lunes, 6 de febrero de 2017

Artículos de opinión



 

 

¿Qué significa ser la imagen y semejanza de Dios?

 

 

 

A pesar de que la corriente del cristianismo originario no sopla dentro de las instituciones eclesiásticas,  ésta sin embargo jamás se ha agotado. La corriente cristiano-originaria es el Espíritu profético, la vida fluyente de la unidad, del amor y del amor al prójimo. La corriente profética cristiano-originaria parte de la Fuerza primaria, que es la vida imperecedera en el alma de cada ser humano. Si entendemos que Dios es el Padre de todos los hombres y almas, entonces los seres humanos somos hermanos y hermanas unos de otros.

 

Todos tenemos por lo tanto un Padre, el Padre celestial que visualizó en Su luz eterna primaria nuestro más profundo interior, que es un ser puro, y nos ha creado de acuerdo a Su ley del amor. Su ley sagrada eterna es el origen en el que fue madurando la forma espiritual-divina en formación, el ser espiritual. Los pasos evolutivos espirituales, pasos hacia un ser espiritual en formación, pueden denominarse "la cuna espiritual". Nuestro más profundo interior, el cuerpo divino en nuestra alma, es ley comprimida del amor y por tanto es heredero del infinito.

 

Cada ser divino se compone de la estructura espiritual de partículas en la que son activas todas las fuerzas básicas del SER: toda la ley universal. Nuestro cuerpo espiritual es por tanto Espíritu de Su Espíritu, luz de Su luz, amor de Su amor: la imagen y semejanza de nuestro Padre celestial.

 

Nuestro cuerpo espiritual está constituido por partículas espirituales, el cuerpo físico del ser humano por el contrario se compone de células. Con el engendramiento humano se origina en la mujer una formación celular que madura hasta convertirse en un feto. Es una envoltura de células en la que se va a encarnar un alma. Cuando llega al mundo el hijo humano, el bebé, el alma inherente a él siempre se halla enlazada a predisposiciones iguales o parecidas de los padres, porque ya en el momento del engendramiento es así: los iguales se atraen.

 

El alma que llega se comunica por tanto con esos aspectos en las almas de los padres. Es el magnetismo de igual vibración de ambos progenitores, que progresivamente se comunica con un cuerpo de células hasta convertirse en el hijo. También sucede que los padres y el hijo tengan que purificar juntos algunas culpas de encarnaciones anteriores, o sea que se hallen  interconectados  por una misión espiritual para el Reino de Dios.

 

Aquel que sabe acerca de la reencarnación sabe que ninguna energía se pierde, ni la positiva ni la negativa. Toda persona, por medio de los contenidos de lo que hace o deja de hacer, crea para la próxima encarnación de su alma aquello que se denomina una matriz, que está constituida por las correspondientes grabaciones energéticas formadas en el cosmos material. Ante la nueva encarnación que está a punto de producirse, se forma de modo correspondiente a esta matriz el estado celular, es decir el ejército celular que dará lugar al cuerpo de la persona.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

De la publicación: «Encuentra el camino a la Luz primaria en ti»

www.editorialgabriele.com

 

Es posible una sociedad estable, viable y ética

 

 

¿Me preguntas si siendo joven con el conocimiento espiritual que tengo en la actualidad intentaría cambiar el mundo?, a lo que contesta Gabriele, la profeta y enviada de Dios para la actualidad: ¡Por qué no! Pero no saldría a las calles a protestar organizándome especialmente para ello, pues eso podría provocar miedo y asustar a mis semejantes. Mi deseo sería cambiarme primero a mí misma, tener claro qué es lo que quiero de verdad, y si mi meta de vida puede contribuir a la formación de una sociedad mejor, más espiritual, soberana y franca. No me entregaría a ideas utópicas, sino que me pondría metas éticas y morales cercanas y claras, por las que intentaría luchar.

 

Sabes, querido joven amigo, quien comienza a realizar en sí mismo las elevadas metas éticas en las pequeñas cosas, es decir quien se cambia a sí mismo y no sólo quiere cambiar a los demás, se convierte en un buen ejemplo y con el tiempo atraerá a aquellas personas que quieren las mismas cosas o similares. Si estas personas después cumplen o no aquello que se propusieron, en esto no podrás intervenir. Pero siempre habrá personas que lo mantengan así como tú lo haces, y encuentren los valores que hacen posible una sociedad orientada éticamente, viable y estable.

 

           

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

De la publicación gratuita: "El profeta. La voz del corazón"

www.editorialgabriele.com

 

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