona sensitiva, que se examina a sí misma en su forma de sentir, pensar, hablar y actuar, que toma en consideración a su prójimo y no lo menosprecia, en muchos casos tiene un sistema nervioso sensitivo y una piel transparente, a través de la cual se translucen partes de los cosmos.

 

Esta es por tanto la persona sensitiva, que es delicada y sensible. Debido al trabajo en sí misma, tiene comprensión y benevolencia para con su prójimo. Reconoce diariamente parte de lo negativo que ha introducido en su interior, también de sus aspectos pecaminosos y los purifica sin demora. De esta forma consigue cada vez más paz consigo misma y con su entorno, es equilibrada y está en armonía. Debido a que se vuelve más libre de sí misma, de su ego apremiante, piensa también cada vez menos en sí misma y está abierta para sus semejantes. Ya no vive en actitud de espera, ni depende del reconocimiento ni de la aprobación de su prójimo.

 

Las personas indiferentes, que dan rienda suelta a sus irritaciones por medio de gritos, que con acusaciones de culpabilidad quieren traspasar a otros lo que ellas mismas han causado, adquiriendo de esa forma un pellejo duro, con lo que aparentemente descargan su sistema nervioso, se pueden comparar con los "duros de pelar", que al igual que las personas egocéntricas, apenas se preocupan por el bienestar o el sufrimiento de su prójimo. El duro de pelar, el indiferente, el contemporáneo cómodo vive el día sin examinarse a sí mismo, apenas se pregunta qué es lo que con su forma de pensar y de comportarse, introduce a cada instante en su alma, en su nivel consciente y en su subconsciente. Están grabando incesantemente, van acrecentando incansablemente su destino y se sorprenden si éste un día les alcanza de acuerdo con la Ley de siembra y cosecha.

 

Por el contrario, las personas sensibles son personas sensitivas, conscientes, cósmicas, un tipo de persona con percepción interna. Las personas de pellejo duro, duras de pelar, indiferentes y egocéntricas, son personas orientadas a la materia, que solo reciben y perciben de forma indirecta, que están más orientadas a lo visible, pero que en cambio graban mucho más en lo invisible.

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación. El reloj cósmico y la red de tu piel"

www.editorialvidauniversal.com

 

 

 

¿Es el ser humano el carcinoma de la Tierra? Si

 

 

El ser humano, de la misma forma que actúa un tumor maligno, se expande sin control y sin ningún tipo de miramientos. Tanto uno como otro crece sin tener en cuenta como le va al vecino de al lado, en el caso del tumor sin tener en cuenta lo que los demás órganos puedan necesitar para seguir viviendo.

 

La actuación del ser humano en el planeta ha llevado a que las diferentes especies del planeta se extingan a un ritmo vertiginoso: los vertebrados se extinguieron en un 33% entre 1970 y 2005. Las especies marinas en un 14%, y las de agua dulce en un 35%. La tala de la selva tropical avanza sin control: entre los años 2000 y 2005 se perdieron 27 millones de hectáreas principalmente en la selva amazónica. Tal como un tumor daña otros órganos de forma irreparable, las consecuencias de la actuación humana en las selvas tropicales son ya irreversibles.

 

La sobreexplotación de los mares a manos del hombre está esquilmando la vida marina, y el 50% de los corales están dañados, al igual que los bosques de manglares. La revista Focus publicó en 2007 un artículo con el título "Zonas de muerte o desiertos submarinos sin vida", con el que se quería dar a conocer que hay zonas en los mares donde ya no hay peces, algo que además viene dado por el cambio climático puesto que el CO2 provoca la acidificación de los océanos con consecuencias graves para la vida en ellos.

 

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.editorialvidauniversal.com

 




domingo, 16 de noviembre de 2014

artículos de opinión


 

La teoría de la evolución ¿ideología o ciencia?

 

 

 

Galilei fue el primero que desmitificó  o secularizó el sagrado mundo de los cielos, con lo que de pronto ese tema ya no concernía a la Iglesia, si no que a partir de ese momento correspondía a las ciencias naturales. Newton fue el que, debido al descubrimiento de la gravedad, de algún modo le quitó a la Iglesia el cosmos de las manos. Darwin fue el descubridor de la Teoría evolucionista, según la cual el hombre no es la cumbre de la Creación, sino una especie entre otras, lo que no gustó a la Iglesia. En aquel tiempo había otras opiniones eclesiales a rebatir, por ejemplo sobre la edad de la Tierra. De hecho el arzobispo anglicano de Irlanda James Ussher calculó con exactitud la cronología de los hechos históricos y dijo que la Tierra surgió el 23 de octubre del año 4004 antes de Cristo. Lo interesante es que en esa misma época también se descubrieron los primeros fósiles, lo que una vez enfrentados a esos cálculos cronológicos, puso de manifiesto lo absurdo de los estudios de Ussher, así que se alargó la edad de la Tierra a 75.000 años. (Hoy se sabe que la Tierra tiene una edad de 4.500 millones de años)

 

Darwin en su tiempo también tuvo un conflicto con la Iglesia cuando presentó la teoría de la evolución, enfrentada diametralmente a la teoría creacionista, la que dice que el origen de la vida hay que interpretarlo según la historia bíblica de la Creación. Una corriente que cuenta con un enorme arraigo en USA, y que incluso en la era Bush se intentó establecer como asignatura de biología en las escuelas, o bien como tema en clases de biología. Sin embargo en el año 2008 la iglesia anglicana de Inglaterra se disculpó por haber combatido el darwinismo en su tiempo. Pero el bisnieto de Darwin, Andrew Darwin, sin embargo, calificó esta disculpa de absurda, puesto que se sabía que en realidad se trataba de una lucha de poder dentro de la iglesia anglicana, no siendo un arrepentimiento sincero al tratarse más bien de política eclesial.

 

Por lo que respecta a la Iglesia católica, se puede decir que en 1996 el Papa Juan Pablo II reconoció públicamente que la teoría de la evolución era una mera especulación. Luego hubo un movimiento liderado por el arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, quien en 2005 atacó la teoría de la evolución, diciendo que era ideología y no ciencia. El Papa Benedicto XVI también se posicionó contra la teoría de la evolución, afirmando que esta no es una teoría científica completamente desarrollada, porque a fin de cuentas aún no se ha demostrado. En base a estos pocos datos de entre los muchos que se podían haber seleccionado, cualquier lector, cualquier ciudadano de a pie se preguntará: ¿Cuál es el motivo de tanta resistencia? ¿Por qué le cuesta tanto a la Iglesia reconocer los descubrimientos científicos? Estimado lector, saque usted sus propias conclusiones, nosotros ya lo hemos hecho, en la certeza de que hoy por hoy ya se puede afirmar, en contra de lo que se ha creído durante cientos de años, que Dios y la ciencia no están tan alejados.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del Programa: La Iglesia y la ciencia, una historia de oportunismo y discordia

www.radio-santec.com

 

 

 

¿Debería ir a los pobres la asignación estatal a la Iglesia?

 

 

En relación al problema del hambre existen en la actualidad muchas asociaciones y oenegés que piden donativos para ayudar a paliar el hambre en el mundo, también hay muchas personas solidarias, sin embargo son muchos los enigmas e interrogantes que existen alrededor de este tema, por ejemplo ¿dónde va este dinero? ¿Son estos donativos realmente una ayuda ante tanta necesidad? ¿De dónde se podría obtener realmente más? ¿Hay posibilidades para poder ayudar de una forma real a los que pasan hambre? Una respuesta general es que los donativos para paliar el hambre en el mundo son solo ayudas en situaciones de emergencias. En realidad se deberían ayudar a los países subdesarrollados a través de ayudas al desarrollo, para que éstos luego se puedan ayudar a sí mismos.

 

Por poner un ejemplo, el gobierno alemán dispone 14.000 millones de Euros para ayudar al desarrollo en los países pobres. Curiosamente la misma cantidad que anualmente pone a disposición de la inmensamente rica Iglesia católica. En el caso de la Iglesia española la cantidad asignada supera los 11.000 millones ¿Pero en la delicada situación económica que se encuentra Europa, es realmente acertado y correcto este dispendio de dinero público justo en países que se declaran constitucionalmente laicos? Ciertamente muchos millones de españoles y alemanes preferirían que dicho dinero fuera a parar a quien realmente lo necesita, como son las personas que pasan hambre, sed o sufren enfermedades. Casos que han ido en aumento desde el comienzo de la crisis en gran parte de Europa.

 

José Vicente Cobo (45277997j)

www.radio-santec.com



domingo, 2 de noviembre de 2014

Artículos de opinión


Dios no varía, la Iglesia sí

 

 

 

A lo largo de la historia de la humanidad las doctrinas eclesiásticas y los conocimientos científicos se han hallado casi siempre enfrentados por puntos de vista totalmente opuestos. De ello se deriva que muchas ideas nuevas tuvieran que abrirse paso en contra de la oposición de la iglesia. El ejemplo más célebre del conflicto entre religión y ciencia es el de Galileo Galilei, un eminente hombre del Renacimiento, científico, astrónomo, filósofo, matemático e ingeniero que cayó en manos de la Inquisición por su convicción de que la Tierra giraba alrededor del sol y no al revés.

 

La ciencia natural moderna en realidad no es tan antigua, pues comenzó con el Renacimiento, y sobre todo con la Ilustración a fines del silgo XVII. En esta época la Iglesia medieval contaba con la teología escolástica, que en aquel tiempo presumía de poder explicarlo todo. No había nada sobre la Tierra que no recayera sobre la soberanía aclarativa de la Iglesia. Pero en relación al conocimiento actual, las suyas eran ideas realmente atrevidas y sin ninguna base sostenible. Se creía que la Tierra era el centro del Universo y entre la Tierra y la Luna había una esfera de agua, otra de aire y otra de fuego. Y luego, más allá de la Luna venían los cielos: Primero el cielo estelar y luego el llamado cielo cristalino, más allá el cielo de fuego, que era donde se suponía que vivían los santos y los ángeles, y más allá de estos cielos estaba la región de Dios. Todo esto, claro está, según la opinión de la Iglesia.

 

Pero tras los descubrimientos astronómicos de Galileo todo esto quedó en entredicho, es decir, fácilmente cuestionable. Pues para el afamado astrónomo la verdad no era la que postulaba la Iglesia, si no la que observaba él con su telescopio. Por ejemplo que la Luna tenía estructuras montañosas, que el Sol tenía manchas y que Júpiter estaba rodeado de lunas.

 

La teología afirmaba que los planetas tenían formas perfectas, por eso fue tan importante a la vez que irritante, que Galileo afirmara que la Luna tenia montículos, pues con ello se demostraba que la Luna no era perfecta y contradecía la idealización eclesiástica de los planetas y estrellas, pues se trataba de una contradicción no teórica, si no real, dada a través de la observación. Galileo expuso sus descubrimientos a algunos matemáticos, jesuitas del Collegium Romanum, quienes primero dijeron: «Sí, las observaciones son ciertas». Pero luego se produjo una reacción ideológica, sobre todo de los Domínicos de Florencia. Por su parte el filósofo Ludovio delle Colombe dijo que no es posible que los cuerpos celestes no tuvieran formas perfectas, y ese fue el motivo por el que se acusó a Galileo de interpretar de forma errónea las Sagradas Escrituras. Una acusación realmente nefasta, tanto es así que fue condenado a cadena perpetua y algunas de sus obras fueron  quemadas.

 

   Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

Del programa: La Iglesia y la ciencia, una historia de oportunismo y discordia

www.vida-universal.org

 

 

¿Cómo salir del círculo vicioso de la fatalidad?

 

 

Quien no vive en unidad con todo lo que existe, está en la ley de causa y efecto, y quien viva en esta ley creará siempre nuevas causas hasta que despierte en el Espíritu y siga las leyes de la paz, de la armonía y del amor. Las consecuencias que siguen a las causas creadas por los hombres son enfermedades, golpes del destino, necesidades y preocupaciones. El ser humano vive tanto tiempo en este círculo vicioso hasta que reconozca que es un ser cósmico que pertenece a la unidad divina, al Espíritu universal. Si el ser humano empieza entonces a dejar crecer en sí esta unidad cósmica, conociendo la esencia de la vida que es el Espíritu, reconociéndolo por medio de la realización de las leyes, entonces sanará y por medio de él también el planeta Tierra.

 

La ley causal dice: lo que hayas hecho al más pequeño de tus hermanos, te lo has hecho a ti mismo, pues te apartas del Espíritu de la vida, que es la vida en tu prójimo, en los animales y plantas y en la Tierra con todas sus formas de vida. La consecuencia puede ser sólo enfermedad, preocupaciones y necesidades.

 

Quien reconoce la fuerza divina en todo lo que vive y quien puede sentir la vida y reconoce en ella una parte de sí mismo, quien se reconoce a sí mismo en la naturaleza, ya que cada hombre es un cuerpo natural, llegará a ser poco a poco amable, afectuoso y benevolente con su prójimo.

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: "Origen y formación de las enfermedades"

www.editorialvidauniversal.com