Les envío estos dos artículos de opinión de la semana 47 para que los publiquen en su medio de comunicación. Les estoy muy agradecida por ello.
Mª José Navarro
DNI: 24764815w
¿Por qué las personas egocéntricas tienen la piel más áspera?
Ninguna persona se parece a otra, y esto vale también para la vibración de los nervios y de la piel. Quien no se toma en consideración a sí mismo y apenas toma en cuenta su propio comportamiento para consigo mismo y para con su prójimo, es más, ignorándolo, tampoco hace caso de lo que él mismo ha introducido de negativo en su interior, y que puede alcanzarle a cada momento a través de las constelaciones planetarias. Tales personas disponen de una capacidad de reacción más burda, porque no rinden cuentas ante sí mismas por su forma de pensar y comportarse, no se miran de forma crítica, es decir, no se cuestionan a sí mismas y con ello la culpa, que es su propia parte, la echan a sus semejantes.
Si los nervios no son sensitivos, porque la persona no hace caso de nada, porque no toma en cuenta la voz de su conciencia, tiene una piel de estructura más áspera, que apenas permite que los cosmos y el grabado de lo personal, que ha introducido en sí, salga a flor de piel. Por el contrario una persona sensitiva, que se examina a sí misma en su forma de sentir, pensar, hablar y actuar, que toma en consideración a su prójimo y no lo menosprecia, en muchos casos tiene un sistema nervioso sensitivo y una piel transparente, a través de la cual se translucen partes de los cosmos.
Esta es por tanto la persona sensitiva, que es delicada y sensible. Debido al trabajo en sí misma, tiene comprensión y benevolencia para con su prójimo. Reconoce diariamente parte de lo negativo que ha introducido en su interior, también de sus aspectos pecaminosos y los purifica sin demora. De esta forma consigue cada vez más paz consigo misma y con su entorno, es equilibrada y está en armonía. Debido a que se vuelve más libre de sí misma, de su ego apremiante, piensa también cada vez menos en sí misma y está abierta para sus semejantes. Ya no vive en actitud de espera, ni depende del reconocimiento ni de la aprobación de su prójimo.
Las personas indiferentes, que dan rienda suelta a sus irritaciones por medio de gritos, que con acusaciones de culpabilidad quieren traspasar a otros lo que ellas mismas han causado, adquiriendo de esa forma un pellejo duro, con lo que aparentemente descargan su sistema nervioso, se pueden comparar con los "duros de pelar", que al igual que las personas egocéntricas, apenas se preocupan por el bienestar o el sufrimiento de su prójimo. El duro de pelar, el indiferente, el contemporáneo cómodo vive el día sin examinarse a sí mismo, apenas se pregunta qué es lo que con su forma de pensar y de comportarse, introduce a cada instante en su alma, en su nivel consciente y en su subconsciente. Están grabando incesantemente, van acrecentando incansablemente su destino y se sorprenden si éste un día les alcanza de acuerdo con la Ley de siembra y cosecha.
Por el contrario, las personas sensibles son personas sensitivas, conscientes, cósmicas, un tipo de persona con percepción interna. Las personas de pellejo duro, duras de pelar, indiferentes y egocéntricas, son personas orientadas a la materia, que solo reciben y perciben de forma indirecta, que están más orientadas a lo visible, pero que en cambio graban mucho más en lo invisible.
Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)
De la publicación. El reloj cósmico y la red de tu piel"
www.editorialvidauniversal.com
¿Es el ser humano el carcinoma de la Tierra? Si
El ser humano, de la misma forma que actúa un tumor maligno, se expande sin control y sin ningún tipo de miramientos. Tanto uno como otro crece sin tener en cuenta como le va al vecino de al lado, en el caso del tumor sin tener en cuenta lo que los demás órganos puedan necesitar para seguir viviendo.
La actuación del ser humano en el planeta ha llevado a que las diferentes especies del planeta se extingan a un ritmo vertiginoso: los vertebrados se extinguieron en un 33% entre 1970 y 2005. Las especies marinas en un 14%, y las de agua dulce en un 35%. La tala de la selva tropical avanza sin control: entre los años 2000 y 2005 se perdieron 27 millones de hectáreas principalmente en la selva amazónica. Tal como un tumor daña otros órganos de forma irreparable, las consecuencias de la actuación humana en las selvas tropicales son ya irreversibles.
La sobreexplotación de los mares a manos del hombre está esquilmando la vida marina, y el 50% de los corales están dañados, al igual que los bosques de manglares. La revista Focus publicó en 2007 un artículo con el título "Zonas de muerte o desiertos submarinos sin vida", con el que se quería dar a conocer que hay zonas en los mares donde ya no hay peces, algo que además viene dado por el cambio climático puesto que el CO2 provoca la acidificación de los océanos con consecuencias graves para la vida en ellos.
José Vicente Cobo (45277997j)
www.editorialvidauniversal.com
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