sábado, 21 de marzo de 2015

Artículos especiales para el día del agua

 

Las propiedades curativas del agua

Día internacional del agua

 

 

En una gota de agua se encuentran innumerables seres vivos. Estas innumerables formas de vida en el agua no sólo contribuyen a la purificación de los ríos, lagos y mares, sino que con ello también el organismo del hombre, el cuerpo humano, es limpiado por el agua, que lleva en sí miles de animalitos microscópicos que están previstos para ello. Y a estas formas de vida se las podría llamar los limpiadores naturales del cuerpo físico.

 

La relación del hombre con la naturaleza y con el manantial de la vida, que es el agua, está perturbada. El agua no se ha dado sólo para la limpieza y el regadío del suelo, sino que también es un regalo para el cuerpo humano, sus células, la sangre y los órganos. Los innumerables seres vivos en el agua, los microbios ayudan a la limpieza y depuración de los intestinos del ser humano y el de los animales, pues reconstituye la flora intestinal. El agua curativa está destinada para todos los elementos básicos del cuerpo.

 

Si las fuentes de agua están contaminadas, si ya no están en condiciones de darle al hombre sustancias sanas y reconstituyentes, entonces también el ser humano enferma. Si los animalitos del agua, los microbios, han sido exterminados por medio de sustancias químicas, de contaminación atómica y cosas parecidas, entonces el agua es un líquido sin vida, que si bien todavía le sirve al hombre para lavarse exteriormente, ya no puede restablecer, fortalecer ni vivificar sus órganos; todo lo contrario: causará malestares, enfermedades y reveses del destino.

 

 

                Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

www.editorialvidauniversal.com

 

 

 

 

La escasez de agua es fruto del egoísmo humano

Día internacional del agua

 

 

Para tener una idea somera del volumen de agua que requiere la producción de algunos productos de consumo habitual, investigadores alemanes han realizado el siguiente cálculo: 10 litros para producir una hoja de papel, 35 litros para producir el té de una taza, 140 para producir el café de una taza, 150 litros para producir una manzana, 200 litros para producir un litro de leche, 2000 litros para producir una camiseta de algodón y 15.000 litros para producir un kilo de carne de vaca.

 

La Organización de Naciones Unidad para la agricultura y la alimentación (FAO), en su informe de 2006 titulado "La larga sombra del ganado" ya publicaba lo siguiente: "El mundo avanza hacia un incremento de los problemas de escasez de agua dulce y agotamiento de los acuíferos. Se prevé que para el año 2025 el 64 por ciento de la población mundial viva en cuencas bajo estrés hídrico. El sector pecuario es un factor clave en el incremento del uso del agua ya que es responsable del 8 % del consumo mundial de este recurso, principalmente para la irrigación de los cultivos forrajeros. La ganadería es probablemente la mayor fuente de contaminación del agua."

 

Las cifras mencionadas deberían hacernos reflexionar tanto sobre la actitud mundial, como sobre la postura personal ante este problema, pues el consumidor, sobre todo el europeo no piensa en nada de esto. Tal vez ignora que el 70% del consumo de agua va destinado al regadío y en muchos países con pocas precipitaciones este porcentaje es aún mayor. Cada limón ha necesitado para su producción un litro de agua por cada gramo. Los países de las regiones mediterráneas donde se cultivan, están sufriendo desde hace años las consecuencias de la sequía, debido a la tala de bosques, a la sobreexplotación de los pozos,  a los incendios, al turismo y a todo aquello que para un español, italiano, africano del norte y muchos otros se ha convertido en una realidad alarmante.

 

No cabe duda que el ser humano, sobre todo en el occidente cristiano, ha malentendido el ofrecimiento divino bíblico de «someter la tierra», o lo ha interpretado más bien a su libre arbitrio. Siendo el denominador común una actitud humana que tiene innumerables facetas, con el egoísmo a la cabeza de todas las catástrofes que aquejan a la humanidad.

 

Y sin embargo, de acuerdo con estudios de la ONU, cada euro, cada dólar, cada moneda en definitiva que se invierte en la distribución de agua potable y en la evacuación de aguas fecales, tiene un beneficio de 4 a 12 veces mayor, ya que hay menos enfermedades intestinales que producen diarrea, hay menos muertos, más asistencia escolar por parte de niñas que ya no tienen que acarrear agua a sus casas, además de muchas otras ventajas para la salud y el desarrollo económico de los países más pobres.

 

Son muchas las voces que han advertido de todo este inadecuado desarrollo, pero las llamadas a la cordura, a la solidaridad, a la igualdad, a la hermandad y a la justicia para todos, se escurren como el agua en el desierto. Los países en particular, pero tampoco la sociedad de las naciones en su totalidad, cumplen los planes de ayuda que elaboran, porque siempre priman los intereses propios del país, de un consorcio o de una ideología antes que el bien para todos, es decir el bien común. Por lo que únicamente un cambio radical en el modo de pensar y actuar de cada persona de forma individual, sería un primer paso efectivo y duradero, para de este modo empezar por cambiar uno mismo, y así algún día tal vez conseguir cambiar la trayectoria de este mundo.

 

 

Radio Santec

Mª Jose Navarro (24764815W)

www.radio-santec.com

 


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