domingo, 12 de marzo de 2017

Artículos de opinión

¿Serías capaz de matar para comer?

 

 

 

Tanto los animales como todos los reinos de la naturaleza, mirados desde la óptica de la Creación, constituyen una unidad. Muchas personas se preguntan hoy día si el volver a esa unidad es posible, la respuesta es sí. Y para encontrar ayudas prácticas para cada persona, podemos servirnos del libro de la Editorial Gabriele "La Unidad universal que habla", un libro basado en conversaciones con Gabriele, la profeta y enviada de Dios para nuestro tiempo, donde encontraremos conocimientos y verdades que hasta ahora nadie había planteado, y que pueden ser muy útiles para el lector en su vida cotidiana.

 

Jesús de Nazaret vino hace aproximadamente 2000 años y habló del Reino de la Paz –y el profeta Isaías ya lo hizo 700 años antes-. Jesús era un hombre pacífico y enseñaba sobre el pacifismo, también el amor al prójimo y a los animales, tal como se desprenden de los evangelios apócrifos encontrados en los últimos años. Jesús también trajo a la humanidad la regla de oro para la vida que dice: 'Lo que no quieras que te hagan a ti, no se lo hagas tampoco tú a nadie', lo que significa que si por ejemplo alguien no quiere ser asesinado ni descuartizado, entonces tampoco debería hacerlo a nadie, tampoco a los animales.

 

Por consiguiente se puede hablar de un vegetarianismo por amor a la Creación, por amor a los animales. Jesús amaba a los animales y en muchos textos del libro "Esta es Mi palabra. Alfa y Omega" se encuentran párrafos sobre Su relación con ellos, también se ofrece las explicaciones que Él daba a Sus seguidores sobre cómo hay que tratarlos, de lo que podríamos aprender mucho, pues justamente en la actualidad tenemos todas las posibilidades posibles de alimentarnos de forma vegetariana sin carencias. No es necesario pasar necesidades masticando solo granos o ensaladas, hoy día existe una gran producción y una enorme variedad de productos a nuestra disposición.

 

Estimado lector si le es posible mire a los animales tranquilamente a los ojos. Puede ser que su corazón sienta el ruego y la petición de los animales: "Por favor, por favor no nos comáis. Nosotros también somos seres vivos y queremos vivir, queremos ser vuestros amigos". En la actualidad cada vez más personas sienten que esto es así por lo que el vegetarianismo se ha convertido en toda una tendencia entre la gente joven, los que se deciden por una alimentación vegana debido al tremendo sufrimiento de los animales.

 

Los jóvenes son conscientes de que si aquel que quiere comer carne tuviera que matar por sí mismo un animal, por ejemplo degollarlo, habría muchos más vegetarianos. El siguiente paso para formar parte conscientemente de esa gran unidad formada por todo el infinito, sería el que los seres humanos cumplamos con el amor y la paz, adoptando también una conducta pacífica en nuestra vida. Lo que se traduce como: Paz con mi prójimo y paz con los animales. Sólo así puede hacerse realidad esta visión que nos trajo Isaías, un Reino de paz en el que los seres humanos, los animales y la naturaleza encuentran nuevamente la unidad.

 

 

 

Teresa Antequera Cerverón (73891412-W)

Del programa: "Los animales son criaturas de Dios, no alimento"

www.radio-santec.com

En esta Tierra somos sólo huéspedes

 

 

Si contemplamos el mundo actual, podría suponerse que este mundo es el infierno, porque cada vez más personas sufren tormentos infernales. Pero tampoco aquí en la Tierra está el infierno, aquí deberíamos reconocer nuestros actos contrarios a la vida, arrepentirnos de lo que hayamos reconocido de contrario a la ley divina, purificarlo y no hacerlo más. Éste es el camino que lleva a la vida, y ésta es la liberación de los pensamientos sobre la muerte, el pecado mortal o incluso la condenación eterna. Por tanto la Tierra bien mirado es un lugar de la misericordia de Dios, y cada día de la vida del ser humano es una oportunidad que nunca se repetirá.

 

Un párrafo del libro "Mucha, mucha vida. Somos sólo huéspedes en la Tierra", anima a descubrir cómo pasar de una mera existencia a una vida plena: "El reconocimiento temprano de que sólo somos huéspedes en la Tierra no se contentará con las costumbres antiguas y despreocupadas que se apoderan de muchas personas. Quien sea consciente de ello siempre tendrá la mirada dirigida hacia el interior, al fondo del alma, donde vive Dios, teniendo la certeza de que Dios es amor, belleza, pureza, justicia; El es la vida eterna. Dios está siempre dispuesto a atendernos pues somos sus hijos. Dios, el Espíritu de nuestro Padre eterno, está en nosotros. No importa si uno es viejo o joven, quien vive en esa consciencia, sabe que todas las fuerzas del infinito están en su interior, en el núcleo de su alma".

 

 

Ana Sáez Ramirez (45.271.959 R)

            De la Publicación: "Mucha, mucha vida"

www.editorialgabriele.com

 

 

 

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