¿Qué derecho ampara al hombre para matar animales?
Aunque ciertamente existen en la actualidad leyes que regulan el maltrato animal y la actuación del ser humano para con él, la realidad es que el ser humano es libre de sacrificar animales, por ejemplo para su consumo, en cacerías y safaris, incluso en los laboratorios. Lo que siempre da lugar a un enorme comercio que genera a nivel mundial un gigantesco mercado de miles de millones. Sin embargo una y otra vez surge la pregunta de si tenemos el derecho moral de matar animales y beneficiarnos de un sufrimiento indecible del que parece no somos conscientes.
Por suerte cada vez más grupos y asociaciones expresan claramente que al igual que los seres humanos, los animales son seres vivos que sienten dolor, sufren, pero también sienten alegría. Y por si todo esto fuera poco, hoy sabemos que los animales no tienen miedo a la muerte, lo que no significa que quieran morir, y mucho menos con dolor. Las personas que tienen un animal doméstico lo confirman: los animales en muchísimas ocasiones son seres muy sensibles. Algo que también lo confirma ya la ciencia. Y hay otro aspecto que no se debería obviar, que los animales respiran el mismo aliento que respiramos nosotros los seres humanos. ¿No nos convierte esto en parientes?
Si investigamos un poco más profundamente para descubrir de dónde viene esta tradición o costumbre de comer animales, podemos remitirnos a la Biblia y a escritos antiguos legados por la tradición como por ejemplo algunos evangelios apócrifos en los que se encuentra información interesante al respecto. El tomar esta dirección de búsqueda viene dada por la generalizada costumbre de convertir en grandes fiestas de matanza toda festividad católica, algo de lo que no solemos ser muy conscientes. De hecho, la propia Iglesia no se posiciona en contra de ésta extendida costumbre.
Más de un lector podrá decir ahora con toda razón: ¿Por qué tendría yo que plantearme hacerme vegetariano cuando la misma Biblia dice abiertamente que se puede matar animales y comer su carne? Sin embargo es precisamente en la Biblia donde existen grandes contradicciones al respecto, existiendo párrafos que abogan por una alimentación vegetariana y respetuosa con los animales. Ya en el Génesis encontramos lo siguiente: «Y Dios dijo: Mirad, Yo os he dado todas las plantas que dan semillas en toda la Tierra, y todos los árboles con frutos que dan semillas, para vuestro sustento. Pero a todos los animales sobre la Tierra y a todas las aves bajo el Cielo y a todos los gusanos en la tierra les he dado todas las hierbas verdes como alimento. Y así sucedió. Y Dios contempló todo lo que había hecho y vio que era bueno».
Y en «El Éxodo» encontramos otro párrafo muy importante y sencillo: El quinto Mandamiento dado a través de Moisés que dice claramente: «No matarás», y no especifica que se trate de seres humanos, sino que dice claramente que no se debe matar. Lo manifestado por Dios a través de Sus verdaderos profetas, así como las enseñanzas de Jesús en Su Sermón de la Montaña son normas de vida de una ética y una moral muy elevadas. Pero igualmente lo es Su palabra dada en la actualidad a través de Gabriele de Würzburg desde hace más de 42 años, pues a través de ella Dios ha hablado a favor de los animales, también a favor de la unidad de toda la Creación, que incluye al ser humano, a los animales y a toda la Madre Tierra.
Mª José Navarro (24764815W)
Del programa «Los animales son criaturas de Dios, no alimento»
¿Por qué me he cansado de mi pareja?
La búsqueda de amor, acogimiento y hogar tiene siempre un motivo profundo. Sin embargo en este mundo jamás nos sentiremos completamente acogidos porque no somos de este mundo. No obstante millones de personas buscan el acogimiento en la pareja y en la familia, y la mayoría cree sentirse acogido y haber alcanzado un puerto seguro donde es posible encontrar plenitud, hogar y acogimiento.
La mayoría de las personas buscan en los demás aquello que ellos mismos no tienen. Proyectan todos sus deseos a unos cuantos aspectos que el otro parece poseer, y creen que con esta persona que representa la imagen de sus deseos, podrían sentirse bien acogidos. La realidad es que el hombre sólo atrae lo que él mismo es y no lo que quiere tener, puesto que lo igual atrae a lo igual. Si después de un tiempo el ser humano tiene que reconocer que con sus deseos y expectativas no se siente acogido por la otra persona, entonces se cansa de ella.
Muchas personas sienten añoranza, una especie de descontento, es la búsqueda y la aspiración de algo que no podemos explicar, porque en realidad esa búsqueda tiene un motivo mucho más profundo: buscamos el origen primario de nuestro corazón, nuestro hogar eterno, dicho de otra manera buscamos la otra mitad de nuestra alma, la eterna unión amante en Dios, la unión dual. Allí se hallan el amor eterno, la felicidad, el acogimiento y el hogar que son de eterna duración, donde están la seguridad y la libertad absolutas, la vida.
Ana Saez Ramirez (45.271.959 R)
Basado en el libro: "¿Estás sólo en la pareja?"
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