domingo, 15 de octubre de 2017

Artículos de opinión



¿De qué depende la auténtica calidad de vida en la vejez?

 

La esperanza de que las cosas podrían mejorar alguna vez, va esfumándose sobre todo entre los jóvenes. El temor al fracaso social se extiende como la peste. Muchas personas jóvenes ven, tanto en el ámbito escolar como en el profesional, cada vez menos posibilidades de subir algunos peldaños por la escalera del éxito. Lamentablemente en muchos casos tienen que experimentar que en sus esfuerzos son impedidos por personas intelectualmente "viejas" apegadas a su posición. Entre ellas a menudo se trata precisamente de aquellas personas que tal como muy bien reconoce un joven sensible, siguen insistiendo en enseñar a la sociedad su "sabiduría" propia, pero sin poseer el menor atisbo de Sabiduría.

Frustrado más de un joven ha dejado de reflexionar sobre qué talentos hay tal vez aún en él, con lo que ya apenas sopesará si realmente vale la pena desenterrarlos y seguir desarrollándolos. Muchos se preguntan si seguir aprendiendo sirve de algo. Un consejo para los jóvenes: ¡No os dejéis llevar! No cedáis a la presión de las pasiones que se os presentan tan tentadoras en la propaganda, la televisión e Internet, sino que orientaos a la fuerza que hay en vuestro interior y desarrollad vuestros talentos, pues cada uno de nosotros ha traído a la existencia terrenal los suyos, los cuales deberíamos hacer florecer y madurar en esta vida.

Vivir conscientemente significa aprender conscientemente a afirmar cada etapa de la vida y sacarle provecho espiritual. Pues la calidad de vida más elevada, que se puede seguir desarrollando y ampliando cuando uno va entrando en años, no sólo depende de los años, sino de la postura espiritad de la persona. Quien haya dejado de trabajar en sí mismo, tampoco desarrollará valores éticos y morales y tampoco dará buenos frutos para aportarlos a la sociedad. Esto último puede que tal vez esté unido a un éxito externo, pero quien vaya comprendiendo más y más lo que significa verdaderamente la vida, se volverá cada vez más independiente de las circunstancias externas, en base a las cuales se da importancia el ser humano a sí mismo.

Lo mejor para conseguir la verdadera sabiduría en la edad avanzada es poner los cimientos ya en la juventud. La postura de vida correcta para una perspectiva de vida positiva dice: servir a la verdadera justicia, al equilibrio de la vida, lo que significa aprender sin considerar los años que uno tenga, y fomentar las dotes de los talentos que se tienen. Aprender significa obtener claridad en uno mismo, en la orientación hacia una meta de vida más elevada y cumplir luego aquello que uno ha reconocido. Esto aporta seguridad interna, libertad interna, y la fuerza para seguir avanzando.

 

Mª José Navarro (24764815W)

Del libro: "Mucha, mucha vida"

                                                                                                                                                                                                                                              www.editorialgabriele.com

 

¿Por qué no nos sentimos realmente acogidos?

La búsqueda de amor, acogimiento y hogar tiene siempre un motivo profundo, sin embargo en este mundo jamás nos sentiremos acogidos, porque no somos de este mundo. Millones de personas buscan el acogimiento en la pareja y en la familia y la mayoría cree que sentirse acogido en el matrimonio o en la familia es lo mismo que haber alcanzado un puerto seguro de plenitud, hogar y acogimiento. La mayoría de las personas buscan en los demás aquello que ellos mismos no tienen. Proyectan todos sus deseos a unos cuantos aspectos que el otro parece poseer, y creen que con esta persona que representa la imagen de sus deseos, se sentirán por fin en casa. Pero la realidad es que el hombre sólo atrae lo que él mismo es y no lo que quiere tener, puesto que lo igual atrae siempre a lo igual.

 

Sea como fuere muchas personas mayores están solas. En lugar de haber logrado sentirse acogido se está expuesto al miedo y a la preocupación de cómo seguirá todo. De vez en cuando se sueña con el pasado, pero también esos recuerdos incitan a la amargura, uno se había imaginado esta vida como algo diferente. En lugar de sentirse pleno, sobreviene un gran vacío. A más tardar en la vejez se reconoce que el "sentirse en casa" era una ilusión, un engaño que deja un amargo sabor. ¿Somos sinceros si decimos: yo he logrado sentirme plenamente acogido? En este mundo nunca llegaremos a tener un sentimiento tal porque no somos de este mundo. Jesús ya nos advirtió: "En la casa de Mi Padre hay muchas moradas vacías. Si no fuese así ¿habría dicho que os precedo para prepararos un lugar?"

 

 

José Vicente Cobo (45277997j)

De la publicación: ¿Estás sólo en la pareja?

www.editorialvidauniversal.com

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