Quien deja de aprender no puede madurar espiritualmente
Lo decisivo para una vida feliz, pacifica, saludable y con éxito, es la decisión diaria que pone siempre en primer término la pregunta: ¿Para qué vivo? ¿Por qué y para qué hago esto y lo otro? ¿Desempeño mi trabajo con verdadera inteligencia, y tiene mi rendimiento una calidad elevada? ¿Cómo veo mi futuro? ¿Qué quiero? ¿Qué es importante para mí?
En todas estas preguntas dirigidas a nosotros mismo en cada edad de la vida, siempre es decisiva la meta que nos hemos propuesto, de la que se desprende la motivación para lo que hacemos y dejamos de hacer. La medida de una ética y moral elevada son siempre los Diez Mandamientos y las Enseñanzas de Jesús de Nazaret, de las que una afirmación esencial gana en significado para todas las edades, y que dice: "Lo que no quieres que te hagan a ti, no se lo hagas tú tampoco a nadie".
Si decidimos y obramos en el sentido de esta frase, nuestros días terrenales serán fructíferos para nosotros mismo y para nuestro prójimo, y avanzaremos a grandes pasos en el camino de la evolución de la consciencia.
El paso interno decisivo para el desarrollo de nuestra vida terrenal, sea en la juventud, en la mitad de la vida o en la vejez, es el reconocimiento de que toda la vida terrenal es un aprendizaje. Quien deja de aprender, no puede madurar espiritualmente. Con los conocimientos que ha adquirido no sólo se quedará parado, sino que dará pasos hacia atrás. La vida es para el ser humano y para el alma una constante evolución. Un aprender que desemboca en una nueva y más alta forma de pensar y de obrar, de más alcance, que mantendrá vivo al espíritu y joven al cuerpo.
José Vicente Cobo (45277997j)
Del libro: "Mucha, mucha vida"
Incendios e inundaciones son el pronóstico de futuro
La transformación global del clima está en plena marcha y sus señales son inequívocas. Hoy en día la ciencia apenas puede ocultar las transformaciones que tienen lugar sobre la Tierra, pues los efectos no sólo son visibles para muchos, sino que también se pueden sentir. La ciencia ha confirmado que cada último decenio es el más caliente de los pasados 1000 años.
La contaminación de ozono se está convirtiendo en un problema mundial. El consumo de energía que aumenta mundialmente conduce a un aumento en gran medida de la cantidad del mismo y con ello disminuye la calidad del aire. El hielo de la Antártida occidental se derrite con más rapidez de lo pronosticado. Algunos ámbitos como el área mediterránea se secarán cada vez más a causa del cambio del clima, y el aumento de las temperaturas continuará evaporando las aguas que se encuentran en terrenos ya de por sí secos.
Según la OMM desde el año 1991 hasta el año 2000, 210 millones de personas estuvieron afectadas por catástrofes naturales relacionadas con el agua y el clima. Actualmente tanto los incendios como las inundaciones en algunos países están causando estragos tanto en vidas humanas como en pérdidas materiales y naturales.
Sin embargo desde otras fuentes llegaron advertencias hace más de 35 años, el mundo espiritual manifestó a través de Gabriele la profeta y mensajera de Dios para la actualidad lo que vendría si las personas no cambiaban su comportamiento a tiempo, por ejemplo en algunos de estos mensajes se pudo oír: "Comprended, Por las causas creadas por los hombres, la Tierra se ha convertido en un horno de fuego. Capas de la atmósfera se disuelven, el mundo es como una olla a presión que se encuentra sobre la Tierra, ella hierve. Por eso comprended, los desiertos aún se expanden, pero cuando vengan las aguas... son sólo reflejos de luz del futuro que en realidad son ya presente, pues muchas cosas os son ocultadas..."
José Vicente Cobo (45277997j)
De la publicación: "Catástrofes, cataclismos y muerte"
No hay comentarios:
Publicar un comentario