domingo, 6 de mayo de 2018

Artículos de opinión



 


¿De qué se alimenta la decadente sociedad actual?


 


Nuestra sociedad actual está marcada por un tiempo rudo y brutal, un tiempo en que se lucha a codazos, un tiempo en el que todos están contra todos, un tiempo de intolerancia, de exigencias y de poder, un tiempo en el que los fraudes, la mentira y el engaño determinan los días. Incontables personas pasan horas y horas ante la pantalla del televisor, navegando en Internet y con juegos de ordenador en busca de una aparente compensación para el sentimiento desolador de estos días.


En muchos casos el mundo de los niños ya no es el acogedor hogar familiar, donde el joven se arraiga para bastecerse luego, como joven y adulto, del manantial de la familia. Cada vez se da menos la felicidad familiar de sentirse seguro y acogido en la familia. En pocos casos existen ya los juegos en común, que en el pasado daban a padres e hijos un sentimiento de estar unidos por la familia. Apenas se habla ya acerca de la conducta correcta ni de la moral que proporcionan una cierta calidad de vida. Con ello se le podrían transmitir al adolescente valores para en verdad vivir como persona joven, en vez de vegetar como hoy día es usual en muchos jóvenes. Algunos de ellos nunca han oído hablar de principios como conducta correcta, modales, ética y moral. Antes en el hogar familiar había conversaciones entre padres e hijos. Se tenía tiempo para escuchar a los pequeños y para explicar a los más mayores que ante todo los valores elevados enriquecen la vida y la hacen valiosa. Hoy en día se mantienen pocas conversaciones en las que los niños pueden hablar de sus asuntos personales, sin temer una reprimenda por haberse portado mal.


En general hay señales de que habrá pobreza puesto que a la larga esta sociedad despilfarradora no puede subsistir. Hoy en día ya se ha llegado al punto en que cada vez más familias tienen que reducir los gastos. Muchas personas ya no pueden permitirse la gran cantidad de productos que el mercado ofrece. Más de uno que hasta la fecha cobraba un suelo pero que ahora está sin trabajo tiene que contemplar cómo los millonarios de la sociedad sofistican cada vez más su estilo de vida. Eso sucede por último a costa de las familias, o de las madres que viven solas, que se mueven en el límite de la pobreza, por no mencionar a las innumerables personas que pasan hambre en el Tercer Mundo.


El hecho de que de ello vaya surgiendo agresividad, con las correspondientes y múltiples repercusiones en las familias y en las escuelas, es algo que ya no se puede ignorar. En el Tercer Mundo y también en los denominados países del bienestar, se perfila un colapso cada vez mayor. Este no solo se expresa en el hambre mundial, en relación a los alimentos, sino que esta decadencia también se muestra en el modo de vida más vulgar que el individuo ha adoptado y sigue adoptando con la televisión, Internet, juegos de PC y otras muchas cosas.


 


José Vicente Cobo (45277997j)


De la publicación: "Déjate guiar"


www.editorialgabriele.com


 


¿Qué me tendrá reservado el destino?


El hombre puramente intelectual y racional no posee la inteligencia, la fuerza de la conciencia despertada. En el todavía está oculta en su mayor parte la inteligencia divina, el Logos que sabe de todas las cosas, que eleva al hombre a la sabiduría verdadera y a la ética y moral elevadas, a la vida desinteresada.


En esta vida a unos les afecta el destino, que es la causa que hasta ahora estaba latente y que se ha hecho efectiva. Otros sin embargo caminan aparentemente por la vida terrenal sin preocupación, sin que les afecten las causas que quizás todavía yacen en sus almas. Esto hace que un hombre a pesar de su alma ensombrecida pueda poseer en esta vida todo lo que desee, pueda satisfacer todas sus apetencias y sea de la opinión, por tanto, que los buenos espíritus están de su lado, lo que no significa que sea así a pesar de que su vida terrenal todavía no demuestre ninguna carga.


Un hombre que por el momento no reconoce los efectos de las causas que todavía descansan latentes en su alma, puede a pesar de ello trasformar su vida terrenal de forma provechosa para el desarrollo de su alma, sí vive y actúa según el mandamiento del amor desinteresado. Lo bueno que realice y cumpla se reflejará como luz en su alma y podrá iluminar muchos ensombrecimientos que yacen todavía en lo profundo de la misma; incluso podrá disolverlos parcial o totalmente. Este hombre ya no tendrá que sobrellevar ni sentir todos los efectos que surjan

 


Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)


                De la Publicación: "Lo qué comes y cómo comes muestra quien eres"


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