Estimados amigos:
Les enviamos este artículo en la semana 46 de 2012, para que lo publiquen en su medio de comunicación. Le agradezco por su colaboración.
Saludos de Mª José Navarro
DNI: 24764815W
Cada uno determina su destino
Cada ser humano está marcado por lo que le sucede, tanto en lo positivo como en lo negativo. Lo que hoy se encuentra en el camino de su vida, lo originó en el ayer. El ayer significa las encarnaciones previas, pues cada uno se encuentra en la Tierra como en una escuela para aprender lo que la vida le muestra. Esto significa que ahora también estamos en la Tierra para aprender de nuestros errores pasados, de aquello que aún no ha sido purificado, de lo que no hemos sacado aún las enseñanzas. Deberíamos tomar conciencia de que sólo nos toca aquello que está presente en nuestro plan de vida e impreso en el alma. Se trata siempre de aquello que no hemos aprendido en encarnaciones anteriores o que sigue sin estar resuelto con el prójimo.
Cada uno de nosotros es el único responsable por su vida en la Tierra. Lo que sembremos también lo cosecharemos. Si nos comportamos de forma insensata actuando contra nuestra herencia divina, la ley del amor a Dios y al prójimo y la libertad, tendremos que soportar también lo que resulta de ello. El destino de cada uno se compone de su forma de sentir, percibir, pensar, hablar, querer y hacer individual. No se graba el pensamiento o la palabra adornada sino los contenidos. Todo lo que introducimos en nuestros sentimientos, sensaciones, pensamientos, palabras y actos son los elementos que constituyen nuestro destino. Estos se almacenan en el alma y en los astros correspondientes.
Vida Universal
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