domingo, 27 de noviembre de 2016

Artículos de opinión

 

 

Las prisas y el estrés, un poderoso enemigo

 

 

 

Armonizar nuestros cinco sentidos, lo que también se podría definir como refinarlos, nos ayuda, de la misma forma que algunos ejercicios de relajación, a conseguir un ritmo corporal armonioso. De esta forma nuestro cuerpo y nuestro espíritu tendrán un ritmo equilibrado y nuestro modo de sentir, pensar y hablar se moverá entonces cada vez más por vías más adecuadas y legítimas.

 

Usted mismo puede ser capaz de comprobar qué sucede en su cuerpo si sus ojos van bruscamente de un punto a otro. ¡Obsérvese a sí mismo! Comprobará cómo cambia su ritmo corporal. Tan sólo a través de los movimientos de los ojos, que se fijan desarmoniosa e incontroladamente en un punto tras otro, penetra intranquilidad en su organismo y también descontento. O bien observe cómo cambia el grado de vibración de su cuerpo cuando, por ejemplo, usted escribe rápidamente o realiza cualquier otra actividad deprisa, o cuando la curiosidad toma posesión de usted y es acuciado por el sentido del oído, que desea percibir y registrar todo lo que el mundo ofrece. También en ello podemos darnos cuenta cuan finamente reacciona el sistema nervioso, y cómo acoge las vibraciones que salen de nosotros y las conduce de nuevo al organismo.

 

Del mismo modo una forma de caminar rápida y precipitada en la que el torso se inclina hacia adelante, conduce al mundo de la ilusión de los sentidos. Un modo de gesticular agitado y el hablar rápidamente le conducen de igual manera hacia fuera, al mundo del estrés. Masticar y tragar con rapidez los alimentos y beber dejando que el líquido se deslice simplemente hacia el interior del cuerpo perturban igualmente el ritmo corporal. O bien observe su ritmo corporal cuando por ejemplo le pica un mosquito y se rasca fuertemente, notará cómo enseguida reacciona todo el cuerpo, es decir, cómo se agitan los nervios y todo el organismo responde de forma correspondiente.

 

Estos síntomas, que a menudo no tenemos en cuenta, contribuyen notablemente a degradar hacia lo inferior la vibración de nuestro cuerpo, a consecuencia de lo cual acogemos vibraciones negativas e innobles del mar del mundo atmosférico, que se transformarán en nosotros en sensaciones y pensamientos negativos. Los cuales ya no nos dejan libres, pues nos torturan incesantemente y construyen la base de un nuevo golpe del destino. Si usted por ejemplo anhela conseguir un vacío de pensamientos, debería también acostumbrarse a tener una postura corporal rítmica, es decir armoniosa. Por otra parte observe que al realizar cada mañana ligeros ejercicios físicos constatará cuan pronto reaccionan nuestros cinco sentidos y se dejan armonizar.

 

 

Mª José Navarro (24764815W)

De la publicación: «Con Dios es más fácil vivir»

www.editorialgabriele.com

 

 

 

La sexualidad exagerada puede acabar con nuestra conciencia

 

 

Actualmente pensar que un joven tendrá relaciones sexuales únicamente cuando esté casado y desee un hijo resulta un tanto extraño. Si esto fuera fácil de cumplir estaría bien, pues ambos estarían unidos por el amor que da y recibe, y la felicidad en el matrimonio no se turbaría. Pero ya que cada uno trae consigo los deseos sexuales de una vida anterior, para la mayoría de las personas resulta difícil cumplir con las exigencias que acabamos de mencionar.

 

Sin embargo cada uno tiene la posibilidad de refinarse poco a poco, analizando el mundo de programas que trajo y trabajando en él, no aumentándolo hasta perder la sensación que sopesa y mide, es decir la conciencia, ya que ésta puede ser absorbida por la sexualidad cuando no se tiene consideración del prójimo. Quien tenga una conciencia despierta reflexionará sobre lo que causa con su sexualidad exagerada en sí mismo y en su prójimo, y si lo que hace está en consonancia con el respeto a sí mismo y a su prójimo.

 

Quien desee fundar una familia debería de preguntarse: ¿Cuál es el motivo? Para poder tener un buen matrimonio y cuidar una familia se necesita de un afecto interno mutuo, ya que la atracción que sólo se base en el sexo no es una buena base. Una buena base necesita de un alto grado de tolerancia, de comprensión mutua y de bondad, que al fin y al cabo es el dar y el recibir, y que también se expresa en la unión corporal.

 

 

         José Vicente Cobo (45277997j)

         De la publicación gratuita: "El Profeta. La voz de la verdad"

www.editorialgabriele.com

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