domingo, 24 de julio de 2016

Artículos de opinión


 

La muerte se produce imagen a imagen

 

 

 

No existe mucho material documentado sobre lo que han experimentado las personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte. Sin embargo, en base a lo que ya se sabe se puede afirmar que existen paralelismos entre las personas que han regresado de una de estas vivencias, es decir un gran porcentaje de ellos suele contar cosas parecidas. Por ejemplo: el 50% era consciente de que estaban muertos; un 30% pasó por un túnel; un 25% vio colores hermosos; un 25% vio una luz al fondo; un 30% vio un hermoso paisaje celestial, y otro 30% contó que se encontraron con parientes ya fallecidos. Por último un 13% experimentó un repaso de su vida, como si se tratara de la proyección de su propia película.

 

En relación al último punto citado, el afamado cardiólogo Van Lommel relata en su libro «Conciencia sin fin» una de las experiencias vividas por una persona que tuvo una experiencia cercana a la muerte, y lo cuenta así: «Toda mi vida hasta el día de hoy parecía desplegarse, proyectarse como en un repaso tridimensional panorámico ante mi. Yo contemplaba todo, no sólo desde mi punto de vista, sino que también podía sentir los pensamientos de todas las otras personas que participaban en esos acontecimientos, como si sus pensamientos estuviesen en mí».

 

En el libro de la Editorial Gabriele titulado «Cada cual muere por si mismo» se explica que esta especie de película son como grabaciones. Allí se lee: «El momento de la muerte tiene lugar paso a paso, es decir imagen a imagen, es como la mirada retrospectiva del alma que por esta vez ha concluido su vida en la Tierra. El alma, que muy lentamente se ha despojado de la envoltura mortal, su cuerpo físico, toma como verdadero aquello que está grabado en su envoltura de materia fina, que la envuelve y que es activa en su irradiación». Más adelante se lee que podríamos imaginarnos este repaso como una sucesión de innumerables imágenes, es decir, grabaciones del pasado.

 

Estas imágenes pueden ser muy reveladoras, puesto que lo que se graba no son nuestras palabras externas, sino aquello con lo que están llenas esas palabras, los contenidos que pusimos en ellas, es decir nuestra forma de pensar, nuestros sentimientos, nuestras sensaciones, nuestras intenciones ocultas. Y eso que es negativo o sombrío no sólo lo vemos en la película de la vida, sino que lo sentimos también en nuestra propia alma, es decir el dolor o el sufrimiento que hemos causado a otros es entonces el dolor o el sufrimiento de nuestra propia alma. Esto llega hasta tal punto que si por ejemplo se cazó animales, se siente el miedo y el pánico de los animales cazados. Una persona que ha torturado o matado animales no sólo ve que ha matado o torturado animales, sino que también siente en su propia alma el sufrimiento, la tortura, el horror, el pánico, todo que el animal ha sentido. En este sentido el conocido como san Pablo lo dejó dicho: «A Dios no se le puede engañar, todo aquello que sembréis, eso cosecharéis».

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del programa: "La vida después de la muerte"

www.radio-santec.com

 

 

Lo que no sirva al bien común tendrá que ser eliminado

 

 

Cada ser humano y su alma son una enorme emisora que emite y recibe. Esto es igualmente válido para el alma desencarnada, es decir aquella que ya no habita un cuerpo humano. Todo aquello que el ser humano piensa, siente y hace tiene una energía determinada, es el potencial de emisión y recepción que el ser humano constantemente graba y actualiza. A través de éste potencial, la persona recibe a cada instante indicaciones provenientes de su potencial de registro, es decir del lugar de registro donde está grabado y acumulado todo lo que un día pensó, habló, hizo o sintió. Estas indicaciones quieren llamar su atención para que purifique, esto significa que cada persona tiene la tarea de poner en orden, en esta existencia terrenal, aquello que no sirve al bien común, a la unidad, a la paz ni a la libertad, como por ejemplo nuestros comportamientos egoístas que no beneficiaron a nuestro entorno, que dañaron a las personas a los animales y a la naturaleza.

 

De forma similar le sucede al alma desencarnada, ella será estimulada a eliminar lo excesivamente humano, sus infracciones contra la ley cósmica del amor a Dios y al prójimo  –las personas hablamos de pecados–. Las imágenes que surgen le muestran su luz y sus sombras, estimulando con ello al alma a reconocer lo pecaminoso, a arrepentirse de ello y purificarlo. Así el alma razonable y de buena voluntad puede poner en el orden legítimo lo que está pendiente de ser superado.

 

 

Ana Saez Ramirez (45.271.959 R)

Del programa de TV: "Horror astral 1" que se emite por Sophia TV  América

www.radio-santec.com

 

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