Estimados amigos:
Les envíamos estos artículos en la semana 45 de 2012, para que lo publiquen en su medio de comunicación. Le agradezco por su colaboración.
Saludos de Mª José Navarro
DNI: 24764815W
Cuando se desperdicia la Escuela Tierra
Un alma que tras el fallecimiento queda atada a la Tierra es un alma que ha desaprovechado la escuela de la vida a causa de sus ataduras, por ejemplo al centrarse sólo en personas, posesiones y riquezas. Así después de la muerte, estará únicamente pendiente de la materia, de la vida terrenal y de sus intereses en la Tierra. Sus inclinaciones se dirigirán hacia las personas y cosas a las que se había atado y que fueron su felicidad en la Tierra.
Puede pasar mucho tiempo hasta que el alma llegue a comprender que sus semejantes, con los que ha vivido antaño, ya no le prestan atención. Entonces surge el pánico pues se da cuenta de su incapacidad. Empujada por sus pasiones, se acerca a una persona que corresponde a su estructura, deseos y añoranzas y si llega a ejercer influencia y posesión sobre ella, consigue de alguna forma sentir lo que fueron sus ansias y anhelos siendo hombre. De ahí resulta la posesión de un hombre que alimenta deseos y vicios similares.
Otra causa para la atadura a lo material se produce cuando los familiares lloran al fallecido. Con ello atraen su alma y hacen que siga viviendo entre la familia. También los hombres con muchos conocimientos espirituales, que sólo conocen las leyes divinas pero no las han realizado, están pecando contra el Espíritu Santo, es decir, pecan a pesar de tener conocimientos espirituales, esto significa que las almas de estas personas están atadas a la Tierra y permanecerán cerca de ésta.
Vida Universal
Sí Jesús no fue machista, por qué la iglesia si
Cada vez más personas con buena capacidad analítica llegan a la conclusión de que la Biblia no es la auténtica palabra de Dios, pues existe en ella muchas contradicciones, lo que no quita que contenga partes de verdad. Sin embargo para entender nuestro presente es interesante remitirnos a determinados pasajes de la misma, así comprenderemos porqué por ejemplo la mujer juega un papel tan insignificante en las iglesias a pesar de que Jesús nunca tuvo un comportamiento machista para con ellas, es más, El siempre intercedió a favor de las mujeres cuando sufrían injusticias. El mejor ejemplo lo encontramos en la defensa que hizo de la mujer adultera, ante quien se sitúa para protegerla de sus acusadores, no para quitar sus pecados, sino para darle la posibilidad de tomar el camino correcto del reconocimiento y la rectificación. Jesús deja claro en este pasaje que lo realmente importante para El es el ser interno, en absoluto su sexo o su prestigio.
Si tal como los más reputados estudiosos coinciden de forma unánime, Jesús no discriminó a la mujer y la trató como un igual entre sus seguidores, ¿por qué se sabe tan poco al respecto? Ciertamente la postura e intereses de la iglesia son otros, de ser de otra forma se hablaría con detalle en las clases de religión sobre la relación de Jesús con las mujeres. Es más, sí el Papa incluyera este tema en sus discursos, sermones o publicaciones más de uno cuestionaría el por qué la sociedad cristiana ha sido y es tan machista.
San Pablo a través de algunas declaraciones lapidarias fue quien sentó las bases para tamaña discriminación en el cristiano institucional. El, que no conoció personalmente a Jesús, se arrogó sin embargo el derecho de enseñar en las primeras comunidades cristianas, donde se permitió modificar las enseñazas de Jesús con malévolos matices que han llegado hasta nuestros días con graves consecuencias. Por ejemplo él defendía que las mujeres debían mantenerse silenciosas y sumisas. En su primera carta a los corintios dice lo siguiente: "Como en todas las comunidades de los santos, las mujeres tienen que callar en las reuniones. Pues no se les está permitido hablar, sino que tienen que subordinarse". Y del mismo San Pablo o de uno de sus discípulos proviene también otra frase que se puede leer en una carta a Timoteo: "Que una mujer aprenda en silencio y con toda humildad. A una mujer yo no le permito que enseñe, tampoco que se ponga por encima del hombre, sino que sea silenciosa".
Emisor tierra y hombre
Teresa Antequera Cerverón
73891412-W
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